¡He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra! Bajo este lema, se han congregado en Panamá la pasada semana, miles de jóvenes del mundo entero, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Evento que estuvo marcado para el caso de Cuba -al menos- por dos gratas sorpresas, la primera que Cuba contó con una histórica participación por el tamaño de la delegación de algo más de 500; y segundo por la sorpresa recibida por el Santo Padre Papa Francisco, quien con su característica espontaneidad y cercanía se apareció cuando terminábamos una misa a compartir unos minutos a solas con la delegación cubana.
De más está decir la emoción de un evento como las JMJs, donde personas sumamente diversas, de diferentes culturas, ideologías, experiencias de vida, se unen por unos días para compartir la fe, la esperanza, los deseo de cambiar nuestro mundo y nuestras sociedades hacia algo mejor, y lo más importante los deseos de tener un encuentro personal con Jesús y avivar la llama que impulse a seguir su camino y su palabra.
Para los jóvenes cubanos, no solo para los que participaron en este evento sino para todos, el lema de la JMJ Panamá 2019 plantea un reto importantísimo en este momento histórico que estamos viviendo. Un reto que frente a la Cuba que se nos presenta se puede resumir en dos puntos esenciales, decir sí, “hágase” y ponernos en acción:
- Dar el sí, tal y como María lo hizo cuando el ángel le anuncia que sería madre de Jesús. Dar un sí que lejos de significar no tener miedo y estar seguro, implica una decisión que pasa por encima de los sentimientos de inseguridad o de miedo. Puede haber miedo, puede haber desesperanza, puede existir apatía, desidia, frustraciones, inseguridades en la Cuba que nos ha tocado vivir; a pesar de todas estas realidades humanas y comprensibles, el reto es decir sí. Sí, por una Cuba nueva, por un país donde verdaderamente quepamos todos, por una sociedad feliz, segura, próspera, sí por un modelo económico y político diferente al imperante en los últimos sesenta años. Un sí que significa, desde mi punto de vista, dar un No a la propuesta de constitución que será sometida a referéndum el próximo 24 de febrero.
- El sí, se complementa con la acción, con el movimiento y esfuerzo por ser coherente con lo expresado. “Decir hágase en mí según tu palabra” es asumir desde la fuerza de lo pequeño, desde lo que me toca, la responsabilidad de ponerme al servicio de algo. María se pone al servicio del plan de Dios, y acepta dar su aporte para que algo cambie o sea posible, también sale al encuentro de su prima Isabel a anunciar lo sucedido, a comunicar una alegría. En este sentido, hoy los jóvenes cubanos estamos invitados a salir al encuentro de los otros -amigos y enemigos- para construir puentes y forjar, en palabras del Papa Francisco, la amistad social. Hoy estamos llamados a dejar de ser inmóviles, a poner a funcionar nuestra mente y nuestro corazón para pasar a una actitud de servicio a los cubanos y a su Iglesia. Se impone para todos los cubanos -y no sólo para los jóvenes- dar un paso, ponernos al servicio diciendo confiadamente “hágase”.
El futuro de Cuba depende de los cubanos, lo decía San Juan Pablo II en su visita a Cuba en 1998 “sean los protagonistas de su propia historia”, lo dijo también el Papa Francisco a la delegación de jóvenes cubanos y a los que estaban en Cuba -pero, con otras palabras- al repetir el lema de la JMJ, “he aquí la sierva del señor, hágase en mí según tu palabra”. En ambos casos hay una clara invitación a asumir responsabilidades para con nosotros y los que nos rodean, y una invitación a enfrentar el futuro con valentía, a ser arquitectos del futuro, a cambiar y trasformar nuestras realidades personales, familiares, comunitarias y nacionales. Digamos sí, asumamos el hágase en mí según tu palabra, y pongámonos todos a trabajar por una Cuba y una Iglesia cada vez mejor, más humanas y más dignas.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía.