EDITORIAL 42: CARTERA DE OPORTUNIDADES PARA LOS EXTRANJEROS… ¿Y QUÉ OPORTUNIDADES PARA LOS CUBANOS?

La Cartera de Oportunidades para la inversión extranjera ha sido presentada en la Feria Internacional de La Habana. El gobierno oferta al capital foráneo prácticamente los renglones principales de la economía del País: la industria, la agricultura, la producción de medicamentos, el turismo, la construcción y el comercio.
Mientras los extranjeros valoran esas oportunidades ofrecidas a lo largo y ancho del País y en casi todas las áreas productivas y de servicios… ¿Qué ofrece el gobierno cubano a sus propios ciudadanos? Una exigua lista de oficios medievales que no abarca ninguna de las esferas del desarrollo de la Nación.
He aquí la diferencia y la inequidad. En el fondo, es la esencia de un modelo monopolista de Estado que mantiene el control centralizado de la economía, bloquea la iniciativa productiva de sus propios ciudadanos y ofrece a los extranjeros la inversión de capitales para reflotar sus ineficiencias y obsolescencias.
La inversión extranjera, en sí misma, forma parte de la economía global de hoy. Debe ser tenida en cuenta y procurar las garantías jurídicas y sociales que ofrezcan confianza a los inversionistas. La necesidad de la inversión extranjera no es el problema. El problema está en la exclusión de los cubanos y cubanas del protagonismo de los procesos productivos, de la descentralización y la diversificación de la economía, del ejercicio y la garantía jurídica de las diferentes formas de propiedad, incluida la privada y la cooperativa. En pocas palabras, el bloqueo de las fuerzas productivas de los nacionales, vivan en la Isla o en la Diáspora.
La exclusión de los cubanos y cubanas como protagonistas de las principales estructuras de desarrollo del País constituye un apartheid económico éticamente inaceptable. Es así, porque se reduce su papel a ser mano de obra barata, injustamente asalariada y bloqueada en su iniciativa empresarial y profesional. Por este camino, el capital extranjero convertirá a Cuba en una atrayente y tropical maquiladora cuyos ciudadanos solo tienen derecho a esperar en una “bolsa de trabajo” que maneja de manera exclusiva y excluyente un único empleador: El Estado. Los cubanos serán “llamados” para trabajar por un salario miserable en una empresa, en el mejor de los casos, mitad cubana y mitad extranjera.
Y ¿quiénes serían los empresarios por la parte cubana? ¿Quiénes los seleccionan? El mismo Estado, único empleador. ¿Serán elegidos los más competentes o los más fieles? ¿Serán los de mayor iniciativa emprendedora o los que son licenciados de instituciones armadas? ¿Se presentarán los aspirantes con sus currículos a competitivas oposiciones o serán designados de arriba a abajo?
Perfil de oportunidades económicas en Cuba hoy
Según este extraño modelo, más propio del capitalismo primitivo y salvaje que del mundo actual, el perfil de oportunidades en la estructura económica de Cuba podría ser el siguiente:
– El capital sería extranjero, sin oportunidades para los cubanos de la Isla y políticamente selectivo para los de la Diáspora.
-Las principales áreas productivas y de grandes servicios, han sido ofrecidas a ese capital extranjero.
– El Estado cubano es la única contraparte para la inversión extranjera, excluyendo a un posible empresariado privado cubano.
– El Estado sigue como único gran empleador y único gestor de la llamada Bolsa de Empleo.
– El Estado, como receptor de los salarios ofrecidos por las empresas extranjeras o mixtas, retiene parte significativa de lo que por derecho debería devengar en su totalidad el trabajador cubano.
– La “Cartera de Oportunidades” para los cubanos y cubanas de a pie se reduciría a una de estas cuatro ofertas:
  • Empleado de una empresa estatal cubana, en su inmensa mayoría irrentables, y con salarios exiguos
  • Empleado de una empresa mixta o de capital extranjero si ha sido elegido por el filtro de la bolsa de empleo estatal y con un salario desfalcado, cuya mayor parte se lo adjudica el Estado.
  • Trabajador por cuenta propia reducido a un listado de oficios medievales o de subsistencia, definido por el Estado y excluyente del ejercicio privado de las profesiones y del emprendimiento en medianas y grandes empresas.
  • Los que se van en busca de una cartera de oportunidades fuera del país que engrosarán el grupo de los emigrados, o de los exiliados. Es la parte del país que escapa a países normales, donde existen muchas injusticias, mucho desempleo y mucha corrupción, pero no existe monopolio estatal económico, financiero y comercial excluyente de sus propios ciudadanos, como en Cuba.
 
