Misión y retos de la sociedad civil en el presente y en el futuro de Cuba – Conferencia pronunciada por Dagoberto Valdés en la Universidad de Georgetown. Washington D.C. 3 de junio de 2015

Dagoberto Valdés (al centro) durante su Conferencia en la Universidad de Georgetown. Fotos cortesía del autor.

Dagoberto Valdés (al centro) durante su Conferencia en la Universidad de Georgetown. Fotos cortesía del autor.

Respetados profesores:
Estimados alumnos:
Señoras y señores:
Agradezco de corazón a Dios y a los que han organizado esta visita a la Universidad de Georgetown. Conocí por primera vez esta Alma Mater el 10 de noviembre de 2004, al recibir el Premio Jan Karski al Valor y la Compasión. Esta Casa de Altos Estudios ha sido siempre para mí una inspiración y un paradigma de lo que debería ser la Universidad en Cuba. Estoy seguro que un día los cubanos podrán comenzar el camino hacia esa insuperable meta. Hay que aspirar alto y dar los pequeños pasos para alcanzar lo posible.
 
OBJETIVO
 
Precisamente es en esa mística en la que he trabajado esta presentación, cuyo objetivo es identificar la misión y los retos que tendrá la sociedad civil en el presente y el futuro de Cuba, en el contexto del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y la visita del Papa Francisco a Cuba.
 
SUMARIO
 
1.Después del 17 D-2014: un nuevo rumbo para Cuba y nuevos desafíos para la sociedad civil cubana.
2.Nueva visión sobre las relaciones entre estados y entre sociedades civiles.
3.Nuevos retos estratégicos para la sociedad civil y los estados.
4.Misiones y flujos de la sociedad civil en el presente y el futuro de Cuba.
5.La sociedad civil necesita una visión de futuro para Cuba: ¿hacia dónde queremos cambiar?
6.¿Cómo buscar la unidad en la diversidad de la sociedad civil cubana?
7.Conclusiones.
DESARROLLO
1.DESPUÉS DEL 17 DE DICIEMBRE DE 2014: UN NUEVO RUMBO PARA CUBA Y NUEVOS DESAFÍOS PARA LA SOCIEDAD CIVIL CUBANA
 
Comencemos por ubicarnos en el contexto cubano actual. Esto es muy importante siempre, pero más aún cuando la inercia de más de medio siglo nos retiene en lo pasado, nos predispone a juzgar el futuro con la larga experiencia vivida y sufrida. Eso es comprensible, y me uno al dolor de tantos y al sufrimiento de millones de cubanos, pero no podemos hacer como la mujer de Lot. Salir hacia el futuro requiere juzgar el pasado y guardar la memoria histórica para que nunca más se repita, pero requiere que nos podamos liberar del pesimismo, de la inercia y de querer tomar la experiencia negativa como único criterio de juicio para el presente y el futuro. Uno de los peores enemigos del cambio es pensar que “todo siempre fue así y seguirá siendo así”.
El contexto ha cambiado y puede influir en el texto de la realidad. Nadie duda que el 17 de diciembre de 2014 se hizo público un largo camino de cambios. Largo sí, pero creo que sus resultados no solo dependerán de lo que haga Obama o de lo que haga Castro. Creo que dependerán sobre todo de lo que haga el pueblo cubano. No obstante me gustaría comenzar este cambio de contexto analizando a cada actor de las negociaciones para luego entrar de lleno en mi visión del principal protagonista: la sociedad civil.
La mediación del Papa Francisco
 
La mediación del Papa Francisco destrabó el nudo gordiano. Es algo que el pueblo cubano agradecerá siempre al Sumo Pontífice. Es la demostración de la eficacia del diálogo y la negociación como unos caminos éticamente aceptables para la solución de los conflictos. Así lo valoró el propio Pontífice:
“Un ejemplo que aprecio particularmente de cómo el diálogo puede verdaderamente edificar y construir puentes es la reciente decisión de los Estados Unidos de América y Cuba de poner fin a un silencio recíproco que ha durado medio siglo y de acercarse por el bien de sus ciudadanos” (Discurso del Papa Francisco al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. Lunes 12 de enero de 2015).
 
