EL “SOCIALISMO NEOLIBERAL” CUBANO

Miércoles de Jorge

En la escuela, en los centros de trabajo, los medios de comunicación, y cualquier otro ambiente social en Cuba, siempre está presente la propaganda política. Uno de los temas más recurrentes, son las críticas al neoliberalismo, a las políticas de países capitalistas que según el gobierno cubano generan pobreza, desigualdad, exclusiones, entre un sinnúmero de males que a diario son achacados a ese sistema, y específicamente a su forma neoliberal. Sin embargo, resulta sorprendente, paradójico, chocante, y frustrante, ver cómo en la Cuba de los últimos años se ha construido en nombre del socialismo, lo que podríamos llamar un “socialismo neoliberal”. Es decir, una sociedad organizada de forma diferente a los países capitalistas, pero profundamente similar en cuanto a generar determinados males que se le achacan, y sumamente inferior en cuanto a generar ventajas y oportunidades que, a pesar de sus defectos, están presentes en la mayoría de los países capitalistas.

Algunos de estos males o políticas que han sido históricamente criticados en Cuba, y que por estos días forman parte de nuestra vida cotidiana, que lesionan gravemente la dignidad de la persona e imposibilitan la justicia social, son los siguientes:

  1. Las desigualdades. Probablemente la mayor de las críticas que desde pequeños hemos escuchado en la escuela y en cada uno de los espacios en los que nos desarrollamos, como males de las sociedades democráticas, del mundo occidental, de los países que tienen el sistema neoliberal. Propaganda acompañada de la falsa idea de que no existen en Cuba, de que el socialismo es precisamente para evitar esos males. No obstante, la realidad de los últimos años ha hecho evidente que la igualdad de oportunidades es una ilusión en la Cuba actual, que las desigualdades (de ingresos, de género, por raza, por motivos políticos, territoriales, entre otros) son cada vez más agudas y visibles, y que dificultan cualquier aspiración de justicia social y desarrollo humano integral en Cuba.
  2. La falta de solidaridad. Otro de esos problemas por los que supuestamente nunca se nos debería ocurrir la idea de tener en Cuba un sistema diferente, pues solo en nuestra sociedad socialista existe solidaridad verdadera, y no predomina la explotación del hombre por el hombre, sino que todos unidos construimos el país que soñamos. Así me lo decían en la escuela. Sin embargo, la realidad vuelve a imponerse sobre la propaganda, para demostrar que estamos lejos del ideal de solidaridad, que estamos lejos de ser un pueblo con verdadera preocupación por la situación del otro, y lejos de contar con un sistema que promueve la solidaridad, sino que por el contrario el “sálvese quien pueda” que me enseñaron como un mal del capitalismo está a la orden del día en esta Cuba socialista.

Otros ejemplos pudieran ponerse de los profundos absurdos y contradicciones que en los últimos años se han hecho cada vez más evidentes en Cuba, y que me inquietan profundamente pues duele ver cómo lo que muchos vieron como una opción verdadera y viable, no es más que una mera manipulación de la realidad y de las personas, duele ver cómo muchos de mis amigos o familiares adoctrinados por el sistema educacional cubano y los medios de comunicación, en algún momento se creyeron el cuento de la justicia social, sin embargo hoy en día la realidad solo les muestra desigualdad, injusticia, represión, caos. Una realidad que nada tiene que ver con el respeto a la persona, a sus libertades, con la justicia, ni con la democracia, que no es capaz de garantizar prosperidad, y que somete a la gente a condiciones de vida inhumanas.

 

 


  • Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
  • Laico católico.
  • Licenciado en Economía. Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
  • Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.

 

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