En la coyuntura actual la política monetaria es una variable sobre la que vale la pena reflexionar, en cuanto variable indispensable para promover el crecimiento económico mediante la estabilidad de precios, el control de la masa monetaria y otras variables que permitan favorecer el equilibrio de los principales agregados macroeconómicos. En este sentido una reciente entrada del reconocido economista Pedro Monreal en su blog (Monreal, 2019), me motiva a aportar una reflexión al debate.
Es sabido que los bancos centrales en orden a actuar imparcialmente en materia de política monetaria han de preservar su independencia (o importantes cuotas de autonomía), para que no pueda haber manipulaciones de los gobiernos de turno en los objetivos de la política monetaria, ni pueda usarse esta como una herramienta partidista para ganar votos. También asumo que en Cuba dicha independencia no se respeta, y que más allá de lo que dicte la racionalidad económica, o de la política monetaria en este caso, el Banco Central tomará decisiones de acuerdo con criterios políticos establecidos por el partido. Lo anterior es sin dudas un problema enorme desde el punto de vista económico, pues el Banco Central y la política monetaria corren el riesgo de no perseguir adecuadamente (de acuerdo con la racionalidad económica) los fines de estabilidad macroeconómica y crecimiento. Y no pasa por mi mente suponer que las políticas públicas implementadas por el gobierno cubano respetarán la racionalidad económica, pues solamente hay que mirar los hechos para percibir que no importa tanto el desarrollo del país, la prosperidad y la equidad, como el predominio de un modelo centralmente planificado que ha probado -económica y políticamente- ser incapaz de generarlos.
En el momento actual de crisis que vive el país, la preocupación al respecto debe ser grande, pues la política monetaria es muy sensible, y un mal manejo de esta puede llegar a provocar efectos sumamente perjudiciales. La estabilidad de los precios es una variable vital para el crecimiento económico, y en ella impacta directamente la masa monetaria, en este sentido, cuando la política monetaria no está bien diseñada puede provocar desastrosas consecuencias para la economía. Es por ello por lo que me atrevo a sugerir, algunas ideas que los hacedores de política económica en Cuba deberían evaluar de acuerdo con la teoría y la práctica económica, si verdaderamente importa la estabilidad monetaria, macroeconómica y el crecimiento y la prosperidad en sentido general.
En su reflexión Monreal (2019) se pregunta además de si hay política monetaria en Cuba, cómo afrontará el Banco Central un escenario en el que la liquidez monetaria aumenta sostenidamente en los últimos años debido entre otras cosas a las remesas, los recientes aumentos salariales y de pensiones, los bajos niveles de ahorro, y por otro lado se plantea un elevado déficit fiscal, una crisis de oferta, y una tensa situación financiera.
En este contexto, la apertura al sector privado podría ser una variable interesante para que la política monetaria pueda perseguir sus objetivos de crecimiento y estabilidad de manera más holgada. El excedente de liquidez de las remesas y la subida de salarios podría convertirse en inversión privada en un escenario de mayor apertura al sector privado, o en ahorro captado por los bancos comerciales de existir las políticas e incentivos para tal fin. Con ello se lograría: Generar mayores niveles de oferta, impacto positivo en los ánimos de la población, se fortalece a la economía, disminuye la vulnerabilidad externa del país, genera empleo, detiene presiones inflacionarias, reutiliza recursos que están inmovilizados en la economía, mejora la productividad e innovación, se fortalece la regulación fiscal, y disminuye la informalidad. Estos son resultados probados, la experiencia teórica y empírica, y la realidad del incipiente sector privado existente en Cuba lo demuestran.
Una vez más el sector privado cubano, las micro, pequeñas y medianas empresas pudieran ser una variable decisiva para la economía, un cambio desde la microeconomía que puede impactar positivamente en la macro, y que es respaldado por el debate público en la actualidad. La pregunta sigue siendo, por qué no eliminar la lista de empleos por cuenta propia, por qué no crear -de una vez- una ley de empresa donde se reconozcan las MPYMES privadas, por qué no utilizar el potencial de este sector que no depende ni de Venezuela ni de las sanciones del gobierno norteamericano. La respuesta que viene a mi mente: los hacedores de política económica en Cuba no saben nada de economía (no lo creo), o no les interesa verdaderamente que la prioridad de la política económica sea la estabilidad monetaria y macroeconómica en general, la prosperidad y sustentabilidad, el progreso y la equidad. Entonces, ¿Cuáles son las prioridades?
- Referencias
- Monreal, P., 2019. Una pregunta para el Banco Central: ¿Existe política monetaria en Cuba?. El Estado como tal, 1 Octubre.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía.