La familia, lo primero y principal

Viernes de Rosalia

La familia, lo primero y principal. Hace tiempo que escuché a un abuelo decirle esta frase a su nieta, en ese momento pensé que era una frase hermosa, porque la familia es el pilar y la esencia del árbol de vida y me sentí dichosa de escucharla.

Desde que llegamos al mundo estamos en compañía de personas que nos miran con amor, nos hacen gracias, nos hablan como si entendiéramos de qué se trata lo que balbucean y nos regalan sonrisas y jaranas. También guían nuestros primeros pasos, nos educan y nos instruyen de lo bueno y lo malo que podemos encontrar en el camino.

Por razones de la vida no todos los individuos corren con la misma suerte, algunos nacen en familias desestructuradas en las cuales no encuentran regocijo, ni amor. Para muchos, estos factores acarrean en su vida causando grandes perjuicios, inferioridades, conductas psicológicas irreversibles y otros seres logran superarlo gracias a un apoyo externo o por gracia divina. De cualquier forma, nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino, es un hecho que no podemos cambiar, pero sí enfrentar y superar.

La familia proyecta un modo de vida y puede influir en las decisiones futuras que sus hijos puedan tomar. Ante las dificultades o momentos de dolor, la familia es el cimiento que nos consuela y fortalece, siempre dispuesta a escucharnos y apoyarnos.

Los lazos sanguíneos no definen únicamente a una familia, sino también esas otras personas que llegan para quedarse y ofrecen un afecto y amor puro y espontáneo. Valorar estos lazos y consolidarlos es vital para una existencia llena de buenas vibras. Muchas veces se pretende que todo sea perfecto, sin errores ni equivocaciones, pero por naturaleza no funciona así, solo hay que crecerse y superar en familia cada uno de los obstáculos que vayan apareciendo.

 

 


Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).

Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

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