El cambio de Obama
 
El presidente Barack Obama ha tomado la decisión de un cambio: Trazar nuevas políticas del Gobierno de Estados Unidos con relación a Cuba. Así lo expresó en su discurso del 17D:
1.No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar obtener un resultado diferente.
2.Intentar empujar a Cuba al abismo no beneficia a Estados Unidos ni al pueblo cubano.
3.Es mejor fomentar y respaldar las reformas que imponer políticas que convierten a los países en estados fallidos.
4.Hoy vamos a renovar nuestro liderazgo en el continente americano.
5.Vamos a levar las anclas del pasado porque es necesario alcanzar un futuro mejor.
6.Al final, los cubanos conducirán las reformas económicas y políticas.
7.Los cubanos merecen el apoyo de los Estados Unidos y de toda una región que se ha comprometido a promover y defender la democracia por medio de la Carta Democrática Interamericana.
Esto fue acompañado por la presentación de 15 medidas anunciadas por el Gobierno estadounidense para ser implementadas paulatinamente. (Nota informativa de la Casa Blanca sobre el cambio de política hacia la Isla. Secretaría de la Casa Blanca, Washington D.C., Diciembre 17, 2014).
8.Ahora: se agrega que se haya sacado a Cuba de las lista de los países patrocinadores del terrorismo.
El aporte del gobierno cubano
 
Una de las críticas más escuchadas es que el Gobierno cubano no ha correspondido, por lo menos públicamente, en la misma proporción que las propuestas y medidas del Gobierno de Estados Unidos. Es verdad, debemos insistir en que no hay verdadera negociación que sea incondicional o que sea asimétrica en contenidos y calidad de las propuestas. Nuestra postura es, negociaciones sí, pero no incondicionales. Diálogo sí, pero teniendo en cuenta al pueblo cubano, a su sociedad civil, a sus derechos humanos.
Considero que, no obstante, la asimetría del gobierno cubano ha aportado algo. Creo que sentarse a negociar con el “enemigo” de siempre es la concesión ideológica más significativa e influyente en la mentalidad del pueblo cubano y de los propios miembros del gobierno. Resumo así esos aportes:
 
1.Los presos excarcelados.
2.Sentarse a la mesa de negociaciones con el enemigo histórico.
3.Pérdida del enemigo y de esa retórica o pretexto-justificación.
4.Reconocimiento de facto de la sociedad civil independiente por la reacción oficial de Cuba en Panamá.
5.No ha criticado las medidas, solo lo que falta.
6.El antiguo “enemigo” estará en casa y con permiso.
7.Las medidas graduales e insuficientes pero lesivas del totalitarismo.
8.Cambio de un tipo de represión de alto perfil y banda corta a otro de bajo perfil y banda ancha.
Hay un largo camino por recorrer. Al final, la apertura debe conducir al empoderamiento del pueblo cubano para que sea el protagonista principal de los cambios.
 
EXPECTATIVAS DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A CUBA
 
Otro de los acontecimientos que influye sobre el contexto cubano es la visita de Su Santidad el Papa Francisco del 19 al 22 de septiembre próximo. Estas son mis expectativas, es decir, lo que me gustaría que aportara esta visita, tanto por parte del Papa como por parte del Gobierno cubano:
 
Del Papa en Cuba:
 
