TODOS SOMOS PEREGRINOS: Recuerdos de un viaje

“La Anunciación de la Virgen”. Detalle en la fachada del Templo de la Sagrada Familia de Gaudí, Barcelona. Foto de Teresa Fernández Soneira.

Aunque ya había hecho otras peregrinaciones, a Lourdes, Tierra Santa (el viaje de la vida), Fátima, Padua, Ávila, Roma, Santiago de Compostela, Asís, en el otoño de 2019 se me presentó la oportunidad de viajar a España con un grupo de peregrinos para hacer el recorrido conocido como los “Pasos de san Ignacio de Loyola[1]. Decidí tomar parte y así conocer nuevos lugares. La peregrinación fue mucho más que una aventura turística a lugares históricos, centros religiosos, o sitios de gran belleza natural. No solo adquirí cultura, sino que también me encontré con san Ignacio en Manresa y en Loyola, y sentí la gracia y cercanía de la virgen de Aránzazu en el País Vasco, la virgen del Pilar en Zaragoza y la de Monserrat en Barcelona. ¡Cuánto no tendré que contar de todas esas vivencias!

  •  “En todo amar y servir
  • San Ignacio de Loyola

Loyola. Empezaré con san Ignacio, aquel hombre que nunca pensó en entregarse a Dios sino los placeres de la vida, a guerrear y a vivir como cortesano a las órdenes del virrey de Navarra. Pero un día de 1521 varias ciudades españolas se sublevaron, incluida Pamplona donde Iñigo se encontraba cumpliendo como soldado. Al llegar las tropas franco-navarras, el castillo de la ciudad fue asediado y en el combate Ignacio fue alcanzado por una bala de cañón que pasó entre sus piernas fracturándole una e hiriéndole la otra. Se le practicaron las primeras curas y luego fue trasladado a su casa en Loyola, pero la recuperación sería larga y dolorosa. En el tiempo que duró el restablecimiento, Ignacio leyó La vida de Cristo y una colección de vidas de santos que calaron profundamente en él. Bajo la influencia de esos libros se replanteó su caminar e hizo una autocrítica de su vida como soldado. Y como las cosas de Dios son muchas veces inesperadas, mientras estaba convaleciente sintió la llamada de Dios a seguirlo y en Loyola se entregó a Él para siempre. Dejando el pasado, Ignacio entraba en aquella coyuntura incierta que Dios le presentaba. Al final llegaría a ser santo de la Iglesia católica.

A pesar de que aquella mañana de otoño era muy fría, los peregrinos nos levantamos temprano pues estábamos ansiosos por visitar la imponente basílica de Loyola en el País Vasco, enclavada entre jardines y verdes montes, y rodeada de tranquilidad y paz que invitaban a la oración. Allí tuvimos una experiencia hermosa y hondamente espiritual. Justo al lado de la Basílica se encuentra el recinto sagrado de la casa natal de la familia Loyola. En la misma alcoba donde Ignacio siglos atrás se había entregado a Dios, nuestro consiliario y guía, el Padre José Luis Iriberri, S.J.[2], celebró la santa misa en la que todos participamos y oramos por nuestras intenciones particulares. ¡Qué gran honor compartir allí la Eucaristía! Pero no sería este nuestro único encuentro con san Ignacio como veremos más adelante.

Después de un recorrido por la casa y la Basílica, nuestro cómodo autobús nos llevó por un empinado camino que subía la montaña y que iba bordeando un acantilado. Observamos los montes calizos, las cuevas y ríos que serpenteaban y que se perdían en el fondo del valle. Se veían también algunos tramos de la antigua calzada que habían recorrido los peregrinos antiguamente, como hizo Ignacio entre el 5 y 6 de enero de 1522 para visitar a la virgen a quien consideraba su madre. “Y así, cabalgando en una mula, otro hermano suyo quiso ir con él hasta Oñate, al cual persuadió en el camino que quisiesen tener una vigilia en nuestra Señora de Aránzazu.[3] La Virgen nos esperaba en su santuario que encontramos al final del ascenso.

