Jueves de Yoandy
El rumor, la bola, ahora llamados en inglés “fake news”, ha sido practicado en Cuba casi como un deporte nacional.
En efecto, con mucha facilidad los cubanos echamos a rodar una “bola” sin detenernos a comprobar si es verdad, sin tener pruebas o evidencias creíbles de que es verdad, y mucho menos sin pensar que ese rumor puede causar daño a otras personas o a uno mismo.
Contribuir a propagar una “bola” o rumor infundado es un signo del daño antropológico, especialmente de uno de sus síntomas: vivir en la mentira que, a su vez, provoca una adicción por mentir, difamar, distraer con suposiciones, lanzar pendiente abajo de la vida de la gente algo que suponemos.
Difundir una noticia falsa o un rumor descalificador es también violar los derechos humanos de los demás, lesionando su dignidad, su reputación y su proyecto de vida.
No asumir como norma de actuación y como criterio de juicio callar o comprobar, consultando a varias fuentes confiables, es también un síntoma del analfabetismo cívico que padecemos. Lo correcto es investigar hasta convencernos de que hay pruebas irrefutables de que lo que se narra, lo que se sospecha que es un rumor o una “bola” es verdadero.
En otras ocasiones, con toda intención de tomarle el pulso a la opinión pública se echa a rodar un rumor para medir la reacción que tienen los ciudadanos y, en dependencia de lo que se recoja, seguir adelante o echar para atrás una medida, decisión o ley.
Una nación que viva hundida en rumores y “bolas” se empobrece por falta de valores, se le enferma el alma por vivir en la mentira, yse enconan y crispan sus relaciones interpersonales por las consecuencias funestas de odio, venganza y divisiones que fomentan los rumores.
Aunque propagar “bolas” es una mala costumbre muy antigua, el uso y abuso de las redes sociales y el internet le han dado al rumor y a las noticias falsas una difusión planetaria que, por tanto, puede provocar un daño inmensamente mayor y más profundo.
Esto solo se cura con más educación ética y cívica, con mayor discernimiento en la búsqueda de la verdad y con mayor discreción y prudencia en las relaciones humanas.
También educando para el buen uso de las redes sociales, para no compartir o apoyar mentiras, rumores o noticias, imágenes y opiniones que puedan herir a otras personas, dañar su prestigio, crear confusión en una circunstancia determinada, o provocar violencia verbal, psicológica o física.
Desvelar una noticia falsa, parar en seco un rumor dañino, comprobar la veracidad de un hecho antes de difundirlo y, sobre todo, cuidar y defender la dignidad, los derechos y libertades de las demás personas como nos gustaría que hicieran con nosotros pueden ser otras acciones positivas para la búsqueda de la verdad en Cuba.
- Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
- Licenciado en Microbiología.
- Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
- Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
- Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
- Responsable de Ediciones Convivencia.
- Reside en Pinar del Río.