1.Que sea una verdadera visita pastoral para animar a la Iglesia y a todos los cubanos.
2.Que sea un paso más en la mediación para la solución pacífica del diferendo entre Cuba y EE.UU. pero que no se quede ahí.
3.Que el Papa brinde también su mediación, y la de la Iglesia en Cuba, para el restablecimiento de las relaciones democráticas entre el gobierno y el pueblo cubanos.
4.El Papa San Juan Pablo II marcó su visita con esta frase: “¡Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba!” Que el Papa Francisco marque su visita con este anhelo de todos en la Isla: ¡Que Cuba se abra a todos los cubanos!
5.Que el Papa Francisco nos animara a “ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional” -como dijo Juan Pablo II. Así el porvenir de Cuba no sería determinado por otras injerencias extranjeras sino por el talento, el carácter emprendedor y la responsabilidad cívica y política de todos los cubanos.
Del Gobierno de Cuba:
1.Que abra el País, su mentalidad y sus leyes, a la participación democrática de todos los cubanos.
2.Que reconozca el derecho a la libertad religiosa y no solo libertad de culto y de permisos.
3.Que el gobierno cubano reconozca a la sociedad civil independiente como interlocutora válida.
4.Más que participar en las Misas del Papa en Cuba, asista a las necesidades de su pueblo al que debe servir.
5.Lo que se espera de un político es que gestione el marco jurídico para la democracia y el progreso de su pueblo.
Visto el contexto, deseo presentarles mi propia visión de lo que creo deberían ser las nuevas relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos y entre estos gobiernos y sus respectivas sociedades civiles. Creo que podría ser una visión de la diplomacia moderna.
2. NUESTRA VISIÓN SOBRE LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS Y ENTRE SOCIEDADES CIVILES
 
 
 
Si me preguntaran cómo me gustaría que fuera el servicio exterior de Cuba, y también de los demás países, podríamos decir que en la visión de la diplomacia moderna hay tres interrelaciones mutuamente indispensables y enriquecedoras:
1.Las relaciones entre los Estados.
2.Las relaciones entre los pueblos.
3.Las relaciones de los Estados con sus propios pueblos y con la sociedad civil de las demás naciones.
La disfunción en una sola de esta especie de “trinidad diplomática” es y será la verdadera causa de los conflictos entre Estados y de estos con sus pueblos. Considero de necesidad insoslayable que coloquemos el presente y el futuro de Cuba en la visión holística de esta “trinidad de sus relaciones”.
3. NUEVOS RETOS ESTRATÉGICOS PARA LA SOCIEDAD CIVIL Y LOS ESTADOS
 
Los desafíos principales de la sociedad civil cubana hoy
 
1.¿Cómo insertarse en este nuevo escenario sin desmemoria pero sin dejarse “bloquear” por el pasado?
2.¿Cómo introducir en este contexto las necesidades del pueblo cubano y las dinámicas o misiones propias de la sociedad civil, es decir, cómo implementar esa “trinidad de relaciones”?
3.¿Cómo hacerlo con la nueva mentalidad y los nuevos métodos propositivos, pacíficos y negociadores?
4.¿Cómo integrar estos pares dialécticos en desequilibrio?:
–          Entre la integración de Cuba en el mundo (Que Cuba se abra al mundo) y la inclusión de todos los cubanos en la vida de su país (Que Cuba se abra a todos los cubanos).
–          Entre los intereses económicos y el respeto a los Derechos Humanos de todos los cubanos.
–          Entre la necesaria estabilidad de Cuba y de sus vecinos y la también necesaria transición hacia la democracia.
Por lo menos, habría dos formas de resolver estas contradicciones. La confrontación, es decir, la vieja unidad en la lucha de contrarios, cuya aplicación histórico-social ha tenido catastróficas consecuencias; o la trabajosa síntesis dialógica, ese “toma y daca” que es tan lento, produce tanto nerviosismo, incluye confusión y alienta la desconfianza durante el proceso, pero que garantiza para el futuro unas relaciones de respeto, amistad cívica y cooperación entre los pueblos.
Una nueva síntesis dialógica
 
