Hay un gran desplazamiento policial y militar a lo largo del país. La situación actual de la pandemia, la crisis económica que viene arrastrando esta Isla, más el descontento y crispación inevitable que produce esta crisis, tiene los ánimos caldeados. Dentro de lo más preocupante se encuentra la violencia verbal, y en ocasiones física, por parte de las fuerzas del orden público a los ciudadanos.
Personalmente he presenciado algunos de estos actos. Alrededor de las tiendas por MLC, he presenciado cómo los militares que están al cuidado de la cola no permiten que dos personas se paren a conversar durante un momento, sin más explicación y con tono irrespetuoso y prepotente. En otra ocasión, fue cuando solicitaban a la cola organizarse y mantener la distancia adecuada, lo cual es importante respetar y en ocasiones la población olvida, ya sea por irresponsabilidad o agotamiento diario de la misma situación, pero cualquiera que sea el caso, no les da el derecho a las autoridades que velan por esto, a maltratar y hablar groseramente a la población como si fuera ganado.
En una ocasión un policía que iba en una patrulla le llamó la atención a un ciudadano por su nasobuco, pero lo hizo usando improperios, gritando y hasta dando manotazos en la patrulla, modo inadecuado en toda regla. Es cierto que algunos ciudadanos actúan de manera irresponsable en estos momentos de epidemia, pero eso no puede ser motivo para cruzar la línea.
Los funcionarios públicos tienen el deber de respetar y mantener la ética en todo momento, respondiendo a una administración pública que vele los derechos de los ciudadanos, no todo lo contrario. Lamentablemente, qué se puede esperar cuando el propio gobierno tilda de “jinetero” y otros descalificativos a Yotuel, uno de los artistas compositores del polémico tema “Patria y vida”, el cual ha tenido muy buena acogida en la Isla y fuera de ella también. La letra de la canción es crítica con el oficialismo, y cuestiona los problemas más serios que viven los cubanos. Por eso el gobierno ofendió e irrespetó a este músico. Otro evento lamentable fue cuando el 27 de enero el ministro de cultura Alpidio Alonso agredió a un periodista independiente mientras hacia su trabajo. Cuando un gobierno justifica este comportamiento por parte de sus funcionarios, qué más se puede esperar.
Hace poco tiempo en Pinar del Río murió un ciudadano de manera dudosa, en la cual algunos testimonios plantean que la víctima fue agredida físicamente por fuerzas del orden público, más conocido como el caso Lilipi, aunque las autoridades han negado cualquier responsabilidad al respecto.
Los gobiernos deben respetar y velar por los derechos y libertades de sus ciudadanos, no hacer lo contrario.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.