Mitos de la revolución cubana

Foto de Adrián Martínez Cáddiz

Primer mito: la revolución del pueblo

Este mito identifica la lucha en las montañas de la Sierra Maestra como la revolución del pueblo cubano.

Algunos en Cuba, sobre todo jóvenes, al defender a la revolución cubana reflejan que son víctimas de la ideología del partido comunista que ha repetido por años que revolución es sinónimo de patria, nación, e independencia de la nación. Así las cosas: consideran que la manera de ser patriotas consiste en defender ese proceso.

Este mito tiene su antecedente en un discurso que pronunció Fidel Castro a su llegada a La Habana:

“Más que el pueblo no puede ningún general; más que el pueblo no puede ningún ejército. Si a mí me preguntan qué tropa prefiero mandar, yo diría: prefiero mandar al pueblo (APLAUSOS), porque el pueblo es invencible. Y el pueblo ganó la guerra, porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos divisiones, ni regimientos, ni compañías, ni pelotones, ni escuadras siquiera (APLAUSOS PROLONGADOS).

Luego, ¿quién ganó la guerra? El pueblo, el pueblo ganó la guerra. Esta guerra no la ganó nadie más que el pueblo…”

Así fue como el pueblo cubano recibió la paternidad de un hijo que no había engendrado.

Lo cierto es que a ese proceso social se le puede aplicar el gentilicio de cubano porque se produjo en Cuba, pero no porque fuera un proceso del pueblo cubano.

Es aconsejable para respaldar esta afirmación el presentar datos, y que no quede el tema en la subjetividad de una opinión.

Un elemento clave a considerar es la cantidad de cubano que participaron en la lucha de la Sierra Maestra.

Es conocido que el 2 de diciembre de 1956 Fidel Castro desembarcó por la playa Las Coloradas. Según las fuentes consultadas la cantidad de muertos y heridos varían de uno a veinte, no se menciona lo que hicieron cuarenta y siete. De los ochenta y dos, quince se quedaron en los montes con Fidel Castro.

El 17 de enero de 1957, a las 2:40 de la madrugada, asaltaron a cinco marineros y cinco guardias que se encargaban de custodiar el paso del río La plata, y que dormían placenteramente, pues eran tiempos de paz.

Fueron 28 los hombres que participaron, pues se habían reunido más y se incorporaron unos nuevos.

Para el mes de mayo se habían incorporado refuerzos enviados por Celia Sánchez Manduley, de manera que en el momento del ataque al aserradero del Uvero existían ciento veintisieterebeldes. Este ataque fue difícil y evitaron otro por el estilo en lo que quedó de año.

Al terminar el año 1957, la tropa no había crecido mucho. El Che Guevara lo describió así en Pasajes de la guerra revolucionaria:

“El período de consolidación de nuestro ejército, en el cual no podíamos atacar por falta de fuerzas que el enemigo ocupaba en puntos fortificados y relativamente fáciles de defender, y éste no avanzaba sobre nosotros, se mantuvo como característica hasta el segundo combate de Pino del Agua, el 16 de febrero del año 1958”.

En el primer trimestre de 1958, al dividirse el grupo rebelde creando el segundo y el tercer frente y las dos columnas invasoras, el número total de rebeldes estaba alrededor de trescientos hombres. En una entrevista de Fidel Castro al periodista italiano Gianni Miná, esta cifra fue confirmada.

También existía un grupo terrorista que causaba muchos daños a la economía y aterrorizaba a la población. Eran pocos, pero causaban mucho daño.

Cuando Fidel Castro entró en La Habana, se calcula que había unas tres mil personas.En la caravana participaban dos mil soldados de la República, algo más de trescientos soldados de una guarnición cercana a Santiago de Cuba, y unos que se fueron incorporando a la caravana en el transcurso del viaje.

Es importante señalar que Cuba contaba entonces con unos seis millones de habitantes, por lo que la cifra de hombres dirigidos por Fidel Castro no era significativa.

En cuanto al territorio nacional involucrado en este combate, tenemos las siguientes cifras: Cuba posee 110,922 km2; Fidel Castro operaba en la Sierra Maestra, que tiene doscientos cincuenta kilómetros de largo y el ancho varía entre quince y cincuenta kilómetros.

El área de la Sierra es pequeña, pero los rebeldes no la ocupaban toda. El Che Guevara ocupaba una zona más allá del Pico Turquino al este, y hasta las cercanías del Punto Caracas en el oeste.

Si leemos además las cifras de la zafra en 1957 y 1958, la inauguración de hoteles, los eventos internacionales y la vida de la Isla en general, es evidente que la ciudadanía no era parte de ese proyecto.

El líder de la revolución y otros dirigentes de ese grupo eran comunistas y su objetivo era implantar el comunismo. Pero esos líderes mentían sobre sus propósitos, porque conocían que ese no era el deseo de la mayoría de los cubanos.

Por ello, si ese grupo no involucró a la mayoría de la ciudadanía, no ocupó una parte importante del territorio nacional, y los líderes ocultaron su proyecto porque sabían que no era lo que querían los cubanos, creo que existen suficientes elementos para decir que es un mito el afirmar que ese proceso social fue la revolución del pueblo.


  • Estela Teresita Delgado Rosales (La Habana, 1956).
  • Graduada como traductora e interprete en la Universidad de La Habana en 1984. Graduada del
  • Klessheim Institute de Austria en la especialidad de Turismo. Autora de tres libros: Almas escondi-
  • das, 2009, La revolución de Castro al desnudo, 2023 (segunda edición) y Crónica de un aldabonazo,
  • 2024.
  • Reside en Miami.
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