Ramiro Guerra: grande entre los grandes pedagogos cubanos

Martes de Dimas

Historiador, economista, pedagogo y político, Ramiro Guerra Sánchez (1880-1970), nacido en un cafetal del municipio Batabanó (actual provincia de Mayabeque), fue secretario de la presidencia de la República durante el gobierno de Gerardo Machado, y director de los periódicos Heraldo de Cuba y Diario de la Marina. Representó a Cuba en varias conferencias internacionales celebradas entre 1940 y 1946, entre ellas, la Conferencia Monetaria Internacional de las Naciones Unidas (1946).

La ubicación en el contexto histórico-político en que le tocó desarrollar su labor permite aquilatar la labor desplegada en los campos en que incursionó y lla relación establecida entre los mismos.

En 1897, momento en que la Guerra de Independencia estaba en pleno apogeo, el gobierno español para preservar a Cuba, considerada la última joya de la corona, se aferró a la terca consigna de “hasta el último hombre y la última peseta”. En  agosto de ese año, el jefe del gobierno, Antonio Cánovas del Castillo, al ser asesinado, fue sustituido por Práxedes Mateo Sagasta, quien dio un giro a la política hacia Cuba y cedió la administración de la Isla al autonomismo.

Antes, el capitán general de la Isla, Valeriano Weyler, había ordenado el cierre de las escuelas en todos los pueblos y ciudades bajo su control, lo que afectó drásticamente al magisterio. En enero de 1898 el gobierno autonómico, al asumir la administración de Cuba, ordenó reabrir las aulas, pero la entrada de Estados Unidos a la Guerra y la ocupación de la Isla provocaron la dimisión de los autonomistas sin que pudieran implementar su plan de enseñanza.

El Gobierno de Ocupación, instalado el 1 de enero de 1899, para aliviar la escasez de docentes, autorizó el empleo de cualquier cubano con las condiciones mínimas para enseñar, estableció las pruebas de calificación para que obtuvieran el certificado de Primer Grado, redactó el Manual para los aspirantes al magisterio;[1] y envió un contingente de más de mil maestros cubanos al curso de verano de 1901 en la Universidad de Harvard, Cambridge, y a la Escuela Normal de New Paltz, Nueva York.

En ese contexto, Ramiro Guerra, quien había comenzado a trabajar como maestro,  obtuvo el certificado de Primer Grado e integró el grupo enviado a la Universidad de Harvard, en un momento en que Estados Unidos era uno de los países más avanzados en la organización de la escuela primaria pública en el mundo. [2]

Al referirse a la importancia de este curso para aliviar la escasez de maestros, la educadora Dolores Borrero [3] escribió: “Si no hubiera sido así tal vez las aulas de nuestras escuelas hubieran sido ocupadas por maestros norteamericanos, alemanes o suizos, extranjeros al fin, de cualquier tierra menos de la nuestra”. Y el propio Ramiro Guerra afirmó: “Tanto me interesaron y tan útiles me fueron los conocimientos de Geografía Física, adquiridos en Harvard, que me sirvieron de base para apreciar aspectos esenciales de la geografía de Cuba viajando por las provincias cubanas”. [4]

La sólida formación adquirida por el maestro de Batabanó la volcó eficazmente en su actividad historiográfica y pedagógica: propuso la creación de las escuelas primarias superiores y organizó las primeras cuarenta de ese nivel; en 1911 fue elegido Presidente Regional del Buró Internacional de Documentación Educativa para Cuba [5] y cofundador de la revista Cuba Pedagógica; en 1912 obtuvo el grado de doctor en Pedagogía en la Universidad de La Habana, donde dirigió la Escuela Práctica Anexa a la Escuela de Pedagogía de esa institución; [6] en 1915, cuando se inauguraron las Escuelas Normales para maestros, ganó por oposición la Cátedra de Estudios Pedagógicos; fue designado director de la Escuela Normal de La Habana; organizó la primera Escuela de Comercio de La Habana; ocupó la responsabilidad de Superintendente de Escuelas en Pinar del Río, y luego Superintendente de Escuelas de Cuba; entre 1927 y 1930 fue profesor de Geografía de Cuba, Introducción a la Historia de la Colonización Española, e Historia de Cuba en la Universidad de La Habana; fue autor del Libro 1ro. de Lectura, y coautor de los libros 4to. y 5to; y fue abanderado en la introducción de la historia regional y local en los primeros grados de la enseñanza primaria.

Como historiador, en 1949 ingresó a la Academia de Historia y fue uno de los autores y redactores del primer libro completo de historia de Cuba, la Historia de la nación cubana, (1952). Sus más importantes obras en materia económica e histórica se orientaron a la capacitación magisterial y a la formación cívico-nacionalista del futuro ciudadano. Así, Historia Elemental de Cuba, escrita para las escuelas primarias superiores, preparatorias y normales, marcó la historiografía cubana.

De gran valor resultó la relación establecida por Ramiro Guerra entre la historia y la pedagogía. Como historiador, dice Yoel Cordoví, [7] –parafraseando sus palabras en la Conferencia La patria en la escuela, pronunciada en noviembre de 1913–, “articuló una concepción definida del oficio del historiador: su concepción de ‘historia profunda’, que no se limitaba a las guerras”. Esta definición, enriquecida en su medular ensayo Azúcar y población en las Antillas (1927), está presente en la Introducción a la historia de la colonización española en América (1930) y en La expansión territorial de los Estados Unidos a expensas de España y de los países hispanoamericanos (1935), pasando por el Manual de historia de Cuba (1938), hasta llegar a la enjundiosa Guerra de los Diez Años en dos volúmenes (1959,1952), así como el ensayo La educación primaria en el siglo XX: proceso histórico de la misma en Estados Unidos de América, Gran Bretaña y Cuba (1955), obras donde se advierte la presencia de su arsenal metodológico.

Su concepción de la historia estrechamente vinculada con la economía con una finalidad pedagógica, explica por qué la empresa editorial Cultural S.A. utilizó El Manual del Pedagogo Cubano y la Guerra de los Diez Años, de Ramiro Guerra como libros de consulta en la enseñanza secundaria. Una quehacer que lo ubica entre los grandes del magisterio y de la historiografía contemporánea.

La Habana, 17 de julio de 2023

[1] Yoel Cordoví Núñez. Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas (1899-1920). La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2012, pp. 11-15.

[2] Ibídem, p. 22.

[3] Yoel Cordoví Núñez. Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas (1899-1920). La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2012, p. 12.

[4] Ramiro Guerra. Comentarios a un gran libro de Claudio Sánchez Albornoz. España. Un enigma histórico. La Habana. La Habana, Editorial Lex, 1958, p. 11.

[5] El Buró Internacional de Documentación Educativa para Cuba se había fundado en Ostende, Bélgica

[6] Yoel Cordoví Núñez. Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas (1899-1920). La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2012, p. 30.

[7] Yoel Cordoví Núñez. La historia profunda. El concepto y métodos en el pensamiento historiográfico de Ramiro Guerra. La Jiribilla. 18/12/2020.


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).
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