Antonio Guiteras, un ciudadano de Pinar del Río

Una historia a grandes rasgos de un nacionalista radical de la primera mitad del siglo pasado, en la ciudad que lo vio crecer, desde que apenas contaba 8 años, hasta su muerte. Con el testimonio directo de los íntimos de su infancia y su juventud.



Por Wilfredo Denie Valdés

Casa de Antonio Guiteras en Pinar del RíoEn el mes de septiembre del año 1914, procedente de Matanzas, llegaba la familia que integraban Calixto Guiteras Gener y Marie Theresa Holmes Wals natural de Matanzas, el primero y ella de Filadelfia, Estados Unidos de Norteamérica. Con ellos venían sus hijos Calixta, Margot y Antonio. Este no había cumplido aun los 8 años.
El señor Guiteras Gener venía a desempeñar interinamente la cátedra de Francés, ll Curso, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río en cuyo claustro enseñaban profesores de altísimo nivel y autoridad moral.
Al llegar a la capital pinareña se instala esta familia en la casa marcada con el número 254 de la calle Retiro. Apenas un mes permanece la familia Guiteras Holmes en esta casa. De aquí se traslada para la casa marcada hoy con el No. 53 de la calle Virtudes, casi esquina a Rosario, donde está el Museo dedicado a Antonio Guiteras, hoy en aletargada reparación como podemos ver en la foto.
En entrevista realizada a Alfredo Herrera Quintans, su amigo más íntimo, expresó:
“Por el hecho de venir a residir Toni a la calle Virtudes casi esquina a Rosario y vivir yo con mis padres en la calle Rosario casi esquina a Virtudes, a menos de 50 metros, resultó que un día, al levantarme y dirigirme para un solar que existía detrás de la tienda “La Maravilla”, y franquear la esquina que dominaba el edificio de las Escuelas Pías, vi que en el portal de la casa que hacía unos días estaba desocupada, jugaban unos niños, por lo que con la natural curiosidad propia de mi edad (unos 7 u 8 años) me dirigí al portal de la tienda a “reconocer” a los extraños en el barrio. Notando que hablaban un idioma que no era el castellano, me arrimé a la baranda de la casa a examinar unos juguetes, que aquí no eran conocidos, entre los que estaban una carriola de color negro totalmente de acero. Desistiendo de mi propósito de ir al citado solar, prefiriendo quedarme allí con aquellos juguetes, invitado por Toni que me habló en perfecto castellano, y pidiéndosela a su hermana Margot que la montaba. Casi sin presentaciones ni formulismos, comenzó entre Toni y yo una amistad fraterna que duraría hasta su muerte.”
Nuevamente, al parecer por mejorar de domicilio, se trasladaban los Guiteras para la casa marcada con el No.23 de la calle Maceo. Hoy esta casa tiene el No.52 (oeste).
“Su indumentaria en los días que lo conocí era la usual de los muchachos de aquella época: pantalón corto y camisa de bombache con medias largas. Cuando ingresamos en el Instituto, usábamos invariablemente saco y corbata, hasta los 15 ó 16 años que nos poníamos los pantalones largos. A muy poco tiempo de conocerlo comenzó a usar unos espejuelos de aros blancos a fin de corregir el estrabismo que padecía y que con el tiempo eliminó totalmente. No hubo apodo más que el de “Toni”, aunque algunas veces al referirnos a él lo hacíamos llamándole “el americano”. