Si nos basamos en lo que tenemos o podemos, nuestra vivencia de la Navidad, puede ser triste y desesperanzadora. La Navidad debe vivirse con la conciencia de que Dios nos amó tanto que se hizo hombre y se entregó por nosotros. Dios se hizo uno de nosotros. Lo sentimos a nuestro lado y con la Navidad, recordamos que Él decidió pasar de ser un Dios que todos creían alejado y superior, a un Dios cercano y al que llamamos Padre.
¿Qué acontecimientos marcan la Navidad para la economía cubana?
Las noticias en economía son contradictorias. Por una parte, no hemos cumplido los planes, sin haber decrecido, no hemos crecido como estaba previsto, y, para el próximo año, solo tenemos que usar mejor los recursos que tenemos, producir más para poder pagar lo que debemos y empezar a desarrollarnos. No son noticias nada nuevas para el pueblo cubano. Una vez más, el crecimiento no se siente en las mesas y los bolsillos. La economía es algo lejano y ajeno.
Pero la Navidad es nacimiento, es lo que viene, lo que da esperanzas al mundo, a las personas que saben lo que significa. Es un tiempo para vivir la alegría del nacimiento de Jesús. Es un tiempo para reflexionar en la esperanza y la posibilidad de que el mundo cambie con acontecimientos sencillos y, aparentemente insignificantes.
Y aparentemente insignificante es el hecho de que, a pesar de enfatizar que la inversión extranjera no es un complemento para nuestra economía, sino un elemento esencial del desarrollo, en el informe a la Asamblea Nacional del ministro de economía, Alejandro Gil, hizo insistente y explícita referencia, a utilizar los recursos propios internos del país en función del despegue hacia el desarrollo.
“…no es lo mismo crecer la economía a partir de incrementar el endeudamiento (…) que obtener un crecimiento de la economía sobre la base de la utilización más eficiente de sus propios recursos”
“…buscando un mayor aprovechamiento de las capacidades productivas existentes en el país”
“…ajustando los niveles de gastos a las disponibilidades de recursos del país.”
“…mirarnos hacia dentro, todo aquello que podemos hacer en el país,…”
Utilizar más los recursos propios implica no solo evitar los endeudamientos, sino también las dependencias de quienes nos dan crédito blando o nos “regalan” recursos. Asombra que, aún así, no hubo mención de la importante influencia que el trabajo por cuenta propia, ha hecho en la economía cubana, que sí ha sido reconocida en otros medios y en otras ocasiones. Que ha sido además comprobada, en la práctica, cuando la disminución del mismo ha provocado desequilibrios y dificultades a la población y, por tanto, a la economía, o cuando ha salvado graves períodos de crisis.
Contar con los recursos propios verdaderamente, debe incluir, la capacidad de emprendimiento de los cubanos, su disposición al riesgo y al trabajo, su poder de recuperación, su sabiduría para descubrir nichos de mercado, su creatividad.
El trabajo por cuenta propia es uso del capital humano del país en función de la inversión eficiente y es de gran impacto en la economía doméstica.
La economía cubana comenzará su despegue hacia el desarrollo en la medida en que el Estado, decida abrir las puertas a la inversión interna nacional, tal como se la ha abierto a la inversión extranjera.
¿Podemos esperar para el 2019, que el Estado, en su afán anunciado de utilizar mejor los recursos propios en función de la economía, otorgue más oportunidades al trabajo privado? Es nuestro derecho, protagonizar los esfuerzos que, por el desarrollo, necesita la nación cubana. Sería también acercar la economía, que en el informe parece tan lejana como el Dios que conocían los antiguos, al pueblo que, en definitiva la crea.
Si pudiéramos tener, por lo menos la esperanza de que el Estado cubano se decidirá a negociar con los cubanos mejor, o por lo menos igual, que con los extranjeros, teniendo en cuenta que somos recursos internos muy valiosos, nuestra economía respirará aires de Navidad.
Feliz Navidad 2018.
Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.