Se identifica con frecuencia el valor de la reconciliación con la amnesia histórica y con la impunidad para los que cometieron crímenes.
La reconciliación entre las personas es una actitud en la que se incluye un reconocimiento de las culpas por las que hubo enemistad, un firme propósito de que esas culpas no se repitan, una actitud de magnanimidad, es decir de “alma grande, o grandeza de alma”, que es la puerta y el camino del mutuo perdón.
Sin embargo, un proceso de reconciliación nacional o entre naciones se vuelve más complejo, debe incluir varios subprocesos para hacer un camino de reconciliación exitoso.
En el XII Informe de Estudio del think tank de Convivencia, un grupo de cubanos de la Isla y de la Diáspora hemos estudiado y consensuado ese camino muchas veces escabroso.
El texto completo puede ser descargado con VPN en este enlace: https://umubbe.p3cdn2.secureserver.net/wp-content/uploads/2022/06/XII-INFORME-CEC-TRANSICION-EN-CUBA.pdf
Según este Informe el complejo proceso de reconciliación nacional puede fracasar si antes, y durante, no se llevan a buen término dos procesos y una actitud. Estos serían:
- Un proceso de Verdad y Memoria histórica.
En efecto, no se pueden cerrar las heridas si no es buscada la verdad de los hechos, reconocida públicamente y conservada por una Comisión de Verdad y Memoria. Reconocer la Verdad y guardar la memoria es un primer paso sanador camino a la reconciliación nacional. La mentira y la amnesia impiden el proceso de reconciliación.
- Un proceso de justicia transicional y de justicia restaurativa para las víctimas.
En efecto, sin justicia para víctimas y victimarios es imposible la reconciliación. Esos procesos judiciales deben transcurrir ágilmente garantizando el debido proceso y sin odios ni venganzas.
- Las actitudes necesarias para una auténtica reconciliación nacional son la magnanimidad y el perdón. Conlleva un proceso de promoción mediante una educación ética y cívica y con un proceso de concientización a través de los Medios de Comunicación, el uso de las redes sociales y en todos los niveles del sistema de educación.
Como podemos observar es mucho más complejo y difícil el proceso de reconciliación nacional que la reconciliación entre personas.
Desde ahora ya podríamos crear conciencia y educar para preparar ese camino tan necesario para Cuba.
- Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
- Licenciado en Microbiología.
- Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
- Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
- Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
- Responsable de Ediciones Convivencia.
- Reside en Pinar del Río.