El fanatismo que no conoce límites
Ser fanático no es bueno. El fanatismo es un apasionamiento desmedido en la d efensa de creencias y opiniones personales, especialmente religiosas o políticas. A veces llega a ser irracional porque esa pasión extrema tiende a anular la razón. En el mundo en que vivimos solemos convivir con fanáticos del deporte, de la música y de sus representantes, de los animales, pero quizá en esas esferas no es tan notable como en otras que tienen que ver con la esencia humana
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