  • “Iñigo caballero de Loiola / cuando subió al Monte,
  • allí estaba la Virgen sobre el espino, / mirando al primogénito:
  •  Iñigo, caballero de Loiola / erígeme una ermita
  •  erígeme una ermita y serás mío”.[4]

 

La Virgen de Aránzazu es la patrona de la provincia, y su santuario está situado en un lugar privilegiado del municipio de Oñate en Guipúzcoa, a 750 metros de altura. Desde el 1514 el santuario ha sido atendido por la Orden de los padres Franciscanos. La basílica se destruyó por varios incendios y durante la Guerra Civil Española, siendo reconstruida más tarde. Es una obra arquitectónica, escultórica y artística de gran relevancia. En abril de 1950 el padre Pablo de Lete[5], unido entrañablemente a Cuba por su vinculación con la Acción Católica Cubana y por aquel entonces Ministro Provincial de los Franciscanos, aprovechó su posición para lanzar la idea de la necesidad de reconstruir la basílica e insistió en su amplitud y trascendencia artística. Ese mismo mes de abril se abrió un concurso de ideas para la realización del proyecto en el que se inscriben 40 arquitectos. Se seleccionan a Sáenz de Oiza y Luis Laorga, arquitectos de Madrid. Trabajan en el santuario el escultor Jorge Oteiza, el pintor Lucio Muñoz, el escultor Eduardo Chillida para las puertas, fray Javier María Álvarez de Eulate encargado de las vidrieras, el pintor Néstor Basterretxea, y Xabier Egaña para las pinturas del camarín de la Virgen. 

Al llegar admiramos frente a nosotros la moderna fachada del templo, el campanario, una virgen dolorosa que sujeta sobre sus piernas al hijo ya muerto, y debajo 13 apóstoles de estilo modernista en diferentes posturas, como por ejemplo, uno tapándose los ojos representando a Santo Tomás quien necesitó ver para creer. Nos apresuramos y entramos en el santuario que estaba en penumbras, pero poco a poco pudimos ir desdibujando el interior donde, al final del largo y amplio pasillo, se advertía una figura sobre la que caía una luz de lo alto. Era la pequeñísima imagen de la Virgen de Aránzazu. De piedra y de estilo gótico, lleva en la mano derecha una bola simbolizando el globo del mundo, y en la izquierda sostiene al niño que se sienta sobre la pierna de la Virgen. Mide 13 pulgadas de altura y pesa 19 libras. La estatuilla descansa sobre un tronco de espino blanco y tiene un cencerro al lado.

El nombre del santuario y de la Virgen está asociado a una leyenda. Aránzazu, nombre vasco, se compone de “arantza”, que se traduce como “espino”,​ y el sufijo “zu” que indica “abundancia”​ por lo que equivale a “abundancia de espinos”. La palabra hace referencia a la existencia de miles de arbustos espinosos en la zona. El escritor Esteban de Garibay[6]relata que un testigo había conocido a un pastor llamado Rodrigo de Balzátegui que contó que había descubierto la pequeña imagen de la Virgen con el niño en brazos escondida entre una mata de espinos junto a un cencerro. Al verla dicen que el pastor exclamó: ¿Arantzan zu? que quiere decir “¿en los espinos, tú?”, o “¿Vos, Señora, en un espino?” Los peregrinos tuvimos tiempo para orar ante la Virgen antes de continuar nuestra peregrinación.

Tomando de nuevo la carretera, hicimos una parada en la antigua villa de Navarrete, centro alfarero de importancia. La ciudad y su casco histórico surgen en torno a la construcción de la iglesia de la Asunción de la Virgen que visitamos y disfrutamos del imponente retablo catalogado como uno de los más grandes del mundo, ejecutado por Fernando de la Peña en un período de cuatro años (1694-1698). Luego de que nos pusieran el sello en la Credencial del peregrino[7]seguimos con premura el camino dejando atrás estas tierras ignacianas, y continuamos por la carretera hacia Logroño, capital de la comunidad autónoma de La Rioja y famosa por sus buenos vinos. Allí pernoctamos.

Al siguiente día pasamos por Tudela para después visitar el majestuoso Castillo de Javier, en Navarra, donde nació y vivió San Francisco Javier[8]. El castillo data del siglo X y tiene hoy un museo dedicado a la vida de San Francisco Javier además de una buena colección de pinturas y objetos antiguos, y un sonriente Cristo crucificado de estilo gótico del siglo XIII muy interesante. El castillo ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los siglos, y hoy en día es el destino de una multitudinaria peregrinación a principios de marzo en honor del santo patrón de Navarra, llamada popularmente Javierada. Bajo una torrencial lluvia dejamos atrás esta región y nos encaminamos a la comunidad autónoma de Aragón que la conforman las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel. Nosotros conoceríamos Zaragoza que comprende el tramo central del valle del Ebro, los Pirineos y las Sierras Ibéricas.

Zaragoza, la capital de la provincia de Aragón, es una antigua ciudad cuyo origen se remonta a los iberos, fundada en la mitad del siglo III a.C. En el 14 a.C. los romanos la denominaron Caesaragusta en honor al emperador. Luego, en el año 714fue ocupada por el sarraceno Musa ibn Nusair y se convirtió en importante centro musulmán conocido como «Medina al-Baida Saraqusta» (Zaragoza la Blanca). Según nos narraba Pilar, nuestra guía, con la ayuda de los aliados occitanos y cruzados francos así como con su ejército de aragoneses, Alfonso I el Batallador conquista Zaragoza en 1118 para convertirse en capital del Reino de Aragón. La cordial ciudad de Zaragoza ostenta los títulos de “Muy Noble”, “Muy Leal”, “Muy Heroica”, “Muy Benéfica”, y “Siempre Inmortal”, otorgados tras su resistencia frente al ejército napoleónico en los Sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia en 1808. 

Posee la ciudad amplias plazas y lugares asociados con el pintor Francisco de Goya[9] oriundo de estas tierras. En Zaragoza pronto nos recibió la figura más importante de la ciudad: “La Pilarica”, o la Virgen del Pilar, patrona de España y de los pueblos hispanoamericanos. Es grande la devoción a esta Virgen, y su inmenso santuario es prueba de ello. La Basílica es una de las más antiguas de España, y en su interior se encuentra la columna sobre la cual la Virgen del Pilar se le apareció al Apóstol Santiago durante la evangelización de España en el año 40 d.C. Cuentan que el Apóstol Santiago, desanimado por las grandes dificultades que estaba atravesando para evangelizar España pidió a Dios una señal y fue entonces cuando se le apareció la Virgen quien le animó a seguir adelante, y le hizo la promesa que todavía se mantiene, de que mientras estuviera ese pilar en pie, habría verdaderos discípulos de su Hijo en España.

La Basílica de El Pilar, conocida también como “La Seo”, es un edificio de proporciones gigantescas con una gran cúpula central y diez cúpulas más pequeñas con cuatro campanarios. De estilo barroco, fue erigida entre el 1681 y 1872 y en su interior hay capillas decoradas con frescos de famosos artistas, así como mármoles, bronces y plata. En la capilla santa se venera la pequeña estatua en madera de la Virgen del Pilar que reposa sobre la columna de alabastro y vestida con mantos preciosos. Las misas diarias son muy concurridas, que terminan con cantos de alabanza a su Patrona.

La ciudad conserva edificios de otros períodos y culturas, como son el Palacio de la Aljafería, de construcción árabe; los restos arqueológicos romanos del mercado de la época del emperador Augusto, y el foro de tiempos de Tiberio que se exhiben bajo la plaza de La Seo. También hay numerosos museos como el Taurino, el Instituto Aragonés de Arte y Cultura, el Museo de Goya y otros más.

  • Para Aragón en España,
  • Tengo yo en mi corazón
  • Un lugar, todo Aragón,
  • Franco, fiero, fiel, sin saña.”
  •  
  • “Estimo a quien de un revés
  • Echa por tierra a un tirano:
  • Lo estimo, si es un cubano;
  • Lo estimo, si aragonés”.
  • José Martí
  • Versos Sencillos[10]

Pero también, ¡qué alegría!, en Zaragoza nos encontramos con José Martí[11] quien vivió y estudió en esta ciudad parte de su juventud junto a su entrañable amigo Fermín Valdés Domínguez[12]. En Zaragoza Martí escribió y publicó su obra “La República Española ante la Revolución Cubana”, y la obra de teatro “Amor con amor se paga”. Delante del edificio de apartamentos donde residió Martí en la calle Platerías número 13, nos reunimos los cubanos de la peregrinación para honrar y recordar a aquel que fue el Apóstol de nuestra Independencia. Y feliz coincidencia, uno de los peregrinos que viajaba con nosotros, Raúl García Justiz, es bisnieto de Rita Amelia Martí, la hermana más joven de José Martí[13]. ¡Teníamos entonces que celebrar doblemente aquel encuentro! por lo que decidimos ir todos a un restaurante típico aragonés y brindar con un buen vino de la región.

Dejamos Zaragoza con pesar y continuamos nuestro viaje hacia Manresa[14], comarca de Bages, provincia de Barcelona, donde volvimos a tropezarnos con Ignacio de Loyola. Nos hospedábamos en el Centro de Espiritualidad Ignaciana, edificio donde se encuentra la Santa Cova (Cueva Santa), lugar que recuerda donde Ignacio se recluyó para rezar y ayunar, y donde escribió los Ejercicios Espirituales. Comenzando el 25 de marzo de 1522, Ignacio de Loyola permaneció en Manresa por once meses que tuvieron gran importancia en su vida y su labor, y que resultaron como un noviciado en asuntos del espíritu. Los padres jesuitas, orden religiosa que más tarde Ignacio fundó en Roma en 1534, consideran a Manresa como la cuna de la orden, donde están las fuentes y orígenes de su historia.

La Santa Cueva es una gruta natural sobre la cual están construidos los edificios de la iglesia, el convento y el centro de espiritualidad. Habilitada como capilla, la Cueva reúne un retablo de alabastro de la segunda mitad del siglo XVII, obra de Joan Grau y que muestra la figura del Santo escribiendo los Ejercicios Espirituales. Hay también varios relieves que representan diferentes escenas de la vida del Santo. En la Cueva volvimos a tomar parte en la misa, privilegio que pocos tienen. En aquel santo lugar nos encomendamos a Ignacio para que intercediera por nosotros ante el Señor y nos guiara en nuestro peregrinar por la vida. Después visitamos a pie algunos edificios emblemáticos de la ciudad como la Colegiata Basílica de Santa María de la Aurora ​que recoge los estilos renacentista, gótico y barroco. Posee un magnífico retablo, hermosos vitrales, y la imagen de Nuestra Señora de la Aurora que es una réplica de la original que databa de fines del siglo XIV y que fue destruida por un incendio en 1979.También entramos en lo que fue el antiguo Hospital de Santa Llúcia (Lucía) de origen medieval, que originalmente fue el lugar donde estuvo san Ignacio los 8 días de su rapto[15]. Más tarde el hospital fue transformado en acogedora capilla que sirve de lugar de culto.

Al siguiente día salimos de Manresa y subimos los montes para llegar al Monasterio de Monserrat, abadía benedictina situada en la montaña de Montserrat, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar. El Monasterio está rodeado por montañas aserradas (de ahí Monserrat) que le imprimen una hermosa fisonomía al paisaje. Íbamos a venerar a la Virgen de Monserrat o La Moreneta, como le llaman los catalanes. La leyenda sitúa el hallazgo de la imagen por unos niños pastores en una cueva hacia el año 880. El obispo de Manresa intentó trasladar la imagen hasta esa ciudad, pero fue imposible ya que la estatua pesaba demasiado, y ordenó la construcción de la ermita de Santa María, origen del actual monasterio. En 1493 el rey Fernando el Católico envió al monasterio 14 monjes procedentes de Valladolid, y en ese mismo año el fraile Bernat Boïl, ermitaño de Montserrat, acompañó a Cristóbal Colón en uno de sus viajes a América lo que propició la expansión del culto a la virgen en nuestro continente incluyendo a Cuba, donde existen varios templos dedicados a esa advocación. El 11 de septiembre de 1881 el papa León XIII proclamó a la Virgen de Montserrat patrona de Cataluña.

Durante los años que duró la Guerra Civil Española (1936-1939), el monasterio permaneció cerrado y un total de 23 religiosos de la Abadía fueron martirizados en los tres años que duró la persecución religiosa. Después de la Guerra Civil la Basílica fue reconstruida y en 1958 se consagró el nuevo altar mayor. Años después, en 1982, el papa Juan Pablo II lo visitó dando aún más importancia a este lugar que no ha dejado de crecer, y que hoy contiene una de las mejores bibliotecas de España. La comunidad del monasterio actual está formada por unos 80 monjes, lo que la convierte en uno de los cenobios más importantes del mundo. Además, en el monasterio residen los niños que componen la Escolanía de Montserrat, considerada la escuela de canto de más antigüedad de Occidente ya que fue fundada en el siglo XIII. Antes de terminar nuestro viaje por esta tierra catalana, los peregrinos de Miami pudimos venerar a La Moreneta, subir hasta su camarín, y participar en la misa en la que todos oramos ante la hermosa imagen.

