ALGUNAS ANOMALÍAS DE LA CUBA ACTUAL

Miércoles de Jorge

La tensa situación que por estos días se vive en Cuba y la reacción (o falta de esta) que percibo en algunos a mi alrededor, a veces resulta preocupante. Específicamente cuando se toman por ciertas grandes mentiras, sin que medie el más mínimo cuestionamiento de nuestra parte, o cuando se ignora una verdad por no ceder en el orgullo o “no dar el brazo a torcer”. Hoy en Cuba están pasando muchas cosas que no son normales, que no deben suceder en una nación que aspira a la paz, al bien común y a la tranquilidad. Cosas que no nos hacen bien porque no son verdad, o porque ocultan la verdad o la intentan maquillar, que no son normales porque hacen daño y generan violencia. Menciono las siguientes cuestiones, con el afán de contribuir a que entendamos que hay cosas que tenemos que cambiar, cosas en las que no podemos caer ni creer, porque no nos aportan nada:

  1. No es normal cerrarse al diálogo. Los seres humanos no somos islas, no somos capaces de alcanzar nuestra plena realización sin los otros. Las sociedades tampoco. El método para relacionarnos entre cubanos ha de ser el diálogo sincero y verdadero, no el que excluye a conveniencia, no el que impone condiciones, no el que destruye en lugar de construir.
  2. No es normal que sigamos estereotipando y etiquetándonos unos a otros. Los comunistas, las ciberclarias, los gusanos, los mercenarios, los vendepatria, los lamebotas, los chivatones, y un largo etcétera. De ambos lados, no es normal que sigamos dando alas a ese lenguaje descalificador, que sigamos mirándonos con recelo, y acudamos a epítetos que ofenden y descalifican.
  3. No es normal la violencia, en ninguna de sus formas. No es normal responder con golpe al que me golpea, y con más insultos al que me insulta. No se construye un país alimentando el odio e incitando a la violencia de unos ciudadanos contra otros. Tampoco es normal que callemos ante esta barbarie, en ninguna de sus expresiones.
  4. No es normal hacer actos de repudio, ni en los medios de comunicación o redes sociales, ni físicamente. Es una forma de violencia. No está bien agredir, intimidar, coactar a otros por su forma de pensar o de ser. No debemos callar ante esto, no debemos mirar a otro lado como si nada ocurriera, no debemos cambiar de conversación cuando sale este tema. Los actos de repudio le hacen mal a Cuba y principalmente a quienes participan de ellos, de un lado y del otro.
  5. No es normal que la prensa se erija, juez, fiscal y cuanta función se les ocurra asumir con tal de mostrar su “verdad” que a menudo no es más que una gran mentira. La prensa está para informar, no para emitir criterios ideológicos, para mostrar la verdad de las cosas como son, y no para construir mentiras que convengan al poder. No es normal que creamos todo lo que dicen los periódicos y noticieros, no es normal que no cuestionemos la legitimidad de la información que se ofrece, que tengamos una actitud pasiva y no intentemos siempre corroborar lo que se dice con otras fuentes de información. No es normal que repitamos como papagayos en lugar de sacar nuestras propias conclusiones.
  6. No es normal que amigos, familias, compañeros de estudio o trabajo se peleen, se dejen de hablar, se agredan, por causa de sus creencias o preferencias políticas, ni de ningún tipo. No es normal, que la ideología y la situación política divida a la gente. Cada persona es libre de ser y pensar como decida quiera, y no tiene que gustarnos, tenemos que aceptarlo.
  7. No es normal que no percibamos que una cosa es la persona en sí, su libertad y sus derechos. Otra muy diferente sus ideas o sus comportamientos concretos. Todos los seres humanos son valiosos, todos tienen dignidad y merecen respeto, todos han de gozar de derechos, independientemente de cómo piensen o se expresen, de con quién se relacionan o cómo trabajan. Al mismo tiempo todos han de ser responsables y cumplir sus deberes dentro de una sociedad democrática.
  8. No es normal la indiferencia, la apatía, el “me da lo mismo” o “yo no me meto en nada que tenga que ver con política.” Sí es normal tener miedo, pero no es normal dejar que nos domine, sin buscar ayuda, sin intentar superarlo y aportar lo que podamos desde donde podamos para que haya paz y libertad en nuestra sociedad.
  9. No es normal no tener oposición y sociedad civil legal en Cuba, con acceso a medios de comunicación, para que puedan ofrecer su versión de los hechos. Es inaceptable que un gobierno pretenda controlar todo y a todos, y que muchos cubanos vean eso como algo normal.
  10. No es normal la mentira y la paranoia respecto a supuestos enemigos de la revolución. El que disiente no es enemigo, el que critica y practica sus derechos no es enemigo, el que quiere cambio de gobierno tampoco es enemigo, sino gente que apuesta por otras formas de avanzar hacia el futuro. Es mentira que el gobierno actual es la mejor alternativa para Cuba, y aunque lo fuera, habría que dejar espacio a otras formas de organización política y económica, en lugar de imponer un gobierno, una ideología y una manera ver las cosas.

Estas son solo algunas de esas “anormalidades” que me inquietan y que muy a menudo veo en la Cuba actual, obviamente la lista es mucho más larga y profunda, lo que constituye en sí otra “anormalidad”, pues no debería ser así en ningún país del mundo. Ojalá sepamos tomar conciencia de lo que estamos viviendo, y sepamos corregir lo que podamos, cambiar lo que podamos desde donde estamos, para juntos contribuir al bien común de nuestra amada Cuba.

 

 


  • Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
  • Laico católico.
  • Licenciado en Economía. Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
  • Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.

 

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