¿LLEGARÁ A SER CUBA EL PAÍS MÁS POBRE DEL PLANETA?

Foto de Margarita Fresco.

Cuba seguramente es uno de los países más pobres del planeta en las actuales circunstancias en las que vivimos. Una prueba de ello es que, desde hace tiempo, hay cubanos que viajan a Haití, considerado el más pobre del hemisferio, para hacer compras de artículos de primera necesidad que no existen en Cuba.

Puede haber otros países pequeños y pobres, perdidos en la geografía, con relación a los que Cuba podría igualarse o incluso ser hasta mejor que algunos de ellos. Para demostrar lo sugerente del título con el que he nombrado este artículo se hace necesario algo de historia cubana vivida en nuestra Patria antes de 1959 y desde muchos años atrás.

Pongamos ejemplos muy sencillos y demostrados:

Eran tantas las especies de animales y peces que se podían cazar o pescar casi todo el año. Esto lo hacíamos algunos por diversión y otros para mejorar su alimentación. Alguien que nadie prohibía excepto en las vedas necesarias: bueyes, vacas, venados, puercos, langostas, camarones, pargos, truchas, y también cocodrilos en algunos casos solo por la piel, y las enormes tortugas que salían como enormes monstruos nocturnos a desovar a la orilla. Hoy todos estos son vedados de forma permanente, no solo por la creciente conciencia ecológica y de cuidados ambientalistas, sino por el ferreo control de las autoridades sobre todo y todos.

¿Dónde están estas especies? ¿Quién las disfruta? ¿Quiénes están autorizados a criarlos en gran escala, a sacrificarlos y a pobrar que tienen una gran cantidad de proteínas? Todos sabemos la respuesta: unos pocos, poquísimos. Aquellos, comparado con la escasez de todo que hay en Cuba, podía considerarse como un paraíso terrenal.

Hay preguntas que todos nos hacemos: ¿Por qué no hay pescado en la mesa de los cubanos si vivimos en una Isla rodeada de mares? ¿Por qué y para qué prohíben pescarlos? ¿Por qué no hay azúcar en Cuba ni para autoabastecerse cuando antes de 1959 fue considerada “la azucarera del mundo”? ¿Por qué no hay sal en este archipiélago rodeado de mares por todas partes?

¿Qué ha pasado con la ganadería cuando en la década de los cincuenta Cuba tenía una cabeza de ganado mayor por habitante? ¿Qué ha pasado con las viandas, tan abundantes y comunes en cualquier mesa cubana como fueron la malanga, la yuca, la papa, el boniato y otras? ¿Qué ha pasado con las frutas y verduras en un país tropical que era estimado por el dulzor de sus frutales, la calidad de sus cítricos y la frescura de sus verduras que adornaban nuestras mesas y enriquecían nuestra dieta? ¿Qué ha pasado con la leche y el pan? ¿Con el agua y la corriente eléctrica?

La única respuesta es: Cuba es un país conducido a la miseria por los mismos que cambiaron el nombre de nuestras calles y ciudades, abolieron las fiestas religiosas como la Nochebuena, la Navidad, la Semana Santa para intentar, infructuosamente, sustituirlas por las celebraciones revolucionarias. Los mismos que barrieron con nuestros cantantes que no los apoyaron y con nuestras tradiciones culturales. Los mismos que mandaron a robarle la ilusión a los niños cubanos aboliendo la fiesta de los Reyes Magos. Los mismos que le quitan la lecha a los siete años y los adoctrinan en las escuelas.

Por el delirio de controlarlo todo, el totalitarismo nos ha privado de todo. Hemos llegado a esta miserable situación con el riesgo de empeorar lo ya bastante empeorado. Las consignas intentan rellenar los huecos de la miseria con palabras como: “somos continuidad”, “vamos por más”, o “la orden está dada”.

Esta última lo aclara todo.

 

 


 

Luis Cáceres Piñero (Pinar del Río, 1937). Pintor.
Reside en Pinar del Río.

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