De seguro muchos han leído o han escuchado acerca de las palabras expresadas por Martha del Carmen Mesa Valenciano, viceministra primera de educación superior en Cuba, donde expresó qué es ser profesor universitario. Su texto denota una clara discriminación a la libertad de pensamiento y condiciona la enseñanza universitaria a los ideales políticos de un Partido.
Ese texto cobró vida debido a las protestas por parte de profesores, estudiantes y ciudadanos cubanos por el injusto despido que sufrió Omara Ruiz Urquiola, profesora de Historia del Diseño del Instituto Superior de Diseño (ISDI) por motivos políticos. Si bien el despido de la señora Omara creó revuelo a favor de esta, el texto de la viceministra ha hecho que múltiples voces cubanas levanten la voz y digan NO a un pensamiento que viola el derecho universal a la libertad de expresión, a la educación, al trabajo y a la no discriminación consagrada en la Constitución cubana.
Se lanzó una campaña en Internet rechazando la “abierta apología a la discriminación” de la viceministra, la cual tiene un elevado número de firmas. Esta petición fue creada en Change.org, la mayor plataforma de peticiones del mundo y que hasta hace poco estaba accesible desde Cuba, pero recientemente el Gobierno la bloqueó.
Son muchos los cubanos que han sido expulsados de las universidades cubanas por problemas políticos, por el simple hecho de pensar diferente y unos pocos han tenido que salir a estudiar a otro país. Esta Isla contiene en su historia un alto número de discriminación, ya sea por ideología, religión, sexualidad etc., donde muchos cubanos sufrieron y sufren en carne propia el desprecio y la intolerancia de quienes controlan el poder.
Esta tierra ha dado grandes intelectuales y pensadores que ahora mismo podrían estar haciendo grandes aportes a nuestra educación y a nuestra enseñanza superior, los cuales han sido vetados de proyectar y transmitir un gran potencial a las nuevas generaciones.
Personalmente he presenciado en la universidad campañas difamatorias en contra de personas que conozco y que sé, son todo lo contrario. Pienso en los familiares, amigos y conocidos de los muchos actores y defensores de los derechos en Cuba que han tenido que presenciar acciones de este tipo en su contra. Pero tengo la satisfacción de que somos ya demasiados los que no callamos y exigimos se nos respeten nuestros derechos.
Cuba necesita y merece una universidad en la que quepamos todos, sin adoctrinamiento, sin discriminación, compuesta por la gran diversidad criolla que esta tierra alberga.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.