La transición en Cuba y la negociación como vía para la solución de conflictos

Por Jorge Ignacio Guillén Martínez
 
 
Desde mi punto de vista Cuba está viviendo la transición, algo que se dice sencillo pero en la práctica es muy complicado. Como bien han afirmado diferentes autores: ningún proceso de transición es perfectamente lineal, ni sigue una estructura predeterminada.


 

 
 
Por Jorge Ignacio Guillén Martínez
 
Foto de Yoandy Izquierdo Toledo.
 
 
Desde mi punto de vista Cuba está viviendo la transición, algo que se dice sencillo pero en la práctica es muy complicado. Como bien han afirmado diferentes autores: ningún proceso de transición es perfectamente lineal, ni sigue una estructura predeterminada.Todas las transiciones son diferentes y se caracterizan por tener muchos momentos de dificultades, turbulencias y retrocesos. También representan el momento en que se organizan las ideas, se ejecutan las estrategias y se recorren los caminos que nos conducirán a donde queremos llegar.
 
En Cuba se habla de dos transiciones: 1. La transición a la democracia (Esta es la que busca la sociedad civil cubana independiente) y 2. La transición hacia una sociedad socialista, próspera y sustentable (Esta es la que dice buscar el gobierno cubano). En concordancia con lo anterior, tanto el gobierno cubano como la sociedad civil, están intentando encaminar sus acciones de acuerdo a sus intereses.
 
En medio de este proceso se encuentra el pueblo cubano, esa masa -muchas veces indiferente- que tambalea de un lado a otro esperando que algo cambie, con sus esperanzas depositadas en los sucesos del 17 de diciembre. A veces deseosa de que se hagan elecciones libres, que haya libertad de expresión y propiedad privada, pero con miedo a expresarlo, y a veces acomodada a tener la libreta de abastecimiento (que no es suficiente, pero resuelve algo) o con miedo a perder la salud y la educación gratuitas, o de tenerse que mantener sin la ayuda del Estado. En resumen, es un pueblo muy sufrido, cansado de tanto dolor y de tanto pasar trabajo, un pueblo que quiere prosperidad, alegría, tranquilidad, un nuevo lenguaje y al mismo tiempo, un pueblo con miedo a luchar por todo eso, dominado por paradigmas que lo inmovilizan y sumergen en la desesperanza.
 
Tanto el gobierno como la sociedad civil cubana deben trabajar por la búsqueda del bien común y de la justicia social en Cuba. ¿Por qué no hacerlo juntos? ¿Por qué no sentarse a la mesa de diálogo? Si no se pone a Cuba en el centro, reconociendo a la sociedad civil independiente como interlocutora válida, para que juntos trabajemos por el país que queremos, entonces difícilmente podremos solucionar los graves conflictos que existen y los que pueden surgir como resultado de la transición. Precisamente, este es uno de los cuatro puntos consensuados por el Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana, que poco a poco va avanzando en la búsqueda de consensos, de la unidad en la diversidad y otros temas.
 
No es un secreto para nadie que en la situación actual de Cuba, el daño antropológico, sin duda alguna, es el principal y más fuerte desafío para el país que soñamos. Sanarlo es nuestra urgente e inaplazable tarea. Así evitaremos la agudización de muchos de los conflictos existentes y la aparición de otros.
 
Algunos de los conflictos en esta etapa de transición
 
1. Continuaría y podría agudizarse la represión y la violencia política.
2. Lucha de intereses al interior del Partido Comunista de Cuba (PCC).
3. Conflictos por la propiedad y por la distribución de la riqueza existente.
4. Conflicto entre los partidos políticos u otros grupos de la sociedad civil.
5. Conflicto entre la Isla y la Diáspora.
6. Mafias (la gente que domina el mercado negro hoy en Cuba y los que se han acostumbrado a vivir del robo y otras formas de corrupción).
7. Narcotráfico y trata de personas, etc.
 
