El Festival del Habano y algunos escenarios para la renovación de la agricultura tabacalera

Foto tomada de internet.

En medio de la peor crisis económica que vive Cuba, la reciente  celebración del “Festival de Habanos”, como cada año con ganancias que marcan una positiva diferencia con el resto de la economía del país, es ocasión a reflexionar sobre el tema y este año pretendo hacerlo desde algunas interrogantes que me surgen.

  1. Son tan cuantiosas las ganancias como se presentan?
  2. Los pagos en MLC, es decir el dólar en tarjeta magnética, qué importancia tiene hoy?
  3. Qué hacer y que opciones pueden estar en el amplio espectro de inseguridad generar que afecta nuestra sociedad?.

En el pasado mes de febrero, el Estado Cubano entre la propaganda y el márquetin se mostraba en plena actitud del mejor uso del mercado y los instrumentos capitalistas a través del mencionado Festival, por medio de ello según se informó se obtuvo por las ventas en este evento algo más de 15 millones de euros, además de los millonarios contratos que se realizan en esta oportunidad.

La devaluación de la Moneda Nacional, las dificultades y extensos plazos para el pago de 3.6 % en dólares que se le paga a los productores en base al % de ingresos en MN de la producción acopiada que compone clases de exportación.

El deterioro de los suelos, la insuficiencia de infraestructuras de procesamiento y secado del tabaco, la escases de trabajadores, las crisis energéticas afectando el regadío de las plantaciones, deficiencia de algunos recursos en tiempo como los cujes para la recolección, el combustible, la insuficiencia de créditos que están previstos a los precios y salarios anteriores a la inflación pos reforma del 2019.

Todo lo anterior es una realidad que por más que el festival cumpla su objetivo de cara al mercado al exterior, no es ni la enésima parte de lo que pudiera ser para la economía del país la producción tabacalera desde una liberación y expansión de la propiedad privada y el libre mercado, que facilite el verdadero potencial productivo de nuestra sociedad en este sector.

El MLC. Si bien la crisis golpea nuestro sector, es de destacar que no ha colapsado esencialmente por que se ha mantenido esta forma de pago, lo que representa claramente un ejemplo claro de la importancia del dólar para el equilibrio productivo en medio de los desequilibrios inflacionarios y otras dificultades, para todos los productores en el contexto actual, una máxima es un criterio espontaneo y tácito: “si nos quitan el MLC” hay que dejar de sembrar tabaco.

Si bien este beneficio que aún no alcanza sus primeros cinco años, se siente el peso de que cada año se agrega más costos en esta moneda al productor y se reduce cada vez sus resultados. Para un funcionario o Director de una Empresa que cobre 10 o 12 mil pesos en Moneda Nacional por un mes de trabajo, le puede parecer un escándalo que un productor perciba  3 mil,  5 o 10 mil mlc y en una minoría de productores élites mucho más, cifras que hoy significan al cambio de calle desde: más de medio millón de pesos, hasta, varios millones.  .

Se ignora en la distancia de la gestión estatal que los productores como resultado de la corrupción y el bandolerismo son constantemente robados desde los animales de trabajo hasta los de subsistencia, como la vaca de la leche, el cerdo o lo pollos del patio, afectación que se ha elevado en el último año.

Se ignora además que con el mismo precio de pago a la producción, un salario de un día de trabajo de un trabajador en los últimos 4 años ha subido de los 300 a los 700 y 1000 pesos en MN, que Los precios inflacionarios nos afectan más al tener que sostener un comedor para trabajadores, que tenemos que gastar mucho más en seguridad.

Otra agravante en la actualidad lo es que para un productor que dispone de un buen historial y puede percibir todo su crédito aprobado, no es de escándalo que tenga que duplicar y algo más, los gastos para llevar a término de venta su producción, eso lo puede realizar intercambiando una buena parte de esos MLC que le han sido pago.

Mucho más afectados se encuentran los que con la destrucción de los huracanes dejaron de producir por una campaña, debido al atraso en rehacer sus infraestructuras en tiempo y ahora es mucho más complicado al haberse agotado su ingreso en mlc y su relación como valor de inversión en su proceso productivo ante la inflación e insuficiencia de créditos ya explicada.

