La situación cubana se complica. La crisis se profundiza. Se repite lo que ha ocurrido en todas las épocas y en todos los países donde se ha aplicado un modelo totalitario. Lo diferente es que ninguno de esos gobiernos gozó de tantas coyunturas y acontecimientos que le favorecieron, ni realizaron tantos esfuerzos y maniobras para mantenerlo. Lo idéntico es el resultado, el destino de los modelos político-económicos ajenos a la naturaleza humana, declárense de derecha o de izquierda. Se trata no de una tendencia, sino de una ley.
El miércoles 11 de septiembre, el Gobierno cubano inauguró un capítulo más en la intención de evadir esa Ley, es decir, de evitar lo necesario: lo que ocurrirá ineludiblemente un poco antes o un poco después, pero ocurrirá. El Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, “informó” a la población, a través del programa televisivo Mesa Redonda, la crítica situación con el combustible y las medidas a tomar.
Según sus palabras: la causa de la crisis está en la mayor agresividad de Estados Unidos; la situación es coyuntural; se limita a la energética; estamos en condiciones de mitigar el daño; se impone el ahorro y una mayor vigilancia como nueva práctica; no regresaremos al Período Especial, contamos con nuestro pueblo y con fortalezas que antes no teníamos; saldremos victoriosos.
Seis razones para dudar de lo planteado
- Si el término coyuntura designa una o varias causas que inciden sobre algo en un momento determinado, lo coyuntural es una situación pasajera. Por tanto, si la causa de la falta del petróleo está en la mayor agresividad de Estados Unidos, para asegurar que esa causa es coyuntural habría que tener información de que ese país desaparecerá o cambiará su política en corto tiempo. Si no es así, no puede ser coyuntural.
- Si en meses pasados -antes de la crisis del petróleo- había desabastecimientos de medicinas y productos de primera necesidad ¿cómo se puede afirmar que lo de ahora se limita a la energética? Lo real es que al desabastecimiento crónico se le une ahora el del combustible.
- Si se está en condiciones de mitigar el daño, la verdadera causa no puede ser la declarada. Y si lo es ¿por qué no se previó?, ¿la causa es externa o interna?, ¿por qué se esperó el momento crítico para enfrentarla?
- El ahorro y la mayor vigilancia no es nada nuevo. Es parte de los repetidos llamamientos ideológicos sin resultados. Si esos llamamientos fueran efectivos no se hubieran incumplido tantos planes ni existirían los hurtos, los desvíos de recursos como el combustible ni otras ilegalidades generalizadas.
- No volveremos al Período Especial, no es una declaración nueva. La crisis, bautizada con ese eufemismo, redujo el 34% del PIB; una caída aún pendiente de recuperación. Lo real es que sin salir de aquel episodio entramos en otro, lo que demuestra el carácter sostenido de una crisis que nada tiene de coyuntural.
- Más que fortalezas que antes no teníamos, ahora faltan factores que antes estuvieron presentes: las subvenciones por razones ideológicas de la Unión Soviética, la reducción de las de Venezuela y la creciente merma de apoyo de un pueblo descreído.
Una cadena de fracasos
- El Decreto Ley 259 de 2008. Fue un retroceso, el mismo solo admitía hasta 40,2 hectáreas en usufructo e infestadas de marabú, mientras la Ley de reforma agraria de 1963 permitió hasta 67 hectáreas en propiedad; además resulta contradictorio. Si las propiedades del Estado devienen ociosas, ¿cuál es la razón para que los privados, con capacidad para producir, sean usufructuarios de un bien ajeno y el Estado ineficiente propietario?
- El trabajo por cuenta propia. Un listado reducido a legalizar lo que ya existía al margen de la ley, en lugar de permitir el fomento de pequeñas y medianas empresas como existían antes de la Ofensiva Revolucionaria de 1968 que al barrer los últimos gérmenes de propiedad privada, generó la escasez de productos y la ausencia de servicios que no pudieron suplirse.
- La unificación monetaria. Que en 2011 se incorporó a los Lineamientos del Partido Comunista y en 2014 se emitió una Resolución ministerial para su ejecución. Hoy apenas se le menciona.