He aquí la visión dialógica de los que considero pares dialécticos o contradicciones del momento actual y del porvenir en Cuba:
1.La inclusión de todos los cubanos, de todo el talento humano, en la inserción de Cuba en el mundo.
2.La promoción de todos los Derechos Humanos y sus Pactos cívicos y políticos, pero también los económicos, sociales y culturales, para que los cubanos tengamos las mismas oportunidades socioeconómicas y políticas y no quedemos como peones de intereses económicos espurios.
3.La transición gradual, pacífica y negociada a la democracia para, que con este modelo de cambio, podamos garantizar la estabilidad en Cuba y en sus vecinos.
4. MISIONES Y FLUJOS DE LA SOCIEDAD CIVIL EN EL PRESENTE Y EL FUTURO DE CUBA
 
La primacía de la sociedad civil como precepto constitucional
 
La actual Constitución de Cuba (1976 con modificaciones) establece teóricamente la primacía de la persona humana, como centro sujeto y fin de toda acción e institución social, recogiendo aquella frase de José Martí, aún por alcanzar: “Yo quiero que la Ley suprema de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Todo lo que vamos a construir para Cuba debería estar jurídicamente fundamentado en esta supremacía de la dignidad y los derechos y deberes de la persona humana.
Teniendo este cimiento personalista en el buen sentido de la palabra, y para alcanzar esta síntesis dialógica entre los desafíos contradictorios de la Cuba de hoy, debemos asumir todos, Estado y ciudadanía, una nueva escala de valores en las relaciones entre el Estado y la sociedad civil. Así lo expresa el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que hacemos nuestra:
“La comunidad política y la sociedad civil, aun cuando estén recíprocamente vinculadas y sean interdependientes, no son iguales en la jerarquía de los fines.”
“La comunidad política está esencialmente al servicio de la sociedad civil y, en último análisis, de las personas y de los grupos que la componen.”
“La sociedad civil, por tanto, no puede considerarse un mero apéndice o una variable de la comunidad política: al contrario, ella tiene la preeminencia, ya que precisamente es la sociedad civil la que justifica la existencia de la comunidad política” (CDSI No. 418).
Una vez que se establezca esta primacía de la persona humana y de la sociedad civil sobre el Estado, y se defina el poder político como servicio al bien común, debidamente refrendados en una nueva Constitución de la República, habremos comenzado el aterrizaje gradual de los cambios esenciales.
El otro paso sería reconocer algunas de las responsabilidades de la sociedad civil, derivadas de esa escala de valores del personalismo comunitario, en el presente y el futuro de Cuba.
No significa que todas las organizaciones y grupos tengan que asumir todos los servicios que a continuación enumeramos. Cada organismo social debe preguntarse si puede y debe optar por alguno de ellos o incluso por todos a su nivel y a su tamaño. Creemos en la fuerza de lo pequeño.
MISIONES o DINÁMICAS DE LA SOCIEDAD CIVIL (Cada grupo de la sociedad civil puede cumplir una o varias):
1.EDUCADORA para reconstruir a la persona humana y sus relaciones sociales. (Educación ética y cívica).
2.CANTERA DE CIUDADANOS para empoderar al ciudadano y ejercer la soberanía que les toca por derecho.
3.TALLER DE PARTICIPACIÓN para una democracia más horizontal y eficaz.
4.EDIFICADORA DE CONSENSOS Y REPRESENTACIÓN INTERNACIONAL. Para insertarse en escenarios nacionales e internacionales (Ej. Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana).
5.FUENTE DE PROGRESO en el aspecto económico y del desarrollo humano integral. Emprendedores y PYMES.
6.FACTOR DE PRESIÓN Y DENUNCIA para controlar al Mercado y al Estado.
7.GENERADORA DE PROPUESTAS. Para participar en las soluciones.
8.RED DE SOLIDARIDAD para promover y asistir a los más vulnerables.
9.ESCUDO DE PROTECCIÓN para ciudadanos indefensos y para grupos minoritarios.
10.VÍA DE ACCESO a los demás sectores de la Nación: políticos, económicos, culturales, religiosos, etc.
FLUJOS DE LA SOCIEDAD CIVIL HACIA LOS DEMÁS SECTORES EN EL FUTURO DE CUBA
 
