25 AÑOS DE LABOR ÉTICA Y CÍVICA

Lunes de Dagoberto

En medio del llamado “período especial”, cuando la incertidumbre, el desarraigo y la fragilidad humana llegaban a su punto más crítico, un grupo de laicos católicos de Pinar del Río propusimos al Obispo Mons. José Siro González Bacallao y a su Consejo Pastoral fundar un Centro de Formación Cívica y Religiosa (CFCR). El 29 de enero de 1993, luego de las debidas consultas y aprobaciones, nacía una labor educativa ética y cívica que, hoy arriba a un cuarto de siglo de perseverante y paciente siembra de valores, virtudes y actitudes ciudadanas inspirados en el humanismo cristiano. Si tenemos en cuenta que muchos de los proyectos cubanos “no tienen fijador” y se evaporan luego de dos o tres años de existencia, 25 años no es un tiempo despreciable.

El Centro Cívico, como se le llamaba comúnmente tuvo como objetivos: La reconstrucción de la persona humana y del tejido de la sociedad civil. El CFCR llegó a ofrecer 25 cursos de ética y Cívica en los diferentes ambientes de la vida personal y nacional. Tuvo su propia editorial “Ediciones Vitral” que publicó más de 30 libros. Editó, durante 13 años, su revista Vitral que nacería un año después el 3 de junio de 1994 y llegó a alcanzar 12 mil ejemplares de 60 páginas cada dos meses con suscripciones en todas las diócesis de Cuba, tuvo diversos servicios como la Consultoría familiar, jurídica y sicológica y su boletín “En Consulta”, el Grupo de economistas y su publicación “Econotas”, el Grupo de Educadores, el Grupo de Computación con un Aula y su publicación “Infonotas”, un Aula de música, un Grupo musical “Ágape”, una revista Infantil “Meñique”, una revista literaria “DeLiras” y un Aula de Repasos para niños de primaria. El cardenal Roger Etchegaray, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz de la Santa Sede, en su visita a Cuba en 1994, expresó en la Segunda Semana Social Católica que “el CFCR era el germen de la futura universidad católica de Cuba.”

Damos continuamente gracias a Dios y el gran patrocinador de todas estas iniciativas promovidas por laicos, Mons. Siro. Al extinguirse estas obras el 21 de marzo de 2007, el grupo de laicos que las promovieron continuaron aquella labor, con la gracia de Dios y a la intemperie, sin patrocinio de las estructuras eclesiales pero formando parte de la Iglesia. El nuevo proyecto, heredero y continuador del Centro Cívico y Vitral, llevaría un paradigmático nombre: “Convivencia” y tendría los mismos objetivos que aquellos predecesores. Diez años después, el Centro de Estudios Convivencia ofrece pensamiento y propuestas para el futuro de Cuba, los mismos cursos de cívica actualizados, la revista del mismo nombre ha sacado a la luz 60 números con miles de artículos sobre Cuba.

Cuando se trabaja por amor a Cuba y a su Iglesia, no importa el nombre de los proyectos. Lo que importa es tener los objetivos claros, utilizar los medios adecuados al alcance, mantener el mismo perfil editorial y lenguaje, y ser animados por la misma mística cristiana que nos impulsa, por fe, a entregarnos sin descanso y en medio de no pocas cruces, al cultivo del civismo, la esperanza, la virtud y el amor, permaneciendo fieles en el lugar donde Dios nos sembró y en la época que nos ha tocado vivir. Por eso, 25 años después, miramos al futuro con serenidad y confianza.

Hasta el próximo lunes, si Dios quiere.

 


Dagoberto Valdés Hernández (Pinar del Río, 1955).
Ingeniero agrónomo. Premios “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007, A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011 y Premio Patmos 2017.
Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007.
Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006.
Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director.
Reside en Pinar del Río.

 

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