A lo anterior debemos agregar que esta campaña 2023-2024 se ha presentado muy desfavorable por el clima y en la actualidad se mantiene con total normalidad las siembras del cultivo debido fundamentalmente; al atraso generado por el factor clima, disposición de posturas, procesos constructivo de casas de cura, atraso que eleva los riesgos pues, a partir del mes de marzo el cultivo en plantación esta fuera de época y los meses de lluvia son una amenaza elevada desde la recolección, secado y acopio del tabaco.

Ante este escenario muchos productores temen que aunque el precio de modificar para menos o eliminar esta forma de pago de MLC sea el colapso total de la producción, ante la crisis actual pudiera suceder. Otros consideramos que ante la escasa o casi nulas reservas de tabaco seco como consecuencia específica del huracán IAN y los resultados productivos que promueve este sistema de pago en el interés de los productores pudiera permanecer pese a cambios e incrementos que van marcando una diferencia negativa con relación a su primera etapa de pago.

Posibles escenarios a futuro:

  1. Continuidad de este proceso que ya está y se ha explicado con relación al mercado de la producción tabacalera y su destino mediante las empresas del Estado Cubano y la coparticipación del beneficio por parte del productor en USD, a través del MLC para determinadas clases y destinos a la exportación.

A este modo existente debe agregársele una pequeña apertura de carácter experimental por parte de la empresa estatal con relación a la contratación de modo directo con productores considerados potenciales, que permite a estos avanzar más en su modo de gestión privado, así como en la gestión y obtención de créditos, el procesamiento, beneficio y selección de las clases y la venta a las empresas reconocidas por el Estado y que hasta ahora son empresas Estatales.

Aunque esta iniciativa fue presentada por las autoridades del ramo y acogida con audacia por muchos de estos productores, la implementación en el proceso demanda un nuevo concepto  productivo del que los órganos estatales cederían inevitablemente en contra de los intereses de estructuras y puestos de trabajo y proyectos,  que al margen de su eficiencia productiva sostienen el pesado andamiaje Estatal.

También la no liberación progresiva a otros niveles de este proceso experimental y su vinculación con la empresa estatal, desarrollan frontalmente ante el resto del campesinado un desequilibrio contraproducente al igualitarismo instaurado hasta el momento y más desproporción en el análisis de los resultados de quienes producen desde lo más privado y lo más estatal, ante lo cual se podrían contemplar dos alternativas esenciales; la primera sería dar más pasos en la descentralización y competencia propia a la voluntad política de beneficiar el desarrollo productivo tabacalero para la sociedad, en segundo lugar frenar o no implementar dejándolo donde está, e insistiendo en la reformulación de los conceptos colectivistas al costo de rechazar esta oportunidad de transformación desde la base.

  1. Colapso del Estado y todas sus estructuras colectivas.

Este escenario supone un grave riesgo en la complejidad de su última etapa, en especial si se tiene en cuenta que el Estado es propietario mayoritario de las tierras en Cuba, ante lo cual, debido a decisiones de último momento estas tierras y sus empresas pueden ser vendidas a privados, complejizando sobre manera la evolución del sector y arriesgando en extremo la seguridad del campesinado, hasta tanto se logre una estabilidad jurídica y una nueva etapa de reorganización del país.

En fin cada día cuenta y la aguda crisis social, política y  económica. La inflación, la emigración, el envejecimiento, la violencia y el bandolerismo reducen las posibilidades de reparación y cambios sanadores.

Tenemos amplias posibilidades como Nación para recuperarnos y superar desde la base con ingresos mas amplios y reparadores que los que se presentan en este festival. Dios permita que así sea.

 

 


  • Néstor Pérez González (Pinar del Río, 1983).
    Obrero calificado en Boyero.
    Técnico Medio en Agronomía.
    Campesino y miembro del Proyecto Rural “La Isleña”.
    Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Scroll al inicio