Flujo: Una de las misiones anteriores, es el flujo de personas y trabajos que parten de la escuela-cantera de la sociedad civil y alimenta a los demás sectores que conforman la vida de la Nación.
Dirección y sentido del flujo: Es una nueva dinámica que no va de los puestos políticos a la sociedad civil, de arriba a abajo, verticalista y elitista, sino un flujo horizontal de protagonistas, proyectos, propuestas y visiones, empoderadas en el seno de una sociedad civil, educadora, plural y democrática.
Fallos históricos: Considero que uno de los fallos estructurales de la historia de Cuba fue invertir este flujo: cultivar la verticalidad de la dinámica civil y no ensanchar su horizontalidad, su inclusión y su diversidad. Todavía hoy algunos proyectos que conciben los cambios en Cuba de forma excluyente, sectaria o caudillista. Desde arriba o desde afuera. Son rezagos coloniales y culturales. Complejos de subordinación.
Cambio de mentalidad y de estilo: Venga ya el cambio de mentalidad y la inversión de la visión dinámica hacia una sociedad moderna y participativa. Mientras más horizontal y participativo sea el protagonismo cívico menos peligro habrá de nuevos autoritarismos. A más sociedad civil madura y empoderada, menos mesianismos populistas. Aprendamos los cubanos, de una vez, estas lecciones de la historia.
A continuación ponemos, a modo de ejemplos, algunos de esos flujos en los que la persona y la sociedad civil se establecen como origen de todas las demás dinámicas sociales:
Desde la sociedad civil al mundo de la política
 
Podemos decir que la República de Cuba puede y debe entrar en una etapa verdaderamente nueva, porque desde una sociedad civil autónoma, ética-personalizada, articulada en sentido comunitario, participativa y corresponsable, en la que se equilibren creativamente la solidaridad y la subsidiaridad, se puede acceder mejor al mundo de la política; porque los ciudadanos estarán mejor entrenados en la participación democrática y los líderes lo estarán mejor en los límites y el mutuo control de los poderes públicos, así como en el carácter de servicio de ese poder político.
Desde la sociedad civil al mundo de la economía
 
Desde ese protagonismo de la sociedad civil se podrá acceder mejor al mundo de una economía de mercado con cierta regulación del Estado y cierta presión de la misma sociedad civil que fomente la justicia social, porque la iniciativa creadora y productiva se habrá entrenado en el seno de las organizaciones concretas y porque el sentido de comunidad, aprendido en esas organizaciones, permitirá abrir las meras reglas del mercado a una sensibilidad ética de solidaridad y subsidiaridad. Sin mercantilismos deshumanizantes, ni pragmatismos amorales.
Desde la sociedad civil al mundo de la cultura
 
La reconstrucción de una sociedad civil, plural y tolerante, permitirá a la nueva República acceder al mundo de la cultura desde la diversidad asumida y promovida como una riqueza cívica. El diálogo interétnico, la creación libre y el arte sin fronteras serán los verdaderos cimientos de la identidad nacional que no se parapeta ni en estrechos nacionalismos, ni en disolución acrítica en culturas hegemónicas.
Desde la sociedad civil al mundo de la trascendencia, la religiosidad y las iglesias
 
Una República nueva y laica que crea el marco jurídico que garantice un protagonismo adulto de la sociedad civil contribuirá a la promoción de la subjetividad, del alma de las naciones. Toca a la sociedad civil fomentar la dimensión trascendente de las personas, de las religiones y las iglesias. Estas podrán tener un espacio real para “profesar la fe en ámbitos públicos reconocidos”, y puedan estimular las iniciativas que configuran una nueva sociedad y puedan ejercer la caridad y el profetismo, servicios de verdad y promoción humana.
Las Iglesias aportarían, a su vez, un servicio de educación y renovación de la misma sociedad civil, de la que la Iglesia forma parte como fermento en la masa, como generadora de espacios de participación, como articuladora de redes de solidaridades y servicios, como red de redes.
Desde la sociedad civil al mundo de las relaciones internacionales
 
