El 20 de mayo al lugar que le corresponde

Martes de Dimas

El Palacio de los Capitanes Generales, convertido en Palacio Presidencial, fue escenario de un hecho trascendente en la historia de Cuba. El 20 de mayo de 1902, en presencia de oficiales del Ejército de Liberación, del Ejército de Ocupación norteamericano, del Presidente Tomas Estrada Palma y de su Consejo de Secretarios, el general Leonardo Wood leyó un mensaje del presidente de Estados Unidos y pronunció unas breves palabras. Seguidamente el generalísimo Máximo Gómez, ebrio de emoción, al izar la enseña nacional exclamó: ¡Creo que hemos llegado! Ese día nació la República de Cuba.

Durante cuatro días consecutivos el pueblo cubano estuvo celebrando el advenimiento. A las efemérides patrióticas:28 de enero, natalicio del Apóstol; 10 de octubre, Grito de Yara; 24 de febrero, comienzo de la Guerra de Independencia; y 7 de diciembre, caída del Titán de Bronce, se incorporó el 20 de mayo. Desde ese momento, cada año las muchachas vestían ropas con los colores de la bandera, las instituciones y los centros de enseñanza lo festejaban, mientras la prensa le dedicaba sus mejores espacios.

Después de 1959 se despojó al 20 de mayo de su simbolismo. Comenzó una labor dirigida a menoscabar su importancia, para lo cual se le atribuyó a esa fecha todos los males de la nación, hasta que en 1963 dejó de celebrase.

Una prueba del esfuerzo por borrar esa fecha de nuestra memoria es el artículo publicado el 16 de septiembre de 2015, en el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, en el que su autor, el historiador Rolando Rodríguez –pasando por alto la diferencia entre la República en Armas, que rigió en un territorio limitado del país y la República de Cuba, reconocida por el concierto de naciones–, escribió que el 20 de mayo no podía recordarse como el día de surgimiento de la República porque ella había comenzado en Guáimaro el 10 de abril de 1869.

Los argumentos esgrimidos para desterrar al 20 de mayo del lugar que ocupaba, no resiste un análisis al margen de razones políticas o ideológicas. Veamos.

En julio de 1900 el Gobierno de Ocupación convocó al pueblo de Cuba a elegir los delegados para redactar la Constitución de la República. En la apertura de la Asamblea Constituyente, el gobernador militar estadounidense indicó a los delegados: Será vuestro deber, en primer término, redactar y adoptar una constitución para Cuba y, una vez terminada ésta, formular cuáles deben ser, a vuestro juicio, las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos”. En febrero de 1901 se firmó el texto constitucional y se creó la Comisión para formular dichas relaciones recibió una nota del Secretario de la Guerra de Estados Unidos, Elihu Root, en la que exigía la incorporación de la Enmienda Platt a la naciente Constitución como condición para cesar la ocupación de la Isla; medida que dejaba sin efecto la Resolución Conjuntaque reconocía el derecho del pueblo cubano a ser libre e independiente.

La Convención no aceptó la imposición, envió una Comisión a Washington para explicar sus razones, las cuales fueron rechazadas. El 5 de junio la Enmienda fue aprobada por 15 votos contra 14, pero con objeciones, lo cual también fueron objetadas. Días más tarde la Convención recibió un informe, firmado por el Secretario de la Guerra, declarando que, siendo un estatuto acordado por el Poder Legislativo, el presidente de los Estados Unidos está obligado a ejecutarlo y ejecutarlo tal como es. Y agregaba que: “No puede cambiarlo ni modificarlo, añadirle o quitarle. Fue entonces, que agotadas todas las posibilidades, los cubanos aprobaron por 16 votos contra 11 adicionar la Enmienda a la naciente Constitución.

Con el país ocupado, el Ejército Libertador desmovilizado, el Partido Revolucionario Cubano disuelto, sin Estado ni gobierno propios, con la economía en ruinas y el pueblo agotado por la prolongada lucha, votar en contra de la Enmienda implicaba la ocupación indefinida del país. En esas condiciones y ante la superioridad del ocupante, el reinicio de la guerra constituía un acto suicida, lo que explica que Cuba naciera sin la independencia absoluta; pero con derechos civiles y políticos. A cambio se retiró el Ejército de ocupación y nuestro destino tomó un camino diferente al de Puerto Rico, Guam o Filipinas: Cuba se convirtió en República

En condiciones tan desfavorables, la aprobación de la Enmienda Platt fue un acto de madurez política y de visión de futuro. Por ello, el 20 de mayo constituye un acontecimiento crucial y simbólico de nuestra historia patria. Cuba ocupó un lugar en el concierto de naciones con personalidad jurídica. Atrás quedaron cuatro siglos de colonialismo hispano y tres años de ocupación norteamericana. La Isla emergió de la destrucción económica generada por la guerra; en 1914 se creó la Moneda Nacional para disminuir la dependencia respecto al dólar norteamericano; en 1925 se recobró la soberanía sobre Isla de Pinos; en 1934 nos desembarazamos de la Enmienda Platt; y en 1940 se promulgó una de las constituciones más avanzadas del mundo.

En la década de 1950, Cuba contaba con más de 33 mil fabricas y casi 66 mil comercios, con la tercer reserva de oro de América Latina, obtenía 1 200 mil pesos (equivalente al dólar) por exportaciones de carne, contaba con siete plantas de leche enlatada y 55 de mantequilla y queso, ocupaba el tercer lugar en automóviles por habitante, poseía 40 500 ómnibus y 42 250 camiones y de 161 ingenios azucareros 131 ya eran propiedad de cubanos.

Uno de los argumentos esgrimidos para denegar la fecha del 20 de mayo fue la merma de la soberanía por la inclusión de la Enmienda Platt en nuestra Constitución; pero el nombre de los Estados Unidos no aparec en el texto constitucional. Sin embargo, en el preámbulo de la Constitución de 1976 se incluyó el de la Unión Soviética.

En la década de 1950 Cuba se encontraba entre los países más avanzados de la región, Hoy, a seis décadas dehaberse anunciado el fin de todos los males, el retroceso sufrido por la nación cubana la ha conducido a la crisis económica, política y social más profunda de su historia.

El tiempo ha demostrado las sin razones utilizadas para desterrar al 20 de mayo de nuestras fiesta nacionales. Seimpone, por tanto, un obligado acto de rectificación histórica: su restablecimiento como día del nacimiento de nuestra República.

La Habana, 17 de mayo de 2022

 


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).

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