La existencia de estos u otros problemas está sujeta a la forma en que seamos capaces de organizar nuestra sociedad. Si no somos competentes para diseñar estrategias que tengan en cuenta estos aspectos, entonces podríamos salir de un grupo de problemas para entrar en otros.
 
Cabe mencionar, que los conflictos no solo son vistos como negativos y dañinos, sino que dependiendo de sus características pueden llegar a ser, incluso necesarios, para que un grupo se desempeñe de manera efectiva.
 
Posturas o intenciones ante los conflictos
 
Según el libro “Comportamiento Organizacional: Conceptos, Controversias y Aplicaciones” de Stephen P. Robbins, se pueden identificar cinco intenciones a la hora de manejar los conflictos.
 
1. Competidor: (poco cooperativo). “Cuando la persona pretende satisfacer sus intereses independientemente del impacto que produzca en las otras partes del conflictos”
Ejemplos: Tratar de alcanzar sus metas a expensas de las metas de los otros. Tratar de convencer al otro de que la conclusión personal es la correcta y la ajena está equivocada, tratar de lograr que alguien acepte la culpa en un problema.
2. Colaborador: (cooperativo). “Cuando se desea satisfacer plenamente los intereses de todas las partes”. Al colaborar la intención es resolver el problema aclarando las diferencias y no adaptando los diferentes puntos de vista.
3. Evasivo: (no dogmático, ni cooperativo). “Cuando se actúa con el deseo de retirarse de un conflicto o acabarlo, aunque reconozca su existencia)
Ejemplos: Tratar o aparentar ignorar el conflicto. Evadir a las personas con las que no se está de acuerdo.
4. Acomodaticio: (no dogmático y cooperativo). “Cuando se está dispuesto a colocar los intereses de la otra parte por encima de los propios (es decir, con el objeto de conservar la relación, una parte está dispuesta a sacrificarse).
Ejemplos: Apoyar la opinión de otra persona a pesar de que se tenga reserva. Permitir infracciones.
5. Conciliador: (a medias dogmático y cooperativo). “Cuando se está dispuesto a aceptar una solución que ofrece la satisfacción incompleta de los intereses propios, en aras de la voluntad de racionalizar el objeto del conflicto (ceder algo)”.
 
Según este investigador, estas cinco posiciones son relativamente fijas, o sea, las personas nos comportamos de una de estas maneras ante los conflictos. El reto para los cubanos sería reflexionar sobre nuestros comportamientos y nuestra manera de actuar ante los conflictos, para que busquemos la vía de ceder siempre en algo (sin ser acomodaticios) y llegar a soluciones comprometidas en las que no haya ni ganadores ni perdedores.
 
La negociación como vía eficaz para solucionar conflictos
 
Se respiran nuevos aires en nuestra Patria. La negociación parece haberle pasado factura a las trincheras y al enfrentamiento estéril. Una mayoría de la sociedad civil cubana ve en ella el método para avanzar hacia la democracia. La negociación se ha convertido en una asignatura importante en este momento de Cuba. Por tanto, nos haría bien detenernos a reflexionar: ¿Sabemos negociar? ¿Estamos preparados para negociar seriamente y tener éxito? ¿Creemos que no se necesita preparación para ser un buen negociador?
 
El arte de la negociación debe ser estudiado y ejercitado por la sociedad civil cubana, con vistas a lograr los mayores resultados posibles. Algunas ideas básicas que deben tenerse en cuenta con vistas a ser negociadores de éxito son:
 
Principios de la negociación
 
Según un resumen de la profesora de la Universidad de La Habana Dra. Maritza Ortiz Torres podemos destacar nueve principios básicos de la negociación.
 
1.Satisfacer las necesidades más que los deseos.
Concentrarse en lo que es verdaderamente imprescindible, responder a lo que necesita nuestra gente, nuestra sociedad, y no concederle mayor importancia a los deseos, a la manera en que nos gustaría que fueran las cosas. No siempre podemos tener lo que deseamos, pero siempre podemos hacer algo para alcanzar lo que necesitamos.
 
