Si el daño antropológico es una enfermedad del alma, el autismo políticoes un trastorno de la comunicación en su sentido más amplio, una perturbación del comportamiento que causa un estado de indefensión en los ciudadanos y afecta de manera directa al conjunto de la sociedad. Hablamos de autismo político porque este fenómeno es, por definición, de naturaleza política. Debe advertirse que hemos utilizado el término autismo en suacepción más cercana a la raíz etimológica de la palabra griega auto.
La etimología del término “autismo” tiene su origen en la Antigua Grecia, cuya raíz auto -de autos- se asocia con lo referido a “lo propio, a uno mismo”. De manera amplia, el significado del término, podría definirse como “ensimismarse”, “meterse en uno mismo”.(Fiorilli, 2017)
Por tanto, el autismo político es un déficit que ocurre cuando el individuo se priva voluntariamente de su derecho/responsabilidad de participar en el proceso de toma de decisiones, revisión crítica y perfeccionamiento de la sociedad en que vive. La persona se retrotrae hacia su zona de confort más inmediata, limita su espectro de participación social, reniega de sus compromisos ciudadanos y se convierte en un simple habitante-consumidor, auto alienado de la realidad sociopolítica de la que es parte. Esto ocurre porque la persona ha perdido toda esperanza de un cambio o una mejora sustancial de sus condiciones materiales y morales de vida. A su vez, siente miedo por las consecuencias que podría enfrentar si decideejercer a plenitud sus derechos humanos y ciudadanos.
Este trastorno psicosocial está estrechamente vinculado con el daño antropológico y de alguna manera se comporta como uno de sus síntomas; por tanto, es también una consecuencia del estado mental que genera en los individuos vivir dentro del sistema totalitario en Cuba. La manera en la que el totalitarismo ha generado este fenómeno es a través de tres ejes de acción coercitiva:
El autismo político se expresa de diferentes formas en tres dimensiones del comportamiento humano: afecta la dimensión psicológica, modifica la conducta social y condiciona toda la actividad política de las personas.
En lo psicológico
Como se infiere de la definición etimológica del término autismo, el autismo político provoca que el individuo se encierre en sí mismo para no tener que confrontar la disonancia cognitiva que le provoca su interpretación de la realidad y su incapacidad para actuar de manera ética y responsable. Esta incapacidad está condicionada generalmente por el miedo a las represalias, la indolencia, el oportunismo o una mezcla de esos y otros vicios del comportamiento social.
El autismo político funciona igualmente como una especie de blindaje psicológico frente a la complejidad psicosocial a la que el cubano se enfrenta todos los días. Es un “filtro” moral que distorsiona la información obtenida del ecosistema sociopolítico, ante la necesidad de tomar decisiones de naturaleza participativa en la sociedad. Este “filtro” condiciona el sentido de pertenencia individual en sus diferentes niveles de aprehensión psicológica: patria, nación, comunidad, familia, hogar. El autista político escoge, selectiva y artificialmente, aquellos rasgos identitarios, anclados en cada una de estas categorías, que le son más convenientes para mantener su postura de inmovilidad, aparente neutralidad y ceguera voluntaria.
Como resultado de la exteriorización de este fenómeno, el individuo tiende a reproducir vicios y actitudes que le son generalmente ajenas y que en condiciones normales reprobaría. La doble moral, la deshonestidad, la indolencia, la falta de empatía con el que sufre o es injustamente reprimido y la filosofía del “sálvese quien pueda”, son algunos de los comportamientos que más se observan en la esfera psicológica como resultado de este trastorno.
En lo social
El autista político es un ser que se ha auto deshabilitado socialmente. Su participación en la sociedad es incompleta y oblicua. Este individuo ha decidido que la fragmentación moral es más “rentable” y “segura” para funcionar dentro del sistema comunista. Ha pactado de manera tácita con el estatus quo totalitario y se ha resignado a convivir con la injusticia y la doble moral con la que secretamente no está de acuerdo. Esta conducta cínica se reproduce en el seno de la familia y se traspasa, en forma de “conocimiento práctico” a los hijos, quienes aprenden de sus padres, desde muy temprano, cuales son los límites de lo moral y lo “conveniente”dentro del contexto social donde se desarrollan.
El autista político funciona siempre sobre la base de unos mínimos que le permiten subsistir sin enfrentar la temible maquinaria de represión totalitaria. No existe coherencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace, por eso es un individuo fragmentado, incompleto e infeliz. La auto alienación, la huida (emigración) o la adaptación, son las opciones que le ha dejado su condición de ciudadano desvalido frente a los constantes excesos del poder.
Sus relaciones sociales están marcadas por la definición de roles preestablecidos que cumplan con sus demandas de neutralidad, subordinación y pasividad. El autista político no puede permitirse interacciones sociales constructivas, edificantes o motivadoras, que apunten hacia un fin más alto que no sea la mera supervivencia material y el sostenimiento de un sistema moral precario, implementado socialmente en su expresión mínima, la indispensable para poder funcionar como sujeto dentro de un esquema de economía moral de crisis que es, a largo plazo, insostenible. Por estas razones el autista político vive en contradicción con la naturaleza expansiva y aventurera del ser humano, ha renunciado a su crecimiento personal y a la posibilidad de encarnar en sí mismo, los patrones de conducta que han garantizado la supervivencia de nuestra civilización. Interpretado a través de este lente moral, el autismo político es una especie de suicidio civilizatorio colectivo, como respuestaal genocidio cultural que ha provocado el sistema totalitario en Cuba.
En lo político
Como se ha comentado, el autismo político es un autobloqueo funcional que las personas afectadas por el daño antropológico ejercen sobre sí mismas para evitar las consecuencias de enfrentar sus pensamientos con sus acciones. Es una forma de escapar de la verdad, de renunciar al proceso de toma de responsabilidad que sucede al reconocimiento de que se vive en una sociedad corrupta e injusta. Por tanto, es un camino fácil hacia el autoengaño, la neurosis colectiva y la descomposición social de la estructura de valores fundacionales de la nación y de nuestra cultura.
La separación conceptual y práctica de la esfera política, de las demás esferas de acción individual en Cuba, es un resultado directo de este trastorno multidimensional que le impide a la ciudadanía movilizarse y luchar por sus derechos, aun cuando reconocen que son víctimas de injusticias y opresión por parte de la élite gobernante. Incluso las pocas y disfuncionales estructuras que ha dispuesto el totalitarismo para canalizar algunas opiniones de la ciudadanía hacia las instancias superiores del poder, resultan prácticamente inútiles cuando los ciudadanos deciden no participar en los procesos de deliberación o debate, por miedo a expresarse libremente o porque están convencidos de que nada cambiará dentro de los actuales esquemas autoritarios de gobierno.
Las consecuencias a largo plazo de convivir con este trastorno psicosocialen nuestra sociedad, son desconocidas hasta ahora. Sin dudas tendrá un duradero efecto perjudicial en la moral social y en la integridad personalde varias generaciones de cubanos. De la misma forma, es muy probable que el problema sobreviva al totalitarismo por un plazo indefinido de tiempo, ocasionando que la cantidad y calidad de la participación ciudadana en los futuros asuntos políticos de la nación sea pobre.
De cualquier manera, es importante destacar que el estudio y la comprensión de este fenómeno, son un primer paso para la elaboración mancomunada de soluciones que contribuyan a su superación de manera gradual. Las instituciones de la sociedad civil independiente, la educación cívica, las congregaciones religiosas y los profesionales de las ciencias sociales y humanísticas, tenemos una cuota de responsabilidad importante en la consecución de este empeño. Sobre ello volveremos en otra ocasión.
Fiorilli, Fernando. (28 noviembre de 2017). Autismo: evolución del término
https://www.psyciencia.com/autismo-evolucion-del-termino/
- Fidel Gómez Güell (Cienfuegos, 1986).
- Licenciado en Estudios Socioculturales por la Universidad de Cienfuegos.
- Escritor, antropólogo cultural e investigador visitante de Cuido60.