- La Ley de Inversión Extranjera de 2014. Cuyo objetivo es atraer inversiones por unos 2500 millones de dólares anuales, no ha arrojado los resultados previstos. El por qué, lo explicó el propio ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, cuando al presentar el proyecto de Ley, dijo que la misma constituye una actualización profunda del proceso de transformaciones que se desarrolló al inicio de la Revolución para poner los principales medios de producción en manos del Estado Revolucionario. Es decir, la intención de la Ley es conservar la estatización, una de las causas del fracaso.
- La producción azucarera. Antes, nuestra principal fuente de ingresos, después de la zafra de 1970, retrocedió hasta producir en 2010 algo más de 1 millón de toneladas (siete veces menos que en 1952). En la última zafra, la de 2019, se planificó 1 millón 700 mil toneladas y terminó con unas 400 mil toneladas menos
- La escasez de medicamentos. Según dos funcionarias de Biocubafarma, Teresita Rodríguez Cabrera y Rita María García Almaguer, plantearon a Granma, una, que en diciembre de 2015 se elaboraron las demandas para los próximos meses; en la primera mitad de 2016 comenzaron a agotarse muchos recursos porque oportunamente no se contó con el financiamiento necesario para pagar las deudas contraídas; la otra que, si bien en otros momentos como el 2015 ocurrieron dificultades de contratación, hoy lo que pasa es que no contamos con el financiamiento de manera oportuna para poder pagar la deudas.
- La edificación de viviendas. Incumplió todos los planes durante seis décadas. En 2019 se confeccionó un “novísimo” plan para construir a un ritmo de más de 100 mil anuales, pero transcurrido el primer trimestre, solo se había ejecutado el 8% de dicho plan.
- Las pérdidas. En conferencia de prensa la Contraloría de la República informó que en 2018, de 402 empresas comprobadas el 39% se evaluó de mal y el 19% de deficiente, con pérdidas de más de 2000 millones de pesos en moneda total, el doble del año precedente cuando 369 empresas arrojaron pérdidas por 1057 millones de pesos.
- El transporte. Se intentó resolver por enésima vez con medidas restrictivas y un experimento en la capital. En abril de 2019 el ministro de Transporte reconoció que: Los resultados obtenidos en el experimento no han sido los esperados y, como consecuencia, no es posible avanzar con su generalización en el resto del país. A ese resultado se suma hoy la crisis de combustible.
- La deuda externa. Las subvenciones soviéticas, 65 mil millones de dólares en 30 años, tres veces más de lo que recibió América Latina de la Alianza para el Progreso y de los millones prestados por el Club de París y otros países capitalistas, cayeron en saco roto. Cuba se quedó sin créditos por no pagar a “amigos” ni a “enemigos”. Esos países, conscientes de que nunca cobrarían, decidieron renegociar para tener un pie dentro ante la normalización de las relaciones con Estados Unidos que se estaba produciendo. Pero renegociar implica pagar. El Club de París condonó 8500 millones de dólares y Rusia 31700. Al primero se le adeudan 2600 y al segundo 3500 millones, que deberán ser abonados, precisamente cuando el crecimiento del PIB cubano se acerca al cero por ciento.
- La Zona Especial de Desarrollo Mariel. En enero de 2014 se inauguró la primera fase del Puerto del Mariel, cuya importancia económica está en su ubicación geográfica por donde se desplazan los megabuques entre Asia y Norteamérica. Su posible éxito dependía del avance en las relaciones con Estados Unidos, las que han empeorado. A ello se unen las restricciones: las empresas inversionistas no pueden contratar libremente a su personal, los cubanos no pueden ser inversionistas. Sencillamente, si antes de entrar en vigor la Ley Helms-Burton no había logrado atraer suficientes inversionistas, ahora ni pensarlo.
- El Producto Interno Bruto, entre 1989 y 1993 cayó en un 34%. Para remontarlo se requería de un crecimiento anual sostenido de un 7%. Entre 2011 y 2014 se registró solo un 2,3%, en 2015 un 4%, y en el primer semestre del 2016 cayó al 1%. Los años 2017 y 2018 fueron similares y en 2019 las dificultades se multiplican.
