El “Hombre Nuevo”

Martes de Dimas

El proyecto de ingeniería social para crear un “hombre nuevo”, iniciado desde los primeros años de la Revolución fue “teorizado” y por Ernesto Che Guevara. Para su conjetura el tomó como referente los hechos protagonizados por un puñado de hombres, a partir de los cuales elaboró una fórmula dirigida a convertir esas actitudes en conductas cotidianas y generalizadas. La lógica de su análisis está en su libro “El socialismo y el hombre en Cuba”, del cual he tomado nueve citas:

1- La lucha guerrillera se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor del movimiento, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. “Esa vanguardia –según sus palabras– fue el agente catalizador que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria”[1].

2- “La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la Revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el Partido y el Gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento”.

3- “[…] la educación se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de Divulgación del Partido”.

4- “[…] Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma”.

5- “[…] El grupo de avanzada es ideológicamente más avanzado que la masa; […] en los primeros se produce un cambio cualitativo que les permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también, individualmente, sobre la clase vencedora”.

6- “[…] la libertad” no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva”.

7- “Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde al marco de los compañeros de la Revolución. No hay vida fuera de ella”.

8- “El revolucionario, motor ideológico de la Revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial”.

9 -“[…] Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción”.

El Che, desconocedor de la idiosincrasia del cubano y de los seres humanos en general, estableció una relación entre la vanguardia y la masa; concepto éste último, que designa a un sujeto colectivo, caracterizado por el desprecio a su propia autonomía; todo lo contrario al concepto de ciudadano.

Según su análisis, la lucha guerrillera se desarrolló en dos ambientes distintos: “el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, generadora de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo”. Su propósito era perpetuar esa actitud heroica de la vanguardia en la vida cotidiana de las masas para conformar al hombre nuevo.

El Che partió de una dicotomía. De un lado dirigentes capaces; de otro lado súbditos dirigidos que deben ser compulsados a través del aparato educativo del Estado. En ese proceso –según su discernimiento–, los dirigidos van adquiriendo conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad. Desde su punto de vista este planteamiento significa que: los cubanos a pesar de contar con varios siglos de historia estaban fuera de la sociedad y que la vanguardia, ideológicamente más avanzada que la masa, debe someter a ésta mediante estímulos y presiones de cierta intensidad. Es decir, la dictadura del proletariado que Marx concibió como mecanismo de dominación sobre la burguesía, ahora la vanguardia, en la teoría del Che, la ejerce sobre sí misma.

La libertad, por tanto, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva, la cual resultará de los estímulos y presiones de la vanguardia sobre la masa.

Su planteamiento de que los dirigentes de la Revolución no tienen vida fuera de ella; que los hijos en sus primeros balbuceos no aprenden a nombrar al padre; que las mujeres deben sacrificar su vida para llevar la Revolución a su destino; que el marco de los amigos es el de los compañeros de la Revolución; y que el revolucionario se consume en la actividad revolucionaria ininterrumpida, que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial; es un autorretrato de su persona, ajeno a la cultura del cubano.

Evidentemente el Che o no había leído a estudiosos de las características de los cubanos, como el sabio cubano Fernando Ortiz, uno de los pensadores más destacados del siglo XX cubano y al investigador de nuestros valores, Jorge Mañach.

Ortiz en 1919, quien incorporó sus estudios científicos a la práctica política, escribió “La crisis política cubana: sus causas y sus remedios”. Investigación en la que delimitó un conjunto de factores negativos que conservan su validez en el presente: una cultura deficiente en las clases directoras que impide refrenar sus egoísmos, la impulsividad, una debilidad psicológica del carácter cubano que nos lleva con frecuencia a actuaciones intensas, pero rápidas, precipitadas, impremeditadas y violentas. Mientras Mañach, consideraba que el negocio más serio que Cuba tenía en sus manos era la mejora de su material humano, de lo cual todo lo demás depende.

A manera de conclusión

Sin tener en cuenta lo investigado por estos y otros estudiosos de nuestra idiosincrasia, Ernesto Guevara adelantó un modelo de familia que se intentó inculcar en la “Escuela al Campo”, mediante la adhesión a las ideas comunistas, el ingreso forzoso en internados y la sustitución del papel de los padres por el Estado. Una vía que la historia ha demostrado inviable para el mejoramiento del material humano.

El resultado del proyecto de ingeniería social no merece comentarios. Basta mencionar solamente a los cientos de miles de jóvenes cubanos que, en vez de convertirse en el Hombre Nuevo, decidieron escapar de Cuba, por vías legales o ilegales arriesgando sus vidas para realizar sus proyectos en cualquier otra parte; y de otros cientos, que fueron y siguen siendo separados de sus estudios; y miles detenidos y/o condenados a elevadas pena de cárcel por hacer uso de la libertad de expresión.

La Habana, 10 de octubre de 2022

[1] Ernesto Guevara: El socialismo y el hombre en Cuba. La Habana, Centro de Estudios Che Guevara, Ocean Sur, 2007, p.2.

 

 


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).

Ver todas las columnas anteriores

Scroll al inicio