Si yo tocara la flauta

Por Margarita Rodríguez Arencibia

Si yo tocara la flauta destruiría obstáculos en el horizonte me encantan aquellos que silban sin preocupación una noche en cualquier esquina del pueblo. Los que recogen hojas secas del camino y respiran lo que de primavera tienen siempre se salvan porque son libres.

 

Por Margarita Rodríguez Arencibia

S/T. Acrílico sobre cartulina canson. 70 x 50 cm. Obra de Margarita Rodríguez Arencibia.
S/T. Acrílico sobre cartulina canson. 70 x 50 cm. Obra de Margarita Rodríguez Arencibia.
Si yo tocara la flauta

destruiría obstáculos en el horizonte

me encantan aquellos que silban

sin preocupación

una noche

en cualquier esquina del pueblo.

 

Los que recogen hojas secas del camino

y respiran lo que de primavera tienen

siempre se salvan

porque son libres.

 

Si yo tocara la flauta

tendría entonces una señal

para protegernos del insomnio

de los arrepentidos

de los molinos que vuelan

sobre las cabezas

las lenguas

las atroces lenguas de los fantasmas

del que te contempla

de quien no sabe amar y calcula,

de los oprimidos,

las faunas y sus seguidores,

los bien hechos y derechos

sus leyes y paradigmas

de los inciertos con permiso

del reloj del tiempo sin tiempo.

 

Si yo tocara la flauta

les dejaría a ustedes la música

para que haya concierto.

 

Un día de estos

 

Un día de estos

rompo todos los relojes

desaparezco todos sus muelles.

La mirada de los niños me consterna y pacifica.

¡Hay tanto frío en los intentos!

Un día de estos

me duermo en la raíz de los almendros.

 

Mi pueblo

 

…Como en cualquier otro,

en este pueblo

el sabor de las hojas es más dulce

que las piedras.

las piedras son materia muerta

como algunas gentes

que no saben ganar una partida al tiempo

se precisa la lluvia.

 

Metamorfosis de un refrán que nacido en Tierra Santa, sucumbió en el infierno

 

“Contigo pan y cebolla”

me enseñaron un buen día.

lo tomé como agua fresca que limpia los caminos.

 

Contigo caminaba

y contigo dormía el sueño eterno

clasificados en libros viejos

“Contigo pan y cebolla”

Para el bien de todos -¿de todos?

no importó deshojar extensas madrugadas

repartirme en horas extras, los zapatos rotos

o el obstáculo discreto en tu mirada.

Contigo crecí pero el nudo de tu abrazo empezó a crujir

te cubriste de sol, arena y convenios importados

mientras yo,

ciega luciérnaga creía ver zumos de arcoíris.

 

Un día dejó de proclamarse a diario

y entonces apareció pan y buena cebolla para el otro lado.

pero olvidaste la brújula que guardo en el bolsillo.

“Contigo pan y cebolla” ahora te queda grande,

Se te sale de la boca.

“Contigo pan y cebolla”, te advierto,

conmigo no vale.

 

Génesis

 

El mundo comenzó como una rosa náutica

siempre tropezamos con sus puntas

o nos separamos de sus giros.

 

En el primer día de la historia

hago lanzas por ti

recibo parte en el epitafio de la vida.

 

Para el segundo día

alcanzo las catedrales

mis manos son espadas,

los ojos pedazos de espejos

la vuelta de tuerca se repite

fue creada en la tierra

sus lunas y sus soles,

confundieron las cabezas.

 

Tomamos la manzana

para descubrir que todas las huellas se parecen.

Comprendo el animal que llevo dentro.

 

Sueño y realidad

 

De golpe

corrí a desnudarme

en la fuente subversiva de los sueños.

Recorté la imagen del espejo

solo un anillo dejó su marca

para recordarme todos estos años que se van.

 

Margarita Rodríguez Arencibia.

(Pinar del Río, 1954).

Licenciada en Artes Plásticas.

Reside en Pinar del Río.

 

Scroll al inicio