Hace algunos años era impensable una Reforma Constitucional en Cuba. Para los nacidos en las décadas del 80 y 90, el ejercicio de consulta popular no sobrepasaba aquel intento de debatir en el barrio una cuestión de menor envergadura; o el proceso de recogida de firmas ante un suceso de poca trascendencia para el destino de la Patria y que, en la mayoría de los casos, reafirmaba una ideología o era para reafirmar un criterio emitido “desde arriba”.
No es hasta el presente año 2018 que el Consejo de Estado de la República de Cuba convocó a una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, el pasado 2 de junio para, entre otros puntos, tratar la “Aprobación del proceso de Reforma Constitucional y de la Comisión integrada por diputados, encargada de elaborar y presentar el Proyecto de Constitución de la República” (Granma, 28 de mayo de 2018). Esa Comisión presentó ante la Asamblea un anteproyecto que, luego de un debate, fue aprobado y publicado como Proyecto de Constitución de la República de Cuba, que sería sometido a la consideración ciudadana. Estas asambleas y otros pronunciamientos y publicaciones se han venido realizando en todo el país hasta el cierre del proceso el día 15 de noviembre próximo. La calidad de los debates, la seriedad con que haya sido tomado el asunto, la emisión de propuestas efectivas y viables, basadas en un correcto análisis de la realidad y en una crítica constructiva, son algunos elementos a tener en cuenta a la hora de efectuar el debate y, sobre todo, en el momento de compilar esos aportes que han emanado de la ciudadanía.
Aunque muchos consideramos que lo mejor para Cuba hubiera sido la convocatoria a la elección libre de una Asamblea Constituyente plural, el Centro de Estudios Convivencia (CEC) ha trabajado desde hace dos años el tema, aún en medio de la adversidad, cuando unos catalogaban el trabajo de “superfluo” y otros de “peligroso”. Lo cierto es que hoy me siento orgulloso de haber podido participar desde inicios de 2016 en un ejercicio de visión y propuestas para Cuba como parte de nuestro Itinerario de Pensamiento sobre este tema.
Es así que, el 8 de septiembre de 2016 vio la luz el Segundo Informe de Resultados de Estudios del CEC, con el título: “Tránsito Constitucional y Marco jurídico en Cuba: de la ley a la ley”, que recoge los aportes de los dos pulmones que conforman el Centro y la Nación cubana: Isla y Diáspora. Ya en la fecha en que celebrábamos la advocación mariana de la Caridad del Cobre, preveíamos y adelantábamos lo que ahora estamos viviendo. En este Informe se pueden encontrar visiones y propuestas generales para la redacción de una nueva Constitución, así como un paquete de 45 leyes complementarias que harían más eficaz y coherente la aplicación de la nueva Carta Magna.
Además, el CEC, sus miembros y colaboradores han emitido sus opiniones luego del estudio detallado del articulado del Proyecto presentado a debate; de manera que presentamos en nuestra página web www.centroconvivencia.org una Compilación de artículos sobre el Proyecto de Reforma Constitucional. Esta recopilación está aún en pleno desarrollo y se continuarán publicando los nuevos aportes en la mencionada web. En este segundo documento del CEC, se pueden encontrar tanto consideraciones y propuestas generales, como aquellas más específicas que se refieren a un significativo número de artículos que hemos valorado de fundamental importancia.
Confío en que haya una comisión de expertos encargada de escoger entre el cúmulo de propuestas que se hayan producido, lo que se ajuste a nuestra realidad nacional y sea viable para perdurar en la Ley de Leyes que regirá el destino del país. Espero y deseo que no se reproduzcan algunas contradicciones que se ven ahora en el articulado del Proyecto que se nos presenta.
Queda abierta la invitación para consultar nuestros aportes y continuar el debate ciudadano en torno a la nueva Constitución de la República de Cuba.
¡Esta es la hora, no perdamos la oportunidad! Seguir centrando el debate en un artículo que habla del “matrimonio igualitario” no da idea de que en verdad se esté analizando a fondo tan trascendental documento para un país.
Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
Licenciado en Microbiología.
Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
Responsable de Ediciones Convivencia.
Reside en Pinar del Río.