Cuando llegamos a Barcelona, última parada de nuestro itinerario, teníamos la agenda repleta de actividades. Desde una breve visita al Museo de Historia, el puerto, el barrio romano con el Templo de Augusto, incluyendo también la Catedral, el Barrio Gótico, las Ramblas, y el mercado de La Boquería. Pero sobre todo estábamos ansiosos de contemplar las obras del gran arquitecto Antonio Gaudí[16] y su Templo de la Sagrada Familia. Iniciado en 1882 y todavía en construcción, la Sagrada Familia es el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana, uno de los monumentos más visitados de España y el segundo de Europa después de la Basílica de San Pedro en Roma.​ Gaudí trabajó en el templo durante la mayor parte de su carrera profesional, pero especialmente en los últimos años de su vida, llegando su peculiar estilo naturalista a la culminación. El artista dejó representados en la fachada del templo y en perfecta armonía, los pasajes de la vida de Jesús así como otros del Antiguo y Nuevo Testamentos. Aunque el exterior nos deja sin palabras, asombrados por su belleza artística, el interior impresiona y conmueve tanto o más aún. La puerta en bronce de la entrada pesa dos toneladas y está decorada con flores, insectos y hojas. Al entrar en el templo nos recibe lo que asemeja ser un bosque con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas de forma helicoidal creando una estructura simple y a la vez poderosa, como merece un templo dedicado a Dios.

El edificio tiene una capacidad para 10,000 personas; posee 36 columnas de más de 45 metros de alto, y las bóvedas están decoradas dando la sensación de cielo estrellado. La luz penetra a través de los bellos y numerosos vitrales policromados de mosaicos venecianos. El baldaquino está realizado en metal con racimos de uva en vidrio. Gaudí supo aglutinar un gran número de profesionales, y tuvo la habilidad de crear un equipo integrado y así dejarnos esta gran obra de la fe cristiana y del arte moderno. ​En el 2005 el templo fue incluido por la Unesco como Sitio del Patrimonio de la Humanidad. Además, desde 2007 es uno de los 12 Tesoros de España y una de las Siete Maravillas de Cataluña. El papa Benedicto XVI declaró a la Sagrada Familia Basílica Menor el 7 de noviembre de 2010.​ Visitar la Sagrada Familia fue una experiencia extraordinaria. El mensaje de salvación que encontramos por todas partes y la maestría con la que ha quedado todo representado, producen en el visitante admiración y devoción.

Luego de varios días de recorrido por España, y de encontrarnos íntimamente con Ignacio de Loyola, nuestro peregrinaje llegaba a su fin. Habían sido muchos los momentos y experiencias vividas, y muchas más las bendiciones recibidas a lo largo del camino. Había sido un gran peregrinaje y habíamos visitado lugares santos en los que estaba palpable la mano de Dios. Por eso, antes de marcharme di gracias Dios por el viaje y por el gran regalo de la fe, y recé la plegaria de san Ignacio de Loyola:

  • Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria,
  • mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
  • Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno.
  • Todo es Tuyo: dispón de ello según Tu Voluntad.
  • Dame Tu Amor y Gracia, que ésta me basta. 
  • Amén.
  • [1] San Ignacio de Loyola (Loyola, octubre 1491-Roma, julio 1556) fue un militar y luego religioso español. Fue fundador de la Compañía de Jesús de la que fue el primer general, la que prosperó y se llegaron a fundar cientos de casas, colegios y centros de formación. Sus “Ejercicios Espirituales”, publicados en 1548, ejercieron una influencia proverbial en la espiritualidad. Ignacio de Loyola es considerado una de las personalidades más notables e influyentes del siglo XVI. Fue canonizado en 1622.​
  • [2] S.J., miembro de la Sociedad de Jesús (S.J.), orden religiosa Católica Romana formada por hombres, fundada por san Ignacio de Loyola, y conocida por su labor educacional, misionera y sus obras caritativas.
  • [3] José Luis Iriberri, S.J. y Chris Lowney: Guía del Camino Ignaciano, Ediciones Mensajero, Bilbao, 2016, etapa No. 2.
  • [4] Poema de Salbatore Mitxelena, fraile franciscano y escritor vasco. En https://www.kulturweb.com
  • [5] Alberto Ramos, Espacio Laical, “Setenta años de experiencia cubana – Cine, medios, comunicación: el apostolado de la imagen”. El padre Pablo de Lete llegó a La Habana en 1927. Fue desde 1946 Consiliario Nacional de la Acción Católica Cubana y moderador, consultor y redactor del Semanario Católico, una de las publicaciones católicas más difundidas en Cuba durante la República.
  • [6] Garibay: Compendio historial de las Chrónicas y universal historia de todos los Reynos d’España (1571).
  • [7] La Credencial o Acreditación del Peregrino es el sucesor del documento entregado a los peregrinos en la Edad Media como salvoconducto. Acredita al caminante como peregrino y certifica su paso por las distintas poblaciones de las rutas. Es un tríptico plegado en el que aparecen los datos personales del peregrino, y las casillas en las que irán cuños y sellos de los lugares visitados.
  • [8] San Francisco Javier Xavier Confesor, amigo de Ignacio de Loyola, misionero, sacerdote y religioso de la Compañía de Jesús. Apóstol de las Indias (1506). Fallece en 1552 en la Isla de Sanchón, Imperio Ming, China. Beatificado por Paulo V en 1619 y canonizado en 1622 por Gregorio XV.
  • [9] Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, Francia 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural; el grabado y el dibujo. Para Goya la pintura representaba un vehículo de instrucción moral, y no un simple objeto estético. ​
  • [10]José Martí: Obras Completas, vol. 17, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1964.
  • [11] José Martí residió en Zaragoza de 1873-1874 donde consiguió la titulación de Bachillerato en el Instituto Goya y obtuvo los títulos de Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza.
  • [12] Fermín Valdés Domínguez (La Habana, Cuba, 1852 – 1910) fue un médico y patriota cubano.​ En su casa organizó tertulias a las que asistía Martí. Representante del Partido Revolucionario Cubano, colabora en el periódico Patria. Trabaja como médico en Cayo Hueso hasta el estallido de la guerra en 1895 en que regresa a Cuba en la expedición del General Carlos Roloff. Ocupó la jefatura de despacho del general Máximo Gómez y alcanzó el grado de Coronel del Ejército Libertador.
  • [13]Rita Amelia Martí y Pérez (1862-1944), la sexta de las hermanas de José Martí. Casada con José García y Hernández con el que tiene varios hijos. Para más datos sobre las hermanas de Martí, ver Teresa Fernández Soneira: Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, vol. 1, Ed. Universal, Miami, 2014.
  • [14] Manresa, ciudad y municipio español, capital de la comarca del Bages, en la provincia de Barcelona.
  • [15] Un sábado, cuando Ignacio rezaba, quedó tan enajenado de todos sus sentidos, que algunos hombres devotos y mujeres le tuvieron por muerto. Y sin duda le hubieran enterrado si uno de ellos no le mira el pulso y le toca el corazón que todavía, aunque muy débilmente, latía. Duró en este arrobamiento o éxtasis hasta el sábado de la siguiente semana, en que estando muchos presentes, como quien despierta de un sueño dulce y sabroso, abrió los ojos, diciendo con voz suave y amorosa: «¡ay Jesús!».
  • [16] Antonio Gaudí (Reus 1852-Barcelona, 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán. Con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa. Entre sus obras resaltan el Palacio y Parque Güell, El Capricho de Comillas, la Casa Batlló y la Casa Milá.

 

 


  • Teresa Fernández Soneira (La Habana, 1947).
  • Investigadora e historiadora. Estudió en los colegios del Apostolado de La Habana (Vedado) y en Madrid, España.
  • Licenciada en humanidades por Barry University (Miami, Florida).
  • Fue columnista de La Voz Católica, de la Arquidiócesis de Miami, y editora de Maris Stella, de las ex-alumnas del colegio Apostolado.
  • Tiene publicados varios libros de temática cubana, entre ellos “Cuba: Historia de la Educación Católica 1582-1961”, y “Mujeres de la patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba” (2 vols. 2014 y 2018). Reside en Miami, Florida.
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