El gobierno cubano ha anunciado nuevas medidas económicas para enfrentar la crisis que supuestamente ha generado la situación internacional, pero que en verdad existe en Cuba desde que el modelo económico opta por una centralización casi total, es decir, desde hace 60 años.
En las nuevas medidas, tiene el mayor peso, el aumento de los salarios de trabajadores del sector presupuestado y de una parte de las pensiones por seguridad social. Entre los que serán beneficiados conviven sentimientos de “por lo menos algo” con la inconformidad de que ese algo no resolverá sus problemas. No obstante, aumentar los salarios es una medida que, sin dudas, será bien recibida por los trabajadores de las entidades presupuestadas en Cuba. Es siempre esperanzador recibir mayores ingresos, aún cuando no sean suficientes para mejorar las condiciones económicas de las familias.
Pero, a un gobierno corresponde asegurar no solo el momento, o contentar a algunos con medidas que no garantizan la sostenibilidad. Un gobierno es responsable del funcionamiento de la economía a todos los niveles. Especialmente cuando el sistema económico le otorga todo el protagonismo a la empresa estatal.
La masa monetaria en circulación crecerá en Cuba en los próximos meses. Sin otras medidas que lo sustenten, ese aumento de salario, en el mediano plazo, solo recrudecerá las dificultades de la economía cubana, y está muy lejos de solucionar los problemas de los beneficiados.
Como es de suponer, al aumentar los ingresos de una parte de la sociedad, aumentará la demanda. Y será muy difícil, solo con intenciones y anuncios, evitar el aumento de la inflación. Hasta el momento solo fue anunciado el aumento de ingresos por salarios y pensiones como medida concreta para este mes de julio.
El aumento de salario necesita medidas que aumenten la oferta y la calidad de la misma. En Cuba, se ha probado que medidas de corte asistencial como es un aumento de salario y de pensiones, no han resuelto el problema. En noviembre del 2018, se produjo un aumento de ingresos por pensiones que no cambió en nada la situación de los pensionados.
No se necesita solo aumento de salario, se necesita un mercado más atractivo, una oferta mayor y de mejor calidad. La empresa estatal no lo ha logrado en 6 décadas a pesar de haber tenido todas las condiciones internas favorables para su desarrollo. Las medidas referentes al fortalecimiento de la empresa estatal priorizan el estímulo a las exportaciones y la sustitución de importaciones.
Las autoridades cubanas reconocen que existen muchos problemas acumulados durante años que no pueden ser resueltos de golpe, pero continúa el discurso de la continuidad, y no reconocen que las causas de la acumulación de problemas es, precisamente lo que se quiere continuar: un sistema excesivamente centralizado donde hay muy poco espacio para la iniciativa privada. Y que ese es el cambio que Cuba necesita.
La economía cubana solo logrará encontrar una solución a la crisis que, o se agrava o se alivia, pero no desaparece desde hace 60 años, con medidas profundas de apertura y cambio. Es impostergable el cambio del protagonismo estatal por el protagonismo de la sociedad civil, de los ciudadanos cubanos, de la iniciativa privada, libre y responsable, con participación del Estado pero en la medida en que subsidiariamente se necesite y se acuerde con la sociedad.
Si la herida es profunda, la cura tiene que ser profunda, aunque duela. La anestesia y una venda que la tape, solo retardará la cura que se necesita.
Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.