Pequeños “sí” y “no” deciden nuestra vida y el futuro de Cuba

Por Livia Gálvez Chiú
Foto de Orlando Luis Pardo Lazo.

Foto de Orlando Luis Pardo Lazo.

Los pequeños “sí” definen nuestro futuro. Se trata de aquellos que damos casi diariamente, que a veces parecen de poca importancia pero que determinan el camino que va tomando nuestra vida. Disyuntivas de mayor o menor envergadura ante las que decidimos responder afirmativamente. Nuestro presente es la consecuencia de muchos de los “sí” que dimos en el pasado: nuestra familia, nuestra profesión, nuestro proyecto de vida, nuestra opción de vida. El futuro depende de los “sí” que demos ahora… pero también de los pequeños y rotundos “no” que seamos capaces de decir.

 

 

Cuba vive hoy un momento difícil. Después de que el restablecimiento de las relaciones con los Estados Unidos, con la visita del presidente Obama y la de otros mandatarios europeos, trajeran nuevas esperanzas de cambio y mejoría para el pueblo, la noticia oficial de que “vendrán tiempos duros… o más duros” (supongo que absolutamente solo para el pueblo) nos ha lanzado un cubo de agua fría (cubo incluido), ha sido un mazazo en pleno rostro. He visto desesperación en los cubanos aquí y en otros lugares del mundo. Creo que el gobierno cubano no ha medido el alcance de sus palabras. ¿Cómo decir a un pueblo que no ha dejado de vivir tiempos duros desde hace cincuenta y tantos años, que va a empeorar todo? ¿Tiempos duros para lograr qué? ¿Para llegar a dónde? No tiene sentido.

 

La situación no es la misma, los cubanos hemos cambiado. No creo que estemos dispuestos a vivir un eterno periodo especial. Creo que la dinámica del mundo actual no lo permitirá, pero está en nuestras manos. Ceder nuestra cuota de responsabilidad a otros es imperdonable ahora. Decir que no ante cada injusticia, por pequeña que sea, ante cada violación de nuestros derechos, aunque sea mínima, ante cada actitud indolente y de doble moral, nos abrirá pequeñas puertas que nos harán sentir más libres. Es el “no” necesario para dar el “sí” a una Cuba nueva, feliz. Es el “no” que nos llevará a alcanzar mayores grados de libertad y de educación cívica. Hace muchos años que el gobierno cubano se ha separado de su pueblo y no ha contado con él para tomar decisiones. No se trata de confrontación perenne y constante, se trata de exigir pacíficamente nuestro derecho a decidir como pueblo cómo queremos vivir, y hacia dónde queremos ir. Es un camino largo lleno de momentos en los que tenemos que optar por los “sí” y los “no”, unos más importantes que otros y en distintos espacios. Si nos equivocamos, aprenderemos de ello y seguiremos adelante, que es para donde se merece ir el pueblo cubano hace muchos años ya.

 

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Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).

Licenciada en Contabilidad y Finanzas.

Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.

Reside en Pinar del Río.

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