Hay gran indignación por parte de la mayoría de los ciudadanos cubanos producto a las nuevas tiendas que el gobierno abrió el lunes 20 de julio, donde la venta de los productos se efectúa en dólares. Sí, dólares americanos, esos que alguna vez no se podían tener en Cuba porque te acusaban de tenencia ilegal de divisas, que más tarde fue legalizado, para luego dejar de circular, sufrir una devaluación y ahora volver a reinar, ante los ciudadanos de a pie que no pueden alcanzarlos.
Pasamos de pretender unificar las monedas ya existentes, y terminamos teniendo tres, donde la más fuerte es la menos accesible. Para los cubanos ya era muy difícil comprar los productos esenciales en CUC cuando para la mayoría los salarios son en moneda nacional. Las nuevas tiendas en dólares muestran la desigualdad social que propicia este sistema.
Hace cuatro meses que el país vive una precaria situación donde hay carencia de todo, absolutamente todo, sobreviviendo a la pandemia del COVID-19 y a la escasez. Ante esta situación el gobierno le ha pedido a los cubanos cooperación y sacrificio con el momento que se está viviendo. Definitivamente dar y recibir no es un conocimiento que se encuentre en sus agendas, ni en sus prioridades.
Días antes de que las nuevas tiendas abrieran, ya circulaban por las redes sociales fotos de la variedad de productos que estarían a la venta, y claro que estaban todos los productos por los que los ciudadanos se “matan” día tras día en interminables colas, y que no todos pueden alcanzar. Después de su apertura los ciudadanos, han comenzado a preguntar de dónde salieron los productos, porque se necesita una muy buena explicación para entender cómo había una fuerte carencia y de pronto las nuevas tiendas estaban surtidas de todas esas mercancías. En la Mesa Redonda del miércoles en la tarde escuché la respuesta, la mayoría de los contenedores entraron en la madrugada del lunes. Cuando escuché esto no lo podía creer.
¿Acaso la única solución que ha encontrado este gobierno para salir a flote es vivir de las remesas familiares? Esas que tanto sudan trabajando los cubanos que viven en la diáspora y mandan a sus familias para aliviar su economía. ¿Dónde está la igualdad social que han proclamado en estos años de revolución? ¿Comprensión, sacrificio?
Siempre hay quien puede comprar en las tiendas, pero son una minoría. No es ninguna medida.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.