Cuatro jóvenes cubanos en Eslovaquia

Por Arian Domínguez Bernal
 
Miembros del Proyecto Convivencia durante su visita a Eslovaquia. Foto cortesía del autor.

Miembros del Proyecto Convivencia durante su visita a Eslovaquia. Foto cortesía del autor.

¿Quién me diría a mí que, a raíz de mi corta vida, experimentaría la virtud de acariciar mi alma con la visita a Eslovaquia y en particular a su capital Bratislava? La Bratislava de los palacios nobles, de las callejuelas antiguas en adoquines, de los silenciosos recovecos románticos de tiempos pasados, cuna de la cultura, el teatro, de los festivales de jazz y también de su humanismo. No es de extrañar que allí se fundara la primera universidad humanista: la Academia Istropolitana en el temprano 1465.
Los cuatro jóvenes cubanos, miembros del Proyecto Convivencia, pudimos participar en el taller de periodismo gracias a la invitación de una ONG que trabaja en el campo de la formación ciudadana. Con la sencillez que nos caracteriza pudimos conocer en 11 días una cultura ciudadana increíble, apreciar un respeto a nuestros criterios y aprender sobre la capacidad de trabajo de los ciudadanos eslovacos. No hay que olvidar que hace solo 26 años han dejado de experimentar lo que es tener un sistema totalitario y lo que conlleva el daño antropológico.
Pudimos visitar e intercambiar experiencias con disímiles proyectos de la sociedad eslovaca: desde proyectos agrícolas de iniciación personal, hasta pequeños empresarios, laboratorios de biotecnología, portales digitales, prensa escrita y la radio. En todos estos momentos constatamos lo que nos une, contamos nuestra modesta experiencia y reconocimos también lo que nos hace diferentes por idiosincrasia y los errores que no queremos para el futuro de Cuba.
También pudimos ver el interés por parte de ciudadanos e instituciones sobre la situación real de Cuba y los retos y expectativas para el presente y el futuro.
Para nosotros ha sido una experiencia inolvidable y siempre lo resumimos en una palabra: increíble. Ahora más que nunca quiero para mi Isla la responsabilidad ciudadana y el compromiso cívico para cambiar lo que debe ser cambiado, ver un país que con sus ciudadanos se levanta día a día con aciertos y desaciertos, siempre con una sensación de movimiento para alcanzar mayores grados de democracia y libertad. Eso es lo que quiero para mi patria. Como decía nuestro Apóstol “la patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos”.
Le damos gracias al Proyecto Convivencia y a nuestros amigos eslovacos por esta visita maravillosa y por permitirnos vivir la experiencia de que trabajando todos podemos lograr la Cuba que queremos; que sí se puede, que nuestro futuro está aquí y que es un compromiso ciudadano en aras de lograr las libertades políticas, democráticas y cívicas que queremos todos los cubanos para nuestra hermosa Isla.
Arian Domínguez Bernal (Pinar del Río, 1977).
Ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica.
Responsable de Asistencia Técnica en el Proyecto Convivencia.
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