Qué es educar… Quién puede educar…

Por Margarita Gálvez
Retrato de Martí. Gregorio Díaz. (Óleo/Lienzo)

Retrato de Martí. Gregorio Díaz. (Óleo/Lienzo)

No puede hablarse de educación en Cuba sin mencionar a los fundadores de la nacionalidad cubana: Padre José Agustín Caballero, Padre Félix Varela, José de la Luz y Caballero y otros que posteriormente seguirán sus enseñanzas como José Antonio Saco, Rafael María Mendive y José Martí.

Este trabajo analiza dos frases de José de la Luz y Caballero sobre Educación:
“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para la vida”.
“Instruir puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivo”.
En estas dos frases Luz y Caballero expresa cuál es el objetivo de la Educación: templar el alma para la vida; y nos dice quien puede realizar esta labor: solo quien sea un evangelio vivo.
¿Qué significa templar el alma para la vida y no dar carrera para vivir? No basta con preparar a la persona para adquirir conocimientos con los que logre un título y un trabajo para ganarse el sustento. Quién así fue formado, cuando por cualquier circunstancia tropiece con dificultades que le impidan ejercer en el campo de lo que aprendió, no tendrá armas para enfrentarse a la nueva situación y nos encontraremos a un individuo destruido, apocado, sin más horizontes que quejarse y lamentarse.
Se trata de enseñar para la vida, de tener una opción fundamental, de establecer una escala de valores y un proyecto de vida y ser coherentes con ese proyecto.
En su mensaje a los jóvenes cubanos el Papa Juan Pablo II manifestó que el mejor legado que puede hacerse a las futuras generaciones es trasmitirles valores superiores del espíritu y favorecer una educación ética y cívica que los ayude a asumir nuevas actitudes y construir el propio carácter sobre la base de una educación para la libertad, la justicia social y la responsabilidad.
…Quién instruye a una persona en una fe, una doctrina no lo está preparando para pensar sino para seguir ciegamente lo que otro hizo o pensó y entonces… ¿Cómo se enfrentará a lo nuevo si no está preparado para pensar? ¿Cómo actuar ante una situación nueva? En la vida, los enfrentamientos a diversas situaciones también nuevas son muy frecuentes. ¿Cómo reaccionar? ¿Cómo ser capaces de salir victorioso ante una nueva problemática si no se ha sido preparado para ello?
Solo una educación liberadora y participativa contribuye a despertar la conciencia crítica en un ambiente donde educandos, padres y maestros formen una comunidad educativa y tengan como fin despertar la conciencia de todos sus miembros, elevar su autoestima, de modo que puedan discernir su propia vocación, escoger responsablemente sus opciones fundamentales y desarrollar en coherencia con ellas sus hábitos, habilidades. Así podrán templar el alma como asegurara Don José de la Luz y Caballero.
¿Y quién puede realizar esta labor? “Solo quien sea un evangelio vivo” dijo Luz y Caballero..
¿Qué significa la palabra evangelio? Buena Noticia. ¿Quién puede ser una buena noticia en un aula frente a un grupo de niños y de jóvenes? Félix Varela dijo que el maestro era la fuerza necesaria e insustituible para la obra educacional y lo concibe como una persona con conocimientos sólidos sobre la ciencia o disciplina que imparte; aceptable cultura general; sencillo, honesto, humilde; que ame a la patria y sobre todas las cosas a Dios; un promotor de valores humanos inquebrantables. Para obtener verdaderos maestros debe tenerse en cuenta;
-Ser ejemplo en la sociedad
-Tener vocación para el magisterio
-Amar y respetar a la persona sin discriminación de edad, credo religioso, ideas políticas, raza ni ningún otro índice de la personalidad.
-Ansias de superación.
Los maestros emergentes
Cuando en forma masiva y sin tener en cuenta los valores antes mencionados, seleccionamos indiscriminadamente a las personas para que, en poco tiempo, se conviertan en “maestros” y se enfrenten a niños y jóvenes en un aula. ¿Estamos teniendo en cuenta lo que dijeron los grandes maestros Don José Agustín Caballero, José Martí, y otros, respecto a la educación y los educadores?