2.Concentrarse en los intereses y no en las posiciones.
Identificar y poner nuestros esfuerzos en las cosas que nos unen, en los mínimos consensos que poco a poco vayamos identificando. Guiarse o llegar a un compromiso entre posiciones, nubla lo que verdaderamente es importante. Concentrarnos en los intereses y no en nuestras distintas posiciones, es buscar la unidad en la diversidad. En este sentido la sociedad civil cubana ha alcanzado notables avances, específicamente con la creación de Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana.
 
3.Conocer el alcance y la fuerza de poder de cada parte y usarlo adecuadamente.
Identificar las potencialidades y fortalezas de cada cubano o grupo de cubanos que estén interesados en construir un futuro mejor, canalizarlas y articularlas hasta lograr una sinergia a nivel nacional que nos una como una sola fuerza.
 
4.Plantear el caso de forma tal que sea ventajoso para ambos.
Plantearnos siempre la búsqueda de soluciones de tipo “ganar-ganar”, es la única manera en que ambas partes pueden salir satisfechas y obtener los resultados óptimos, pues cuando una de las partes pierde y la otra gana, a la larga las dos pierden. A la hora de solucionar un conflicto siempre debemos ir con esta visión.
 
5.Establecer aspiraciones altas pero razonables.
Hace bien soñar en grande, plantearnos desafíos grandes, creernos con la fuerza capaz de conquistar grandes cosas, pero para que estos sueños y aspiraciones no se frustren debemos tener los pies puestos en la tierra. Creemos en las utopías imperfectas, trabajosas y mejorables.
 
6.Elegir la estrategia adecuada y estar dispuesto a cambiarla si es necesario.
No ir a una negociación con una idea predeterminada, predispuestos con algunos criterios y convicciones. Sí con una estrategia, con una propuesta, pero conscientes de que no tenemos la verdad absoluta y que podemos enriquecer o cambiar nuestra propuesta sin que esto implique molestias u otras reacciones negativas.
 
7.Desarrollar opciones y una estrategia de concesiones.
Valorar más de una solución o manera de enfrentar un conflicto, no encasillarnos en un paradigma, estar abiertos a la crítica, al cambio, a ceder, a renunciar a algo para buscar una solución en la que todas las partes se beneficien. Todo esto, sin dejar de ser coherentes con nuestros principios y valores, sin renunciar a quienes somos.
 
8.Administrar la información hábilmente.
Aprender a manejar la información eficaz y eficientemente, utilizarla y valorarla como herramienta de gran importancia. Buscar fuentes fiables de información, contrastar entre varias, tener en cuenta toda la información y no solamente la que preferimos o creemos que es buena.
 
9.Gestionar eficazmente la relación interpersonal.
Velar por las relaciones interpersonales, los lazos de amistad, respeto, admiración, tolerancia, etc. Desarrollar la confianza hacia la buena voluntad de los demás, definir valores y principios a respetar…
 
La importancia de la comunicación (verbal y no verbal) y la metacomunicación (es cuando reflexionamos entre todos sobre la comunicación que se está teniendo en el grupo). Según Teresa Zamanillo: “Comunicarse y relacionarse no pueden ir separados. No es que tenemos una relación y separadamente tenemos una conversación, en la dialéctica de la comunicación se va formando la relación. Los problemas en la relación siempre van a tener un componente de comunicación.
 
Muchas veces el consenso o el silencio y la aceptación de otras ideas son simplemente para evitar conflictos, para eludir confrontaciones. Los miembros suelen tomar actitudes pasivas frente al conflicto pero es importante que, gestionados de manera respetuosa y en pos de una mejora, los conflictos se aborden a través del lenguaje porque, de todas maneras, no solo las palabras transmiten y en algún momento la incomodidad va a salir a la luz”.
 
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Estudiante de Economía.
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