- Blindar el modelo con la nueva Constitución. El Gobierno cubano, en lugar de desatar las trabas que impiden el desarrollo, decidió blindar el modelo constitucionalmente: se mantiene la existencia de un solo partido político y se le declara por encima de la propia Constitución. Se refrenda un sistema de economía socialista basado en la propiedad de todo el pueblo como forma principal, pero el pueblo cubano ni es dueño ni decide nada sobre una propiedad que es exclusiva del Estado. Las libertades y derechos quedan limitados a ser ejercidos de conformidad con la ley y los fines de la sociedad socialista. Es decir, subordinados a la ideología del partido político permitido. La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo; pero el pueblo la ejerce por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado. Es decir, la soberanía se traslada del pueblo a la ANPP y de la ANPP al Partido. El sistema socialista se declara irrevocable, lo que demuestra que el fin de esa Constitución es conservar el modelo, que es lo mismo que anclar el país al pasado.
Las verdaderas causas
El régimen que emergió en 1959 monopolizó la propiedad, barrió la sociedad civil y convirtió la economía en factor de pobreza. Paralelamente, la nacionalización de las propiedades norteamericanas y la exportación de la revolución, al afectar los intereses del vecino del Norte condujo a la ruptura de las relaciones diplomáticas en 1961 y a la confrontación. Mientras el fracaso simultáneo, del Gobierno de Cuba y de la política norteamericana, condicionó el escenario que condujo en 2014 al restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
En el año 2009, el presidente Barack Obama permitió a los cubanos residentes en Estados Unidos viajar anualmente a la isla, gastar hasta 179 dólares diarios, solicitar un permiso adicional por emergencias familiares y entre otras medidas, autorizó la venta de alimentos y medicinas sin pago adelantado. En su segundo mandato dictó otros seis paquetes de medidas con el mismo fin: llegaron los cruceros, se reiniciaron los vuelos, se establecieron acuerdos con empresas de telecomunicaciones, se facilitaron las negociaciones con otros países y se reanimaron las expectativas y esperanzas de cambio. Restaba la suspensión total del embargo, que es prerrogativa del Congreso, no del Presidente. No era todo, pero sí un buen comienzo.
La parte cubana se limitó a permitir a los cubanos hospedarse en hoteles reservados para turistas; comprar computadoras, DVD y líneas de telefonía móvil; vender su casa o su auto; salir del país sin tener que pedir permiso y permanecer hasta 24 meses en el exterior; y establecieron puntos públicos de acceso a wifi. Medidas que pusieron en evidencia hasta qué punto habían retrocedido los derechos en Cuba.
La oportunidad de cambiar se desechó por miedo a que las contradicciones externas se desplazaran a las internas; una decisión que agotó el tiempo de cambios desde el poder. Ahora, ante un pueblo desesperanzado, inmerso en la sobrevivencia, se requiere de una dosis de voluntad política inexistente.
Los seres humanos se mueven hacia determinados fines sociales en dependencia de sus intereses. Entre ellos la propiedad sobre los medios de producción, los salarios y las libertades. Como la primera está prohibida a los cubanos, los segundos son insuficientes y las terceras no existen, el desinterés generalizado devino freno, lo que está reflejado en las siguientes palabras:
Según Marino Murillo, en marzo de 2012, el Ministerio de la Agricultura presentaba un estado económico-financiero desfavorable por varios años, el cual influye negativamente en la gestión empresarial y demostró que han sido insuficientes las acciones y medidas adoptadas hasta la fecha para revertirlo.
Según el ministro de Economía y Planificación, en el informe acerca del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, la existencia de: fuertes restricciones financieras, atrasos en el pago de algunas deudas que impiden el adecuado funcionamiento de la economía y la consecución de los créditos que están previstos en el plan.
Según Raúl Castro, el 8 de julio de 2016: es preciso reducir gastos de todo tipo que no sean imprescindibles, fomentar una cultura del ahorro y de aprovechamiento eficiente de los recursos disponibles… No negamos que puedan presentarse afectaciones, incluso mayores que las actuales, pero estamos preparados y en mejores condiciones que entonces para revertirlas.
Entonces, la crisis del petróleo no es coyuntural, es un nuevo episodio de la crisis sostenida.
Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
Reside en La Habana desde 1967.
Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).