Un millón de turistas bien, pero… ¿qué más?

Martes de Karina

El Secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, inauguró la edición de 2018 de la feria del turismo en Berlín, el 6 de marzo.

Entre las cuestiones más interesantes de su discurso inaugural están las siguientes ideas referidas al turismo internacional: el turismo debe “crecer mejor”; el turismo debe velar por “no dejar a nadie atrás”; el turismo debe traducirse “en más inversión, más empleo y mayores posibilidades de sustento”

De acuerdo con estas aseveraciones, el turismo en Cuba debe revisar los conceptos y criterios de evaluación. Conociendo lo importante que resulta para el país el crecimiento del turismo desde el punto de vista económico, bien merece que, sin dejar de tener en cuenta nuestras particularidades, nos pongamos en sintonía con el mundo.

¿Cómo entonces aplicar a Cuba, lo que el mundo acepta como criterio para evaluar el turismo como sector que impulsa el aumento del bienestar y la sostenibilidad económica?

Primero, no basta con llegar a alcanzar cifras importantes de turistas que visiten el país. Crecer en número de turistas no necesariamente es un indicador de eficiencia en el turismo. Necesitamos que ese turismo genere ganancias, estimule la elevación de la calidad de los servicios, aumente la diversidad de ofertas, nuevas iniciativas y con ello, el atractivo de los precios. Es necesario crecer, pero “crecer mejor”.

Segundo, estar conscientes de que el turismo no es un fin en sí mismo. Es un medio para mejorar el nivel de vida de un país, sin abusar de los recursos con que contamos. Más turistas no significan necesariamente mayores ingresos, y mayores ingresos no garantizan una mejor distribución de la riqueza. Necesitamos velar por que el aumento de los niveles de ingresos en el turismo se concrete en una mejor situación económica. Generando empleos, aumentando la inversión y por tanto, impulsando el crecimiento y el desarrollo económicos. Todo esto evitando el impacto negativo en el medio ambiente.

Tercero, “no dejar a nadie atrás”. Los ingresos provenientes del turismo deben llegar cada vez a más diversos y más sectores de la población cubana, ya sea directa o indirectamente.  A unos como la posibilidad de invertir, a otros como la posibilidad de trabajar por mejores salarios, a otros como asistencia que el Estado puede dar como resultado de los impuestos recibidos provenientes del turismo. Si el turismo crece, debe crecer la economía y, por tanto, la posibilidad de la población de acceder a mejores niveles de vida.

Sería interesante si las noticias sobre el turismo cambiaran, del orden de la cifra de turistas que visitan Cuba, a la cantidad de ingresos generados por el sector periódicamente, la cantidad de nuevos empleos que ha creado, los acuerdos con el sector privado que se han establecido, el capital que ha producido para nuevas inversiones, el impacto en el PIB, la conservación de recursos naturales que ha sido posible, para poder entonces evaluar que el millón de turistas que ha visitado Cuba en el primer trimestre del año 2018, significa que los beneficios del turismo en Cuba están en sintonía con los beneficios del turismo en el mundo.


Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de Economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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