Incluso, el mundo de las relaciones internacionales, en una República nueva, encontraría en una sociedad civil autónoma, abierta y solidaria, no solo un modelo a seguir en esos vínculos del servicio exterior, sino y sobre todo, caminos y lazos, puentes y apoyos para unas relaciones con el mundo diversificadas, plurales, fraternales y que vayan más allá de la diplomacia tradicional de las relaciones interestatales, para llegar a ser verdaderos vínculos de comunicación y solidaridad entre los pueblos y a todos los niveles de la sociedad civil. Se puede considerar esta como una nueva diplomacia.
5. LA SOCIEDAD CIVIL NECESITA UNA VISIÓN DE FUTURO PARA CUBA
Ahora bien, una vez establecidas las prioridades y las dinámicas de la sociedad civil en relación con las demás dinámicas de la nación, consideramos de estricta necesidad vislumbrar, repito, otear en el horizonte siempre movedizo, una visión de futuro que sea al mismo tiempo, brújula del presente, inspiración para el trabajo y meta perfectible para el porvenir.
Uno de los graves errores que debemos aprender de nuestro pasado es que los cambios no pueden ser a cualquier precio y hacia cualquier lugar. Mis padres recordaban que en la Cuba de los 50s se decía con frecuencia entre la gente sencilla: lo que hace falta es cambiar, después ya veremos hacia dónde. Cuba ha sufrido demasiadas veces esa irresponsabilidad de la sociedad civil que deja las manos libres a “mesías” y populistas para trazar ellos nuestro futuro sin contar con nadie y según sus intereses autoritarios.
Esa visión hay que irla consensuando, descubriendo, implementándola. Pero para consensuar hay que proponer. Hay que idear, vislumbrar, ese futuro, aun a riesgo de tener que modificar esa visión, corregirla, perfeccionarla. No obstante, no sería coherente en mi presentación si no les mostrara mi propia visión de futuro para Cuba, sabiendo que es solo “una” propuesta y nunca “la” propuesta. Aclarado esto, les presento solo mi visión de cubano, de cristiano y de hombre de Iglesia:
 
Visión de futuro: ¿hacia dónde queremos cambiar?
1. Una nueva filosofía inspiradora: ante el colectivismo y el individualismo: Un personalismo con una dimensión comunitaria.
2. Una nueva antropología: un humanismo integral de inspiración cristiana.
3. Una nueva pedagogía: un empoderamiento para la libertad y para la participación desde Varela, Luz y Martí. Educación participativa y liberadora, con fuerte componente ético y cívico.
4. Una nueva visión política: equilibrio entre los necesarios procesos de renovación de los partidos para evitar la partidocracia, el clientelismo y los populismos electoralistas y el rol de la sociedad civil, nuevo nombre de la democracia participativa.
5. Una nueva visión jurídica: nueva Constitución de la República, centrada en la dignidad plena de la persona humana. Inspirada en la Constitución de 1940 y en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de la ONU.
6. Una nueva visión económica: desde la economía social de mercado, la justicia social y la promoción de las PYMES. Una economía abierta, integrada e interdependiente, eficiente y participativa.
7. Una nueva visión de los MCS: la informatización de la sociedad y el uso de las Nuevas Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TICs) desde una ética personalista de los Medios.
8. Una nueva visión de las relaciones internacionales: basada en los Derechos Humanos, la interdependencia, la integración regional, la solidaridad, la justicia y la paz y el intercambio entre sociedades civiles.
6. ¿CÓMO BUSCAR LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD DE LA SOCIEDAD CIVIL CUBANA?
Otro de los desafíos más apremiantes de la sociedad civil cubana es la búsqueda de la unidad en la diversidad. Una unidad dinámica con una ética de mínimos que respete y promueva la diversidad de caminos y propuestas. Otra vez debemos aprender de nuestra propia historia: En varias ocasiones, a lo largo de este medio siglo, para no hablar de nuestras guerras de independencia o nuestra joven república, el sectarismo, el caudillismo y el regionalismo, han hecho fracasar los mejores proyectos presentados con las mejores intenciones.
Es por ello que considero que debemos identificar bien el viejo modelo para la búsqueda de la unidad en la diversidad y proponer un nuevo modelo que precisamente evite esos males del excesivo protagonismo individualista, hegemónico y “mesiánico”, en el que un “iluminado” atrae hacia su “luz redentora” a ciudadanos encandilados hasta la ceguera que en lugar de ser liberados y empoderados, se achicharran como Ícaro.
– He aquí el modelo fallido: Los diversos se unen a un líder y su proyecto. Caudillismos-sectarismos.
– He aquí el modelo propuesto: Los diversos se unen en consensos o puntos mínimos comunes, poniendo a Cuba en el centro. Trabajo en equipo-inclusión.
 
