El tema de los salarios es sin duda el más debatido en Cuba en los últimos días, el reciente aumento de los salarios para los trabajadores del sector estatal de la economía se ha recibido por la mayoría de los cubanos con alegría, al mismo tiempo, un número no tan amplio de personas reaccionan con preocupación por las posibles implicaciones que esto pueda tener sobre los precios.
Que es necesario subir los salarios y que no era suficiente un salario medio de 30 CUC al mes eran realidades innegables y reconocidas por todos los cubanos, por lo que muchos se muestran optimistas y reciben la noticia del aumento salarial con beneplácito. Por otro lado, el aumento salarial -aunque positivo- sitúa el salario medio en 44 CUC mensuales lo que dista de ser suficiente para la satisfacción de necesidades básicas como alimentación y transporte, y puede tener implicaciones positivas y/o negativas para los cubanos de a pie. Al respecto vale reflexionar sobre los siguientes aspectos:
- Es positivo el hecho en sí, y es necesario, pues el poder adquisitivo de los cubanos está sumamente deprimido, y en los últimos años por la agravada y creciente crisis de la economía se ha visto afectado de manera sensible. Los salarios deben aumentarse aún más de manera que puedan asegurar un mínimo de necesidades básicas para garantizar una vida digna a los cubanos.
- Es muy difícil que el aumento salarial no genere mayores niveles de inflación de los existentes. Es difícil tener una idea real de la inflación en Cuba por la ausencia de información y datos al respecto, el gobierno publica una inflación en torno al 2-3% en los últimos años, pero estos datos tienen un gran sesgo: 1. Existe segmentación del mercado, y solo se tienen en cuenta los precio en una de las monedas, el CUP. Los precios en CUC o pesos convertibles no son tomados en cuenta, cuando representan los mayores gastos del cubano de a pie. 2. Los precios son determinados centralmente por el gobierno, y no se hace pública la canasta de bienes y servicios y otros aspectos relevantes para el cálculo del IPC(Mesa-Lago, 2019). 3. No se tiene en cuenta los precios del mercado informal, o mercado negro, cuando en Cuba la mayoría de la gente vive de lo que compran en el mercado negro por los altos niveles de desabastecimiento y los bajos salarios. De este modo, queda claro que la inflación real de la economía (no reflejada correctamente en las estadísticas oficiales) es obviamente mayor, y puede seguir creciendo debido al aumento salarial.
- El aumento salarial, no responde a las condiciones concretas de la economía cubana. No tiene mucho sentido un aumento de los salarios, que se traduce en un aumento de la demanda sin que haya un aumento al mismo tiempo en los niveles de producción. ¿Cómo se garantiza que la productividad reaccione con el estímulo salarial? ¿Qué provocaría un despegue de la oferta, el que hasta ahora no ha ocurrido? ¿Cómo se controla que los precios no se disparen en el mercado negro y en el sector no estatal de la economía, sectores cruciales para la supervivencia diaria? Es muy probable que la mayor demanda genere mayores precios, y con el control administrativo de precios, topando precios y otras medidas de este tipo, la historia reciente de Cuba demuestra que no se soluciona el problema. Si no aumenta la oferta, habrá -sin duda- más inflación.
- El aumento de salarios es una medida demagoga y populista. En un momento de tenciones fuertes para la economía y para la política cubana, se abre una importante válvula de escape, se alivia la situación, Díaz-Canel gana en popularidad de cara a los cubanos, pero al mismo tiempo se pone en riesgo la estabilidad económica y social del país, aunque esto no sea percibido por muchos. La economía funciona como un sistema y con leyes naturales que han de ser respetadas, de lo contrario se generan efectos adversos a los esperados, este es el riesgo del aumento salarial, si no se toman las medidas adecuadas de descentralización y estímulo a la oferta.
- Si el aumento salarial se traduce en inflación, puede seguir creciendo y fortaleciéndose el mercado negro al mismo tiempo que se recrudezca, pues este será el principal ambiente en el que se expresen los problemas derivados de un eventual aumento de precios. Lo anterior puede generar también fuertes tensiones sociales.
Los aspectos anteriores, son solo algunas ideas sobre las que considero que vale la pena reflexionar. Si bien suena bien el hecho de que los trabajadores estatales ganen más, una vez más repito que en economía no se pueden tomar medidas arbitrariamente sin respetar el ordenamiento y la fundamentación económica de cada decisión. Los salarios han subido y es bueno, deben seguir subiendo, pero este proceso tiene que venir acompañado de un adecuado equilibrio entre oferta y demanda, de lo contrario el riego de que una medida aparentemente positiva tenga consecuencias nefastas es grande.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía.