EL CURA DE GUANE

Miércoles de Quintana

En cierta ocasión dos amigos correligionarios transitaban en auto por la 5ta Avenida habanera cuando sintieron que el silbido de un vigilante de carretera los conminaba a detenerse. El chofer había excedido el límite permitido de velocidad. Y ahí estaba el policía solicitando los documentos pertinentes. El piloto ensayó una sonrisa y dijo al guardián del tránsito:

  • Oficial, mi compañero es extranjero y le estoy mostrando La Habana. Excedí la velocidad sin percatarme de ello. Entonces se oyó la exclamación del copiloto:
  • Oiga vigilante, yo no soy extranjero. Yo soy cura igual que él. Este compañero mío le está gastando una broma.

No hubo consecuencias. Les fue perdonado el pecadillo de vialidad. Y continuaron riendo por la luenga 5ta Avenida. ¿Quiénes? Rolando Lara, cura de Guane y José Siro González, cura de San Juan y Martínez, en la provincia de Pinar del Río, de la que tiempo después fuera Obispo.

Rolando Lara Gutiérrez (1921), es, por antonomasia, “el cura de Guane”. Cuando se habla de un cura y se relaciona con Guane el pueblo piensa en Rolando, a veces con picardía.

Sucede que Rolando ha heredado las simpatías y antipatías, la fama lisonjera o mortificante de sus antecesores. Sobre todo de uno que según dicen fuentes dignas de crédito, resultó más liberal en sus costumbres que lo esperado de él.

A este cura de Guane, a Rolando Lara, lo caracterizaron dos cualidades: Ser un cubano reyoyo y un cristiano esmerado. Como cubano orgulloso de serlo no perdió oportunidades para expresar su amor por Cuba desde el púlpito, en fiestas, solemnidades y coloquios amistosos y familiares. Como sacerdote cristiano tampoco desaprovechó las oportunidades que la vida le brindó para socorrer al desdichado, al hambriento, a los desvalidos y preteridos de su entorno.

En su “cucaracha” V.W., recogía pasajeros en las paradas de ómnibus. Llegaba a los hospitales, como si se tratara de una ambulancia, con el carro lleno de enfermos. Fue un hombre atento al sufrimiento ajeno y presto siempre a mitigarlo, con sencillez y humildad.

Fu un hombre de figura elegante, la que realzaba con su inseparable guayabera. Asistía a veladas culturales, conciertos y debates literarios. A veces recitaba poesías y citaba reflexiones de los prohombres del Panteón Nacional. Era un profundo martiano, y como Martí, un genuino cristiano.

Fue también un fanático de Vegueros, el equipo de pelota de Pinar del Río. Un fanático que mostraba su pasión por el deporte nacional como cualquier otro cubano. Igual jugaba dominó con vecinos y amigos. Le encantaban los chistes y dicharachos populares. Nada, cubanísimo este padre Lara, cura de Guane.  

El padre Lara es una figura conspicua la sociedad pinareña. Yo no puedo decir que haya sido el mejor cura que he conocido porque carezco de un baremo adecuado para evaluarlo, pero si puedo afirmar que fue buen hombre y ciudadano, esmerado cristiano y el cura más famoso de Vueltabajo.

Este digno varón murió el 23 de octubre de 2005. Sus restos descansan en la iglesia de Guane.

Fuentes

  • Licenciado Alfredo Pando Lara
  • Doctor Adrián González
  • Doctor Jesús Moreno Lazo
  • Monseñor José Siro González Bacallao

 

 


  • José Antonio Quintana de la Cruz (Pinar del Río, 1944).
  • Economista jubilado.
  • Médico Veterinario.
  • Reside en Pinar del Río. 
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