De modo que, con frecuencia, me preguntan con las mejores intenciones: ¿quién es en la Isla la persona que destaca por sus cualidades para ser el próximo líder de Cuba? Nunca respondo por dos razones: No lo sé y no creo que sea el mejor enfoque para la pregunta. Así que les propongo otra y con eso creo estar dándole algo de lo que creo y espero. La pregunta que le propongo, y les propongo, es:
¿Quiénes tienen dentro de Cuba la mayor capacidad de inclusión, de trabajo en equipo y de búsqueda de consensos?
Y para quienes insisten irremediablemente, les tengo otra propuesta de pregunta que comparto con ustedes:
¿Quiénes no quieren ser políticos “tradicionales” y reconocen sus propias limitaciones para dirigir el País?
El trabajo en equipo, la voluntad de inclusión, la creación de espacios y capacidades de participación responsable, el respeto a la representatividad limitada en el tiempo, la atención a las necesidades de sus representados, así como la capacidad para la construcción de consensos, es un camino seguro contra nuevos caudillismos y hacia la democracia. Estas cualidades pudieran ser también criterios de evaluación de liderazgos y objetivos para la formación de verdaderos líderes para Cuba.
7. CONCLUSIONES
 
Me han pedido que les presente la misión y los retos para la sociedad civil en el presente y el futuro de Cuba. He intentado dar mi propia visión y la del equipo del Proyecto Convivencia y que ahora resumiré en un solo párrafo:
 
Es misión de la sociedad civil cubana, en el nuevo contexto que se abre con sus retos, contribuir a alcanzar la siguiente visión holística para Cuba: En primer y principal lugar debemos alcanzar que la dignidad y los derechos de la persona humana sean el centro y el fin de la sociedad, eso conlleva trabajar por la primacía de la sociedad civil sobre la comunidad política que debe ponerse a su servicio en la búsqueda del bien común. Por su parte, la sociedad civil debe cumplir eficientemente su misión como educadora, cantera de ciudadanos y líderes empoderados, red de solidaridad y de defensa de los más vulnerables, generadora de propuestas para el progreso de la Nación. Esto lo debe hacer con una visión de futuro y una opción ética consensuada.
Estoy convencido de que, entre las utopías que nos convocan y la realidad que vivimos hoy, están los pequeños pasos que mantienen viva nuestra esperanza. Demos esos pasos, creyendo firmemente en la fuerza de lo pequeño y el futuro responderá a la convocación que hoy le adelantamos.
Cuba tiene talento humano, capacidad creadora, carácter emprendedor y resiliencia para enfrentar esas misiones y retos de futuro. Pongo este largo camino hacia la libertad y el progreso bajo la inspiración y la intercesión del Venerable Padre Félix Varela.
Muchas gracias.
Dagoberto Valdés Hernández (Pinar del Río, 1955).
Ingeniero agrónomo. Premios “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007 y A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011.
Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007. Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006.
Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director.
Reside en Pinar del Río.
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