La libertad. ¡Qué preciado don!

Viernes de Rosalia

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Cuánta sabiduría en esta célebre frase de Don Quijote de la Mancha, qué agasajo para la literatura y para los hombres y mujeres que a lo largo de los tiempos han conquistado y entregado su vida por la libertad.

La historia trae consigo un valioso legado acerca de la libertad de los hombres y de los pueblos, de sus expresiones artísticas y culturales, de sus religiones, de sus razas, de sus ideologías y de las libertades con que cada individuo nace por derecho. Vivir en libertad es estar realmente vivo, es respirar sin sentir miedo a dejar de hacerlo algún día. Don Quijote sabía y sentía eso, así como los hombres y mujeres de la historia y de estos tiempos también lo saben.

Esta Isla en la que vivo, llamada Cuba, forma parte de esa historia, y tiene hijos valiosos que han luchado y hasta estos días abogan por su libertad. Conocer los errores de la historia no ha servido de nada para que esta tierra caribeña conquiste una de las libertades mas preciadas, la libertad de expresarse libremente, sin temor a ser juzgados o condenados por ello. La comunicación entre los seres humanos debe hacerse desde el respeto, y para los hijos de esta tierra no basta que esa libertad de expresión se haga desde el respeto, porque los que controlan el poder solo ven en un solo camino, el propio, donde las opiniones diferentes a las de ellos son excluidas de manera radical.

A pesar de las consecuencias, no son pocos los cubanos que han aventurado su vida por la libertad y la honra, alzando la voz por todos y para el bien de todos los hijos de esta Isla. Cada aporte a la libertad que se haga por pequeño que sea merita el sacrificio, porque el cautiverio del alma y de la palabra marchita y apaga, te hace prisionero y esclavo.

Si los cielos nos otorgaron tan preciado don, no dejemos que nos falte.

 

 


  • Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
  • Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

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