De todos es conocido que en nuestro país se ha desarrollado una política educacional positiva en varios aspectos: llevar la enseñanza a los lugares más intrincados, proveer a las escuelas de medios de enseñanza bastante modernos: computadoras, vídeos, televisores, pero, ¿están esos medios en las mejores manos? Hemos visto cómo en las escuelas desaparecen y se destruyen televisores, grabadoras y otros equipos igualmente importantes por no estar en las manos idóneas.
Para implantar una medida como esta hace falta previamente comprobar si contamos con lo necesario y podemos materializarla y mantenerla. La mejor de las decisiones puede convertirse en la peor si no llega a concretarse con y en, las condiciones que necesita.
Por ejemplo: Pudiera resultar maravillosa la idea de que cada maestro enseñe solo a 20 alumnos, pero en la actualidad, ¿cuántas aulas se mantienen así? Los maestros dicen: “nos quitaron las auxiliares porque solo atenderíamos 20 alumnos; ahora tenemos 40 y no tenemos auxiliares, por lo que apenas nos alcanza el tiempo para dar la atención necesaria y diferenciada a cada alumno”
Pudiera ser también maravillosa la idea de las clases televisadas (algunas muy bien impartidas por cierto), pero, no será tan bueno si el televisor sustituye al maestro. Nada sustituye la posibilidad de intercambio cercano entre un maestro y sus alumnos. Sabemos que el televisor no puede atender las diferencias individuales y conocemos también, que en un aula de 40 alumnos, algunos captan la primera explicación y el resto necesita 2, 3, y hasta 4 explicaciones. Por eso cada maestro tenía lugar en el horario para atención a las diferencias individuales.
Ante la carencia de maestros y profesores, cuando se televisa una clase de Matemáticas, por ejemplo, quienes están en el aula son un profesor de Inglés y uno de Historia que, según las nuevas orientaciones, deben aclarar dudas o explicar lo que no haya quedado claro en los alumnos, suponiendo que la formación básica de estos maestros les alcance para esto, ya que su especialidad no son las Matemáticas. Por supuesto que se ven obligados a decir a los alumnos: “atiendan bien, que yo de eso no sé nada”.
Las clases por televisión pudieran suplir en algo el problema de la falta de maestros, pero busquemos alternativas para completar la actividad y obtener resultados óptimos, de lo contrario, la idea de los medios audiovisuales se convertirá en negativa y en lugar de ayudar a resolver la carencia de profesores creará otro gran problema: la desviación del aprendizaje y de la educación.
El respeto al alumno es imprescindible y no solo el grito y el ataque físico constituyen faltas de respeto, también se le falta el respeto cuando el profesor no está preparado en la materia; cuando la asistencia y puntualidad de los profesores falla, cuando no le reconocemos al alumno el derecho a expresar sus ideas en el aula, sobre todo cuando no coincidan con los nuestros; cuando no los dejamos participar activamente en el proceso docente educativo y los convertimos en meros repetidores de lo que ya está concebido y realizado. Cuando no tenemos en cuenta sus opiniones herimos sus sentimientos y los hacemos sentir inferiores.
El educador sirve en la comunicación del valor, exige determinados comportamientos de acuerdo con su enseñanza, pero no manda en la conciencia del alumno, por tanto no influye en el elemento subjetivo de la formación del valor. Hacerlo sería manipulación que no educa, sino que promueve la doble moral.
Ojalá todos nos pongamos al servivcio de la educación y los educandos. Indudablemente seríamos más felices.

Margarita Gálvez (Pinar del Río 1933)

Licenciada en Economía. Profesora retirada
Reside en Pinar del Río
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