La falta de motivación no justifica la irresponsabilidad

Miércoles de Livia

Por muchos es conocida la falta de motivación de cada vez más personas en Cuba. Gran parte de cubanos sufre de este mal que afecta el presente y el futuro. Es doloroso y alarmante porque es un fenómeno que se observa en los adultos en su vivir diario, en sus trabajos y en su vida familiar y social, pero que se extiende cada vez más notablemente a los niños, adolescentes y jóvenes. Es un mal social y tiene diversas causas.

Pero la falta de motivación no justifica la falta de responsabilidad ante la vida. No puede ser la causa de “dejar todo como está” aunque esté mal, porque somos responsables de cambiar aquello que sea necesario cambiar. Estar desmotivados no es justificación, por ejemplo, para maltratar a las personas, para no dar buenas clases, no brindar buenos servicios, o no dedicar tiempo a la familia.

Aunque no exista motivación se puede intentar hacer las cosas. Es un círculo, a mi modo de ver: hacer las cosas, aun sin motivación, puede dar una satisfacción personal que a su vez nos motive a seguir haciendo.

Los seres humanos tenemos la responsabilidad de vivir nuestro tiempo haciendo lo que nos corresponde en nuestra vida personal, cumpliendo nuestros deberes ciudadanos, porque somos responsables de algo muy serio e inaplazable: la vida presente y futura.

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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