El totalitarismo y la enseñanza

 

 

 

 

Martes de Dimas

La función de la enseñanza –componente de la educación– para el crecimiento intelectual y el desarrollo de destrezas y habilidades, es empleada por los sistemas autoritarios y/o dictatoriales para el adoctrinamiento ideológico. En Cuba fue un mecanismo para brindarle carácter eterno al totalitarismo impuesto.

La enseñanza en Cuba –actividad exclusiva de las órdenes religiosas durante la colonia– sufrió un proceso de democratización con el surgimiento de las primeras escuelas laicas en el siglo XVIII, continuó con la sección de educación creada por la Sociedad Económica Amigos del País y con otras medidas e iniciativas privadas. Esos avances retrocedieron con el cierre de las escuelas decretado por el general Valeriano Weyler en 1897 y la consiguiente disminución del número de maestros.

A partir de 1899, el Gobierno de Ocupación norteamericano creó las Juntas de Educación en las grandes ciudades, implementó un sistema de pruebas para que los cubanos obtuvieran el certificado para enseñar (“maestros de certificado”), organizó escuelas normales de verano en las ciudades y “sabatinas” en lugares apartados, envió más de mil maestros y maestras a recibir formación pedagógica en Estados Unidos. Al tiempo que la sociedad civil desplegó varias iniciativas como fue la “Escuela Normal por Correspondencia”.

Los presidentes republicanos, desde Tomás Estrada Palma hasta Fulgencio Batista dedicaron un alto por ciento del presupuesto nacional dedicado a la enseñanza, aumentaron el número de aulas, introdujeron la práctica de la agricultura en las escuelas rurales y el servicio de maestros ambulantes en zonas montañosas, edificaron escuelas técnicas industriales, escuelas primarias superiores, de comercio e industriales de varones, inauguraron escuelas normales en todas las provincias, una escuela normal rural y las universidades de Oriente y de Las Villas.

El gobierno revolucionario, para consolidar el sistema totalitario desplegó un proceso de desmontaje en el que destacan cinco pasos:

Uno. En 1959 procedió a la formación de “maestros voluntarios”[1] en los mismos sitios y condiciones en que se adiestraron los soldados del Ejército Rebelde. En 1962 creó escuelas para maestros primarios en Minas del Frío, Topes de Collantes y Tarará, para sustituir a los maestros normalistas, considerados aburguesados con rezagos del pasado.[2] En 1972 formó el “Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech”, del cual surgieron otros contingentes como el “Che Guevara”, que, además de enseñar, participó en acciones combativas en Angola. En el 2000 formó los maestros “emergentes”, bautizados popularmente como maestros “express”. En 2001 procedió a la formación de “maestros integrales” para impartir todas las asignaturas, menos idiomas extranjeros, Computación y Artes. En 2009 regresó a la formación de maestros en asignaturas específicas. Con esa improvisación marcó la ruta de la decadencia de la enseñanza y confirmó la validez del aforismo de José de la Luz y Caballero: “instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.

Dos. La Campaña de Alfabetización se utilizó para adoctrinar a los alfabetizadores y los alfabetizados. La “Cartilla de Alfabetización”, en el primero de sus catorce temas, el ejercicio consistía en buscar las vocales O, E y A en las palabras Cuba, Camilo, Fidel y Raúl. De igual forma se confeccionó el resto de los temas, entre ellos: “ya los campesinos son dueños de la tierra”; “el campesino compra bueno y barato en la tienda del pueblo”, “no habrá bohíos ni solares en años venideros”, “ganamos todas las batallas guiados por Fidel”, etcétera. Sin mencionar ni explicar quién fue José Martí, la cartilla termina con una foto suya y cierra con un verso de Nicolás Guillén: Vino Fidel y cumplió, lo que prometió Martí. Mientras el “Manual del alfabetizador”, conformado por 24 temas de forma similar, como: “Fidel es nuestro líder”; “la tierra es nuestra”; el “derecho a la vivienda”; “la Revolución convierte cuarteles en escuelas”; “el imperialismo; “el pueblo unido y alerta”; “la Revolución gana todas las batallas”. Con ambos, la Cartilla y el Manual, se fomentó el analfabetismo cívico y se intentó borrar la memoria histórica.

Tres. La “Reforma Integral de la Enseñanza” (diciembre de 1959), declaró que los planes de estudios y los métodos de las Escuelas de Maestros Primarios eran función indelegable del Estado, y que éste era el único organismo con capacidad legal para crear centros de enseñanza en cualquiera de sus niveles.

Cuatro. La “Nacionalización General y Gratuita de la Enseñanza”, (junio de 1961) no fue una nacionalización, pues la enseñanza en Cuba no era extranjera; ni era necesaria para extender la enseñanza gratuita y obligatoria hasta el noveno grado y llevarla hasta las zonas más apartadas del país.

Quinto. La “Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba” (enero de 1962), con la cual desapareció la autonomía universitaria, una conquista del estudiantado universitario alcanzada a través de las luchas desde la fundación de la Federación Estudiantil Universitarias (1922), hasta refrendarse en la Constitución de 1940: “La Universidad de La Habana es autónoma y estará gobernada de acuerdo con sus Estatutos y con la Ley a que los mismos deban atemperarse”.

Al proceso descrito, en el que desaparecieron el civismo y el ciudadano se le otorgó rango constitucional. La Carta Magna de 1976, en su artículo 38 reza: “El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas sus manifestaciones […]. La enseñanza es función del Estado. En consecuencia los centros docentes son estatales”. Así, la enseñanza quedó sometida al control monopólico del Partido-Estado-Gobierno, con los consiguientes daños. Entre los cuales basta mencionar los siguientes ejemplos:

1) El apoyo a la invasión soviética a Praga en 1968 y la detención del escritor Heberto Padilla en 1971 desataron un conflicto con intelectuales cubanos y extranjeros, ante el cual Fidel Castro, aprovechó la celebración del Congreso Nacional de Educación, renombrado como Congreso Nacional de Educación y Cultura, para desplazar a los incómodos intelectuales con los maestros-soldados, que pasaron a ser el paradigma del intelectual revolucionario.

2) La consigna excluyente de la FEU (abril de 1971): “La universidad para los revolucionarios” y “La ideología, asignatura de nuestra universidad”, sirvieron de fundamento para continuar la represión contra las ideas diferentes.

3) Mil trescientos noventa y cuatro violaciones de derechos y ciento veintidós expulsiones y separaciones de profesores y estudiantes ha documentado el Observatorio de Libertad Académica en sus 45 informes publicados hasta noviembre de 2024.

Por lo descrito, el futuro de la enseñanza en Cuba depende de la restitución de la democracia. El propósito de educar e instruir desde la ética y no al servicio de un poder, de una ideología o de un partido, ideales presentes desde el padre Félix Varela hasta Enrique José Varona continúa siendo una asignatura pendiente.

La Habana, 10 de febrero de 2025

[1] Maestros dispuestos a marchar a los lugares más difíciles y apartados, en condiciones de campaña, sin recibir salario en los primeros tres meses para comprobar su voluntad y vocación..

[2] El 15 de marzo de 2001, en Minas del Frío, Fidel Castro, al referirse a los maestros normalistas expresó: “Se están integrando muchos maestros […], y a todos no los vamos a integrar, ¿saben?, no a todos, porque es que hay quien está tan torcido que no lo endereza nadie.


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).
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