Los emprendedores (entendidos como pequeños negocios, pequeñas iniciativas impulsadas por personas individuales en la mayoría de los casos) son un eslabón fundamental en cualquier economía del mundo, también en la cubana, aunque su existencia aún sea incipiente y las condiciones de existencia de este sector sean diferentes a las de otros contextos. Las grandes empresas y el Estado, por sí solos, han demostrado no ser capaces de atender a todas las necesidades y problemas de una sociedad, por lo que el papel de los autónomos, de las micro, pequeñas y medianas empresas, de los emprendedores en sentido general, resulta de vital importancia.
La importancia de este sector está directamente relacionada al menos con las siguientes variables o factores claves para el crecimiento y el desarrollo económico:
– El papel complementario que pueden desarrollar en la economía. Como comenté anteriormente los emprendedores tienen la habilidad de alcanzar espacios de la economía que con frecuencia quedan desatendidos por grandes empresas privadas o por empresas estatales en el caso de Cuba. De esta forma se puede llegar a resolver problemas que con frecuencia las empresas más grandes no pueden o no les resulta interesante resolver por no ser rentable o por cualquier otra consideración.
– Encadenamiento productivos con otros sectores. En sintonía con lo anterior, los emprendedores son generadores de encadenamientos “hacia adelante” y “hacia atrás” con otras empresas, instituciones u otros actores económicos y sociales. Estos encadenamientos empoderan a las partes involucradas y favorecen el crecimiento económico al hacer que estas incrementen sus volúmenes de producción y sus niveles de eficiencia.
– Innovación. El emprendimiento es también una fuente importante de innovación, de hecho, esta es una característica común en muchos emprendedores. Innovaciones de productos y servicios, en procesos y modos de satisfacer las siempre crecientes necesidades de los consumidores. Especialmente en el campo de la tecnología, los aportes a la innovación que puedan generar los emprendedores son esenciales, y pueden ser una potencial fuente de crecimiento.
– Aporte al empleo. Otras de las áreas en las que comúnmente se reconoce la importancia del emprendimiento es en la creación de empleo. La mayor parte de los empleos en la mayoría de los países de mundo no se generan por grandes empresas sino por micro, pequeñas y medianas empresas, y por medio del trabajo autónomo. En este sentido, el papel del sector emprendedor es determinante y debe ser potenciado como una forma de atenuar problemas económicos pero también políticos y sociales.
– Crecimiento y desarrollo. Finalmente, tanto para elevar los niveles de crecimiento económico como para disminuir las desigualdades, generar empleos, satisfacer necesidades insatisfechas de los consumidores, entre otros fines imprescindibles para el desarrollo, el emprendimiento resulta una variable por la que vale la pena apostar. Lo anterior es algo que cuenta con fundamentos empíricos y teóricos tanto en Cuba como en otras latitudes.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía. Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
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