Durante mi vida artística casi siempre he estado solo y mi obra delante, sobre todo mi fe en Cristo es lo que me ha mantenido a flote en este mundo de escalones, de tropezones y decepciones. Me he dado cuenta a través del tiempo y la experiencia que el arte debe ir en función de servir, y de bandera, es tu yo interior y debes sacarlo a flote, ser agradecido a Dios por este Don Divino y brindarles tu conocimiento, ayudar (en este caso con donaciones) a los más necesitados.
En mi pintura casi siempre está el mar, pues el color azul es importante para mí, tonos agresivos por momentos y apastelados en otros, emocional y erótica, son constantes, así voy de un extremo a otro, en un espectro muy ancho, no me gustan los encasillamientos, es por eso que la variedad es también importante para mi obra y su enriquecimiento.
Me encanta el movimiento expresionista ya que puedo representar la experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparme de la realidad externa sino de su naturaleza interna y de las emociones que despierto en el observador. Para lograrlo, los temas los exagero y los distorsiono con el fin de intensificar la comunicación artística. Además, el surrealismo y el automatismo, este último en ocasiones lo empleo como ejercicio.
Trabajo en lo que me motive y no tengo una línea fija de trabajo, eso sí, el ser humano es la clave de mi discurso. La variedad es imprescindible en mi obra, (no me gusta encasillarme ni que me encasillen) mis temas varían dependiendo del estado de ánimo o lo que desee en ese momento, algún tema en específico. En la variedad está la riqueza, sin embargo dejo implícito mi sello en cada obra que realizo.
Me mantengo trabajando sobre todo en las madrugadas, escuchando la radio o alguna música que me ayude a mover mis ideas.
- Jorge Luis Martínez Camilleri
- (La Habana, 1971). Artista de la plástica.