¡LA SOCIEDAD CIVIL CUBANA ES Y SERÁ, A PESAR DE LOS OBSTÁCULOS!

Miércoles de Jorge

Si una realidad preocupa a las autoridades cubanas en estos momentos de crisis que se viven, es el auge, fortalecimiento, aparición de nuevos actores, y madurez de la sociedad civil; nuevas formas de participación y de incidencia, aún pequeñas y desprovistas de respaldo institucional, pero ya significativas en la realidad nacional. De otro modo, no se explican las campañas difamatorias y la represión contra distintos sectores de la sociedad civil cubana. Preocupan mucho al poder político y no hay otra explicación para esa preocupación que la evidencia de una capacidad real de las organizaciones de la sociedad civil para incidir y transformar la sociedad.

Una de las pruebas de la preocupación oficial, son las nuevas regulaciones para el trabajo por cuenta propia, donde no solo se regulan actividades económicas, sino diversos sectores culturales y profesionales en sentido general. Sin dudas, un intento de eliminar a la sociedad civil, o de limitarla al máximo legalmente hablando. No obstante, la realidad se impone y se impondrá, pues la característica más importante de la sociedad civil es precisamente la habilidad para organizarse e influir en las sociedades incluso cuando no existe un ambiente institucional propicio para ello.

Respecto a estas medidas o prohibiciones a la sociedad civil, y de todo lo que podría permitirle organizarse y ser legal, existen al menos un par de realidades que no pueden ser ignoradas, y que se impondrán ante cualquier intento por negarlas.

  1. Es un hecho que las medidas ignoran la realidad, y que intentan negarla o limitarla. Pues es un hecho que cada vez se hecha a ver una sociedad civil más dinámica, viva y organizada. No se puede negar lo innegable, no se puede ocultar el significativo impacto de miles de pequeños proyectos en las vidas de un número cada vez mayor de cubanos, no se puede tapar el sol con un dedo. Aunque el gobierno no lo reconozca abiertamente, la realidad cubana es sumamente distinta de la de hace unos diez años, hoy contamos con periodistas independientes, con proyectos para capacitación y formación en diversas áreas, con centros de estudio y pensamiento, con emprendimientos económicos y sociales de diversos tipos, con organizaciones de derechos humanos, con organizaciones políticas con sus proyectos alternativos, con gremios organizados para exigir sus derechos, y con muchas otras iniciativas que a pesar de la alegalidad y la ilegalidad en algunos casos, han logrado permanecer, organizarse, crecer, madurar, y lo seguirán haciendo más allá de que ahora el gobierno intente prohibirlos.
  2. En segundo lugar, es importante destacar, que contrariamente a lo que sugieren las medidas aprobadas, las campañas difamatorias, y la represión, existen condiciones para que esta sociedad civil se siga fortaleciendo y siga creciendo a pesar de los obstáculos que la ponen expresamente en una posición de ilegalidad. Al menos hay tres factores que considero claves en ese proceso de fortalecimiento que es indetenible, y que terminará reformando las propias medidas que intentan frenarla, estos son: 1. Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, y la Internet de forma específica con su cada vez mayor alcance en la realidad nacional. 2. Las nuevas generaciones, y el cambio de mentalidad que en general se está dando en Cuba (no sólo en los jóvenes), que permite que cada vez la gente esté más abierta a la diversidad, al cambio, al diálogo, y a otros valores sumamente potentes para transformar la realidad nacional. 3. La propia experiencia de los años, la sociedad civil ha aprendido de los errores, y avanzará con la experiencia acumulada en un proceso de mayor empoderamiento, de “abajo hacia arriba”, independientemente de las regulaciones impuestas.

Aparentemente las regulaciones podrían acabar con la sociedad civil independiente ¿es eso realmente posible? Creo que no. No ha sido posible y no será posible, a pesar de las primaveras negras, y de lo complejo del ambiente institucional para el desarrollo de las organizaciones intermedias. Es un hecho que la sociedad civil se ha fortalecido, y que ese proceso tiene condiciones propicias para continuar, como se mencionó anteriormente, y eso son razones suficientes para ser optimistas, y seguir empujando desde nuestros espacios y carismas, para que Cuba sea cada día un mejor país. Más allá del rumbo que tome el discurso oficial, del rumbo que tome incluso el sistema legal, hay realidades que se imponen, y que están de nuestro lado, realidades innegables e indetenibles, que deben servirnos como ánimo en momentos de desesperación.

 


  • Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
  • Laico católico.
  • Licenciado en Economía. Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
  • Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.

 

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