Cualquier ciudadano podrá analizar este perfil de oportunidades para los cubanos y cubanas y podrá matizar, precisar, ajustar sus características. Pero lo esencial que parece desprenderse de esta “fotografía económica” es que el llamado “modelo cubano” tiene cara de Frankenstein: injertos de lo peor del capitalismo con lo peor del socialismo estatista y centralizador. Cuba no merece ese rostro. Los cubanos debemos brindar otra cara a la comunidad internacional. Un perfil que presente los rasgos distintivos de los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales; que pueda defender los derechos familiares, laborales y sindicales de todos los cubanos, en fin, un modelo económico que pueda combinar en un rostro humanizado la mayor eficiencia económica con la mayor justicia social posible.
Una propuesta de Cartera de Oportunidades en que quepamos todos los cubanos
Para no quedarnos en la queja y la constatación de la realidad, deseamos ofrecer al debate público y al enriquecimiento con todos los aportes, una propuesta que se acerque todo lo más posible a ese ideal de productividad eficiente y distribución justa. Nada se puede redistribuir si antes no se produce con eficiencia. Esto, que parece una verdad de Perogrullo, ha sido la cotidianidad en Cuba durante décadas, en las que se distribuyeron, paternalistamente, las “ayudas” de potencias extranjeras.
Para producir más y con mayor eficiencia, ese perfil de oportunidades debe cambiar en su esencia y en sus estructuras, ya lo hemos propuesto en ocasiones anteriores, pero la llamada Cartera de Oportunidades vuelve a poner sobre la mesa estas necesidades perentorias:
1. Una nueva Ley de la Propiedad, donde se reconozcan todas las formas de propiedad sin hegemonías ni exclusiones.
2. Una nueva Ley de Empresas que elimine el Listado de Trabajo por Cuenta Propia y abra las oportunidades para que todos los cubanos de la Isla y de la Diáspora puedan ser emprendedores.
3. Una nueva Ley de Inversión o modificación de la actual, en la que se abran las mismas oportunidades tanto para los cubanos de la Isla y de la Diáspora como para los extranjeros.
4. Eliminar la Bolsa de Empleo de modo que todos los empresarios puedan emplear sin el Estado como intermediario, respetando los derechos laborales universalmente reconocidos.
5. El libre ejercicio de las profesiones. Que todos los profesionales puedan asociarse y crear cooperativas.
6. Que los salarios sean recibidos en su totalidad por los trabajadores sin que el Estado deduzca parte alguna de lo que le corresponde por derecho a quien trabaja.
7. Eliminar la segregación laboral por razones ideológicas o políticas, sociales, raciales, religiosas o de sexo.
 
Que venga pronto una Cartera de Oportunidades para todos los cubanos, o mejor, que no tengamos que depender y esperar del Estado paternalista una dádiva de oportunidades que privilegie a los foráneos y excluya a los nacionales, vivan donde vivan. Que seamos los propios cubanos quienes podamos crear y ofrecer muchas y diversas carteras de oportunidades a nuestros compatriotas y a todos los que deseen invertir en Cuba.
La actualización del modelo económico cubano promueve una escala de valores pervertida en la que, en la práctica:
– El capital tiene primacía sobre el trabajo y sobre la persona humana, su dignidad y sus derechos.
La esencia del modelo que proponemos y que esperamos construir para Cuba, con todos los cubanos es:
– Que el trabajo tenga primacía sobre el capital y que la persona humana, su dignidad y todos sus derechos, tengan primacía sobre el trabajo y sobre el capital.
Este es el nuevo orden económico que deseamos para nuestro país.
¿Tendrá cabida en nuestra Cartera de Oportunidades?
Pinar del Río, 9 de noviembre de 2014
25º Aniversario de la caída del Muro de Berlín
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