Martes de Dimas
El atraso en la distribución del café, después de conocerse que la industria azucarera se encuentra en terapia intensiva, está generando preocupaciones en los cubanos.
Los 115 gramos de café mezclados al 50% con chícharo[1], que los mayores de siete años reciben por la cartilla de racionamiento, alcanza para unos seis días. Se distribuye a principios de cada mes, pero en diciembre de 2021 y enero de 2022, no se distribuyó hasta fines de mes. Las causas, según la explicación oficial, fueron la demora en el arribo de las importaciones y la entrega de las empresas procesadoras del grano.
El cultivo del café, originario de la península arabica[2], después de su tránsito por Europa llegó a las islas del Caribe. Según algunos estudiosos a Cuba fue traído de la isla La Española en 1748; otros afirman que fue de Puerto Rico en 1769. Su cultivo se inició en las afueras de La Habana para preparar una bebida mediante la fermentación.
Además de las características de sus suelos, Cuba se benefició de la tragedia de Haití, que resultado de la Revolución de 1791 se arruinó y dejó de ser la primera productora y exportadora mundial del grano. Miles de los colonos franceses que huyeron de la violencia se establecieron en las montañas del Sur de Oriente. El aumento de la producción permitió que para 1830 Cuba se convirtiera en la primera exportadora de café del mundo. Sin embargo, el hábito de su consumo aumentó a tal medida, que obligó a importar para satisfacer la demanda interna.
El impacto de la producción y de su consumo en la vida nacional, se reflejó en producciones artísticas como el estribillo: ”Ay mamá Inés, ay mamá Inés, todos los negros tomamos café”, inmortalizado por la peculiar interpretación de Ignacio Villa[3], y la poesía “La flor del café”, de Diego Gabriel de la Concepción Valdés[4].
En el siglo XX, por diversas razones, la producción fue incapaz de garantizar el consumo y la exportación. Para su solución se dictaron varias medidas que permitieron en 1930, durante el gobierno de Gerardo Machado, cubrir la demanda interior y reiniciar la exportación y para 1940 Cuba recuperó el primer lugar en la exportación mundial.
En 1951 se produjeron 32 844 toneladas, una cifra superior a lo que aspira el actual gobierno cubano para el año 2030. El mayor salto se produjo en la cosecha 1960-1961, cuando las siembras de los años anteriores permitieron producir 60 mil toneladas. Sin embargo, 50 años después, la cosecha se redujo a la décima parte: 6 mil toneladas, lo que obligó a importar para cubrir las necesidades internas.
Ante la crisis, en diciembre de 2010, en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Raúl Castro expresó:
“En el próximo año –se refería al 2011– no podemos darnos el lujo de gastar casi cincuenta millones de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras que aquel (el chícharo) tiene un precio de 390 dólares”[5].
En la cosecha 2011-2012, extendiendo el período de recogida del grano y afectando las atenciones culturales a la siguiente cosecha, se llegó a 7 100 toneladas, pero en 2013-2014 se retrocedió nuevamente hasta 6 105 toneladas. Entonces en 2015, sin realizar los cambios necesarios se planificó producir, a partir 2015, unas 15 mil toneladas anuales, que nunca se logró. Para recuperar lo perdido -nuevamente sin atender las causas del declive-, se programó alcanzar 24 mil toneladas para el año 2020, que es la cantidad necesarias para cumplir con las exportaciones y satisfacer la demanda interna. En 2019-2020 se sobrepasaron las 9 mil toneladas; una cifra seis veces menor que la cosecha de 1960-1961: Cuba continuó con la necesidad de importar café para el consumo nacional, pero ahora sin divisas suficientes.
Si en el siglo XIX y en el XX Cuba perdió la condición de primera exportadora de café del mundo y -sin normar su consumo, limitarlo a los mayores de siete años, mezclarlo con chícharo, sin contar con miles de ingenieros agrícolas y forestales, y sin que altos funcionarios visitaran los cafetales- recuperó esa posición, la pregunta es: ¿Por qué después de 1959 la producción retrocede y la distribución mensual comienza a desplazarse de los primeros a los últimos días del mes?
La respuesta
Antes de 1959 los productores vendían sus producciones y compraban los insumos necesarios libremente. Con el respaldo legal de la Constitución de 1901 y después con la de 1940 crearon asociaciones para su defensa. Por ejemplo en 1934 se institucionalizó la colegiación obligatoria de las asociaciones de productores, entre ellas la Asociación Nacional de Cafetaleros de Cuba, que fue vital para los resultados obtenidos por ese sector.
Después de 1959, además de las confiscaciones de la mayor parte de los cafetales privados; la imposibilidad de los productores de comerciar y adquirir libremente los insumos necesarios con nacionales o extranjeros; obligados a vender al Estado casi el total de la producción al precio que se les impone; cargados de innumerables trabas y controles; desarmados de asociaciones independientes para su defensa y sometidos a un orden constitucionalizar que prohíbe la concentración de riquezas e impone la planificación centralizada, el resultado no puede ser otro.
Dos pruebas de las verdaderas causas del declive:
Una, Vietnam, después de la guerra que lo devasto, recibió técnicos cafetaleros de Cuba para aprender a producir el grano. Ahora Vietnam es un gran exportador de café y Cuba tiene que comprarle miles de toneladas: el secreto: ellos introdujeron la economía de mercado; nosotros nos negamos a renuncia a la economía centralizada en manos del Estado.
Dos, la decisión del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de permitir la compra de café cubano directamente a los productores, la ANAP en cumplimiento de la misión que el Partido Comunista le tiene asignada, sin consultar a ningún cafetalero, negó esa posibilidad.
Por todo lo anterior, es lógico que después de la inminente muerte de la industria azucarera, si no se cambia lo que se sabe que hay que cambiar, el café seguirá el camino del azúcar y los más ancianos recordarán con añoranza como en su tiempo podían comprar diariamente tres centavos de café y dos de azúcar, sin mezcla ni retrasos.
La Habana, 24 de enero de 2022
[1] Una leguminosa, también conocida como petipuás.
[2] ubicada en la confluencia de África y Asia, cerca del Mar Rojo, aunque algunas fuentes sitúan su origen en Abisinia, hoy Etiopía
[3] Ignacio Villa (1911-1971), cantante, compositor y pianista. Conocido popularmente por Bola de Nieve.
[4] Gabriel de la Concepción Valdés, (1809-1844), poeta independentista cubano, conocido por Plácido ejecutado en el proceso de la llamada Conspiración de la Escalera el 28 de junio de 1844.
[5] Diario Granma, 20 de diciembre de 2010.
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).