La realidad de Cuba no se corresponde exactamente con ninguno de los modelos mediáticos predominantes en la mayoría de los países del mundo, pues Cuba, es un país totalitario en el que el ambiente mediático es totalmente diferente a como se comporta en países democráticos. Muchos autores se han dedicado al estudio de los ambientes mediáticos en países democráticos, entre ellos las clasificaciones de Hallin y Mancini (2004), que son más coherentes con realidades en las que se pueda hablar -al menos mínimamente- de democracia. No obstante, estos autores establecen criterios de evaluación de los ambientes mediáticos que permiten una caracterización de la realidad mediática cubana de la siguiente forma.
- Respecto al grado de circulación de la prensa y la estructura del mercado informativo, en Cuba es muy limitada. Existen solamente unos dos o tres periódicos con alcance nacional, y a los cuales se accede generalmente en papel pues el acceso a internet es un tema pendiente en la realidad cubana actual. También existen ediciones impresas de prensa local, pero con tiradas y distribución limitada, que no llegan a la mayoría de la población. Además, sucede que en momentos de crisis como el vivido en Cuba en los años 90, o como el que se vive en la actualidad, se restringe la cantidad de páginas de los periódicos y de esta forma se afecta aún más el acceso a los mismos como una medida de ahorro. Hace apenas unos meses, se anunciaba en Cuba que la tirada impresa del periódico Granma –principal medio de prensa legal en Cuba- se reduciría drásticamente por falta de papel. Como consecuencia, el acceso de la población a la prensa es limitado, y no es común que la gente lea la prensa, específicamente para las nuevas generaciones la prensa es prácticamente insignificante.
El protagonismo en el ambiente mediático lo ocupa la televisión, que, a pesar de lo limitado de las opciones en términos de canales o televisoras, y también en cuanto a programación, es el medio que cuenta con mayor alcance nacional, y el de mayor preferencia. La radio en las zonas rurales es frecuente, pero en las ciudades prácticamente no se usa, lo que se debe a la poca variedad y calidad de la información transmitida.
En cuando a los precios, la televisión es gratuita, la radio también y solamente los periódicos impresos deben pagarse a un precio muy módico. Los problemas de acceso no se relacionan tanto con los precios o medios para acceder a la información, como con la poca utilidad, calidad, importancia de la información transmitida tanto en la prensa, como en la televisión y la radio.
- El paralelismo entre los medios es también una variable interesante en el caso cubano. Los medios de comunicación están ciento por ciento en manos del Estado, y bajo el control del único partido legal en Cuba, el Partico Comunista. El periódico Granma se define como el órgano de expresión del partido, y todos los canales de televisión o estaciones de radio son controladas centralmente por el estado-gobierno. Los medios en sentido general tienen como razón de ser la defensa y representación de las ideas del único partido, dejando espacio nulo para la diversidad, la discrepancia, las ideas diferentes.
En la sociedad civil sobreviven algunos medios independientes, pero con un nivel de alcance muy limitado, sobreviven en un ambiente de alegalidad y/o ilegalidad, son constantemente satanizados y declarados enemigos de la Patria por los medios oficialistas, y no tienen espacios para el diálogo y colaboración con los medios oficiales. Estos medios de la sociedad civil, con frecuencia cuentan con un alto grado de contenidos políticos, y rozan la línea entre activismo político y periodismo.
En los últimos años, con el acceso a internet (aún muy caro, controlado, y de poca calidad), las redes sociales se vienen convirtiendo en un mecanismo informativo de suma importancia, específicamente por la inmediatez, el alcance, y los menores grados de control que implican.
- En cuanto al grado de profesionalización del periodismo, en Cuba existe un amplio camino por recorrer. El salario medio en Cuba para los profesionales que trabajan para el gobierno (entre los que se incluyen los periodistas y demás profesionales de los medios) es de apenas 30 CUC al mes (ONEI, 2017), lo que significa que legalmente la mayoría de los cubanos ganan menos de un euro al día. Esta situación obliga a los profesionales cubanos a formar parte de lo que se conoce en la Isla como la “búsqueda” o “resolver”, es decir, los profesionales cubanos cuando deberían estar cumpliendo con su trabajo se dedican a buscar una segunda actividad, un trabajo complementario con el cual puedan ganar dinero extra; y estas segundas opciones a menudo están relacionadas con ilegalidades. De este modo, los profesionales de los medios en Cuba no solo no ganan suficiente, sino que como consecuencia de ello se ven forzados a formar parte de un sistema inmenso de ilegalidades en el que la gente encuentra un dinero extra o acceso a determinados bienes y servicios; un sistema además en el que los favores, el soborno y otras realidades de esta naturaleza son comunes.
Por otro lado, la poca profesionalidad y preparación de los periodistas, así como la desconexión con la realidad que se vive de los mensajes que representan es otro aspecto en el que se ha de profundizar para que los medios cumplan con su función eficientemente. Al mismo tiempo los déficits de infraestructura, y las precarias condiciones de trabajo son otra realidad común que afecta la profesionalidad de la prensa.
- Finalmente el grado de intervención del Estado en la industria. Como ya se ha señalado, existe una industria mediática totalmente intervenida, protagonizada y controlada por el Estado, o lo que es lo mismo en el caso cubano, por el único partido político. El partido comunista, es el dueño de la televisión, la radio y la prensa, y con este monopolio informativo, muestran la realidad cubana de acuerdo con sus conveniencias, escondiendo y satanizando todo lo que puede ser dañino para su permanencia en el poder. La propaganda política alcanza en este caso niveles muy altos, y este ambiente mediático fuertemente controlado es uno de los factores que explican el éxito del gobierno en los últimos sesenta años para controlar a la población, e imponer una ideología, un sistema de gobierno, etc.
Estos cuatro elementos brevemente analizados, y que son propuestos por Hallin y Mancini (2004) para el estudio de ambientes mediáticos, permiten una reflexión sobre el futuro de los medios en Cuba, y plantean la necesidad de los siguientes cambios. 1. Diversificar y ampliar el mercado informativo, en términos de plataformas, medios, alcance, etc. La radio, televisión y prensa han de cubrir las realidades nacionales y llegar a la mayoría de los cubanos con información atractiva y de calidad, y con precios asequibles. 2. Deben convivir medios públicos y privados, colaborar y competir de manera transparente y en igualdad de condiciones. El periodismo ciudadano o independiente ha de legalizarse y reconocerse como contraparte válida de los medios públicos. 3. Los periodistas y demás personas que trabajan en los medios han de recibir salarios justos, suficientes y condiciones laborales dignas. Se ha de proteger a aquellos que se dedican a informar y ofrecer reconocimiento legal y social a los profesionales de los medios. Y 4. La industria mediática no debe ser totalmente intervenida y controlada por el Estado, y menos por un partido político, es necesario la existencia de medios privados y públicos, para que se complementen unos a otros. Los medios han de ser imparciales ideológicamente, solo han de limitarse a informar.
Referencias
Hallin, D. C., & Mancini , P. (2004). Comparing Media Systems: Three Models of Media and Politic. New York: Cambridge University Press.
ONEI. (2017). Anuario Estadístico de Cuba 2017. Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Laa Habana: ONEI.
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Licenciado en Economía.