Jorge Pérez Ávila, destacada personalidad de la medicina cubana

Jorge Pérez Ávila (1945-), graduado y doctorado en Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Habana, Máster en Ciencias en Farmacología Clínica de la Universidad McGill de Canadá, Especialista de I Grado, Profesor, Investigador Auxiliar y Director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).

En 1961 con dieciséis años de edad fue conminado a formarse como piloto de guerra, algo ajeno a su verdadera vocación. La urgencia de maestros para la Campaña de Alfabetización lo salvó. Pasó de la aeronáutica a alfabetizador para luego comenzar los estudios de medicina, que eran su verdadera vocación.

El caso de Jorge Pérez confirma una verdad comprobada por la historia: hombres de tendencias ideológicas contrapuestas han trabajado mancomunadamente para fines comunes: el progreso social. La Medicina, profesión eminentemente humanista, tiene sobrados ejemplos, entre ellos el fundador de la ciencia en Cuba, el Dr. Tomás Romay (1764-1849), quien consideraba a la medicina como la ciencia más útil a la humanidad, en 1820 se proclamó monárquico constitucional y enemigo de la independencia de las colonias americanas. Una demostración de que, cuando se coloca el progreso y el ser humano como lo primero, se puede ser patriota, forjador de la ciencia y de la cultura con independencia de la filiación política.

Jorge Pérez se inscribe en la línea de Tomás Romay. Cuando las ideas de la Perestroika removieron el totalitarismo soviético e influyeron en miles y miles de cubanos, Jorge, desde su convicción dijo: “Llegué al Sanatorio haciendo muchos cambios. Los pacientes me decían: esta es la perestroika. Y yo jocosamente les respondía: no, esta es la troica de Pérez que soy yo. Y en nada se parece a la perestroika, porque a mí no me gusta Gorbachov”.

Esta declaración, en un sistema político en que la libertad había sido restringida al marco ideológico establecido en 1961 por Fidel Castro en Palabras a los Intelectuales: “dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada”, reflejan que su función, aunque importante, estaba limitada a cumplir encargos de un sistema totalitario. Así le ocurrió cuando, sin saber nada de parasitología, le dijeron, sin otro argumento que no fuera la orden: “tienes que irte a trabajar al IPK”.

Heredero de la tradición médica cubana, al concluir su maestría en la Universidad McGill, de Canadá, con los conocimientos adquiridos revolucionó los contenidos de su especialidad en Cuba. Gustavo Kourí[1], quien conocía a Jorge Pérez, cuando empezó a revitalizar el Instituto de Medicina Tropical necesitaba una persona que supiera hacer investigaciones clínicas. Le dijo: “eres joven, puedes aprender de medicina tropical”, y antes de fallecer, en 2011, Kourí depositó la dirección del IPK en sus manos. Como esa responsabilidad le restaba tiempo a lo que más amaba, al asumir el absorbente cargo le dijo al Ministro de Salud: “Voy a asumir la dirección general, pero sepa usted que tengo un gran compromiso con mis pacientes y no los puedo dejar”[2].

Entre 1974 y 1988 durante las guerras en África miles de cubanos fueron enviados allá y otros  tantos africanos vinieron a estudiar a Cuba. En ese trasiego arribaron a la Isla  enfermedades tropicales, lo cual requería aplicar los tratamientos requeridos para que la enfermedad no se propagara. En ese período Jorge Pérez aprendió mucho de esas dolencias, tanto por los cubanos y africanos enfermos como en universidades de Liverpool, Londres, Chicago, Cleveland y Tanale, Ghana, y mediante el Tropical Disease Research, un programa especial de la OMS[3] para la investigación en ese campo.

El nombre de Jorge Pérez está estrechamente ligado a la historia y evolución VIH-SIDA en Cuba. Como director del Sanatorio de Santiago de las Vegas para Seropositivos al Virus (VIH) y Enfermos de SIDA, fue el precursor del tránsito al régimen ambulatorio de los enfermos, iniciado en el país a fines de la última década del siglo XX. De igual forma, estuvo al frente de las investigaciones que respaldaron la certificación de los medicamentos antirretrovirales de fabricación nacional contra el VIH y encabezó los estudios clínicos de las tres vacunas contra el virus formuladas en Cuba; acciones que desde el 2001 detuvieron la mortalidad provocada por esa infección[4]. Su incidencia fue determinante en la humanización de la enfermedad, al ubicar sus complejidades en numerosos espacios del entorno social.

Jorge Pérez es un paradigma de la lucha contra la epidemia contra el VIH/SIDA, caracterizado, además de científico, por su profundo sentido de ser humano. Autor de tres libros, dos de ellos. SIDA: Confesiones a un médico y Sida: Nuevas confesiones a un médico recogen sus 12 años de experiencias al frente del Sanatorio.

Jorge ejerció su labor durante el terremoto del 2010 en Haití y la batalla de Cuba contra el brote de Ébola de 2014 en África occidental. Lideró la preparación del IPK para enfrentar enfermedades que requirieran aislamiento riguroso y manejar virus muy contagiosos en condiciones de laboratorio. Participó en el entrenamiento de los médicos en condiciones de un hospital de campaña.

Estuvo en más de veinte congresos y eventos internacionales. Impartió diversos cursos a estudiantes y docentes. Fue miembro de la comisión Científica del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, y miembro del Advisory Borrad of Harvard University for the Program in Infectious Diseases and Social Medicine; así como miembro de la comisión Nacional Técnica del SIDA[5] y asesor científico para África del Sur. Sus contiendas en Angola, la lucha contra la Malaria, el Dengue, el Zika, el Cólera, las epidemias de H1N1, su labor al frente del IPK, así como haber sido parte activa en la preparación de los médicos cubanos para combatir el Ébola en África occidental y la asesoría en la atención a los enfermos de Covid-19, explican por qué, aunque subordinado a un sistema totalitario, está entre los diez eminentes científicos cubanos a quienes les ha sido otorgado el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

En sus sesenta años de labor realizó significativos aportes científicos y pedagógicos. Entre ellos, el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana y publicó decenas de trabajos científicos entre libros y artículos en revistas especializadas.

Heredero de la historia, los logros y las instituciones médicas creadas en Cuba a lo largo de más de dos siglos, le permitió al Dr. Jorge Pérez Ávila desarrollar una encomiable labor. Sin embargo ese esfuerzo y el de otros muchos médicos subordinados al ineficiente e inviable sistema totalitario, ha concluido en el deprimente estado que presenta la esfera de la salud en Cuba, algo que no fue su propósito ni lo pudo imaginar, como ha ocurrido a muchos cubanos.

 

La Habana, 27 de octubre de 2024

 

[1] Gustavo Kourí Flores, (1936-2011), graduado de Medicina en 1962, director del IPK, hijo y continuador de la obra de Pedro Kourí.

[2] https://www.trabajadores.cu/20220504/nunca-he-perdido-mi-esencia-de-medico/

https://www.trabajadores.cu/20220504/nunca-he-perdido-mi-esencia-de-medico/

[3] OMS. Organización Mundial de la Salud,

[4] https://www.cubaperiodistas.cu/2021/10/dr-jorge-perez-heroe-del-trabajo-y-virtuoso-comunicador/

[5] VIH (Virus de la inmunodeficiencia humana) causante del Sida, que trasmite mediante el contacto con la sangre, el semen o los fluidos vaginales infectados.

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