Religión y sociedad: “Soñamos que nadie dañe a nadie y que todos los cubanos podamos vivir en paz”. Mons. Juan García, nuevo arzobispo de La Habana

Por Consejo de Redacción
 
Mons. Juan García, nuevo arzobispo de La Habana pronuncia su homilía de Toma de Posesión.

Mons. Juan García, nuevo arzobispo de La Habana pronuncia su homilía de Toma de Posesión.

 
El pasado domingo 22 de mayo de 2016 tomó posesión de la Arquidiócesis Metropolitana de San Cristóbal de La Habana, S.E. Monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez hasta ahora arzobispo de Camagüey.
El inicio del ministerio pastoral del nuevo prelado de la capital cubana tuvo lugar durante una Celebración Eucarística al filo de las diez de la mañana en la Santa Madre Iglesia Catedral, repleta de fieles, religiosas, sacerdotes y otros obispos de Cuba. Estaba también presente Su Eminencia el Cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino, arzobispo emérito de La Habana, quien como es de ritual, invitó al nuevo prelado a ocupar su cátedra episcopal, símbolo de una de las tres misiones de todo obispo: enseñar.Inmediatamente le fue entregado el báculo pastoral o cayado de pastor, símbolo de la misión de guiar a todo el pueblo a él encargado y a continuación concelebró la Eucaristía, con la que ejercía su misión de santificar, interceder y distribuir los sacramentos a su grey.
En su primera homilía como pastor de la Iglesia de La Habana, Mons. Juan García expresó, con la humildad que lo caracteriza, que estaba “asustado y no entendía el misterio de estar aquí ” en su nueva responsabilidad, pero que pedía a Dios ser fiel a su lema sacerdotal que describe su vocación misionera, tomado del libro del profeta Jeremías: “A dondequiera que me envíes iré, y todo lo que me mandes, diré” (cf. Jeremías 1,7).
Otra de las características del nuevo arzobispo es su talante eminentemente pastoral y cercano a las necesidades de su pueblo. Así lo expresó al decir que “los destinatarios preferidos” de su misión son los pobres, los ancianos, los presos y los descartados del rebaño, predilección que lo asemeja al Buen Pastor Jesús de Nazaret, como a su Vicario el Papa Francisco.
Al final de la Misa, el nuevo arzobispo metropolitano expresó su gratitud y cariño a sus hermanos obispos de toda Cuba, de la arquidiócesis de Miami, de España, Puerto Rico, Venezuela, a los sacerdotes y religiosas, a los numerosos fieles laicos de La Habana y Camagüey, su diócesis de procedencia. El prelado también pronunció un saludo respetuoso a las autoridades estatales asistentes, entre las que se encontraba el Sr. Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del Consejo de Estado, a las que dijo que “su presencia aquí nos alienta y nos anima a continuar con el diálogo que puede ser más eficaz, más real, para que la Iglesia pueda encontrar otros espacios propios de su misión evangelizadora, litúrgica, educativa, caritativa y en la pastoral carcelaria”.
El Santo Padre Francisco, en la Bula Pontificia con la que nombra al nuevo pastor, mostrada y leída por el Canciller de la Arquidiócesis, señala su aprecio y valoración por Mons. Juan García a quien le impondrá el Palio de la Unidad, en la Basílica de San Pedro en Roma, el próximo 29 de junio, Fiesta de San Pedro y San Pablo. El Papa colocará sobre sus hombros ese otro bellísimo signo de su ministerio episcopal consistente en un collarín de legítima lana pura de oveja con cruces que simboliza y recuerda siempre a los arzobispos aquella parábola pronunciada por Jesucristo en la que el Buen Pastor sale al monte a buscar, salvar y acariciar a la oveja perdida y herida, la carga sobre sus propios hombros, la regresa a la casa paterna, la cura, la alimenta y la protege. Cada vez que los arzobispos celebran la Misa se colocan sobre sus hombros el Palio del Buen Pastor para jamás olvidar el peso de su responsabilidad de cuidar, sanar y proteger a todas y cada una de las personas, creyentes o no, que Dios le ha encomendado, que son todos los que viven en su demarcación territorial.
Una nueva etapa comienza para la Iglesia que vive en la capital cubana y también en el resto del país por la importancia y ubicación que tiene esta Sede. Cuba y su Iglesia están también en tiempos de cambios y renovación. Un mensaje enviado a todos en la homilía del nuevo pastor habanero nos abre los caminos del amor que todo lo espera y de la esperanza que no defrauda:
“Soñamos que nadie toque a nadie, que nadie golpee a nadie, que nadie dañe a nadie… que los cubanos podamos vivir en paz, comer en paz, trabajar y estudiar en paz, y morir en paz.”
Convivencia se une en cordial comunión eclesial al nuevo pastor, agradece a Dios, en sus designios inescrutables, el servicio de su antecesor el Sr. Cardenal Jaime Ortega Alamino, y reza para que este añorado sueño, expresado por Monseñor Juan García, se haga realidad con la participación y el espíritu de concordia de todo el pueblo cubano, bajo el manto maternal y reconciliador de María, la Virgen de la Caridad del Cobre.
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