Con frecuencia veo mayormente a personas de la tercera edad hacer largas colas en las farmacias en los días señalados para la entrada de medicamentos. Desde la tarde del día anterior y en la madrugada ya se pueden ver grupos de personas marcando para poder comprar entre los primeros, y ver si pueden alcanzar los medicamentos que necesitan, siempre y cuando estos estén disponibles.
Desde hace tiempo es notable la falta de un gran número de medicamentos, tanto en las farmacias como en hospitales. Si se necesita asistir al médico es fundamental tener presente preguntar por otras alternativas posibles al medicamento que se le indique por si ese está en falta, aun cuando los médicos cuenten con la información de los medicamentos disponibles en ese momento, no es seguro poder encontrarlos. Frases como “mejor no enfermarse”, “no hay nada” o “que Dios nos acompañe”, son dichas con frecuencia entre los cubanos.
Son muchas las personas de la tercera edad que se pueden ver en las diferentes colas, en plena pandemia del COVID-19, aun cuando ellos se encuentran en el mayor grupo de riesgo de la enfermedad. La necesidad de los medicamentos, alimentos y otros productos, y la incertidumbre de si podrán alcanzarlos, los lleva a eso. Hay muchos abuelos y abuelas que viven solos y en condiciones precarias que no cuentan con el apoyo de la familia.
Son tiempos convulsos que hasta las personas de la tercera edad muchas veces pierden la cordura y la decencia, y hay que tener cuidado con ellos, y si andan con un bastón en mano aún más, pero sin importar que tipo de incidente ocurra a los mayores hay que respetarlos y sobrellevarlos.
Es necesario que las familias cuiden más a sus mayores, y conserven los valores en los más jóvenes, para así poder respetarlos y ayudarlos siempre que lo necesiten.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.