¿Qué viene después de reconocer un error?

Miércoles de Livia

Los errores forman parte de nuestra vida. Todos los seres humanos los cometemos, aunque unos más que otros, así también unos son más graves que otros, por supuesto. Pero reconocerlos o no, enmendarlos o no, depende solamente de nosotros. Y ahí está la clave. El primer paso es reconocer, pero el segundo debe ser inmediato: enmendar.

Me parece importante aclarar que los actos y actitudes crueles o injustas contra los demás, de manera consciente, no pueden ser llamados errores. Son fruto de la maldad humana que a través del tiempo ha puesto en peligro la vida de las personas o su dignidad. Eso es otra cosa. 

A muchos nos cuesta reconocer que nos equivocamos. A veces tenemos en nuestra personalidad pequeñas cuotas de miseria humana que nos impiden, primero, aceptarnos como responsables del error cometido, y segundo, reconocerlo ante los demás.  No digo que sea fácil, pero mientras más nos demoremos en dar estos dos pasos, menos oportunidades concretas tendremos de dar soluciones.

Los errores suceden en todas partes, y siempre que suceden hay perjuicios. No podemos exigir de los demás que no los tengan en cuenta. Las consecuencias debemos asumirlas. Pero tampoco es justo que el castigo sea tan constante y duradero que haga imposible la enmienda.

Reconocer que nos equivocamos, tratar de solucionarlo a tiempo, y aprender de ello, nos hará mejores personas, y mejores personas conformarán las familias, las escuelas, las empresas, los hospitales, las instituciones, los gobiernos, la sociedad, el mundo.  

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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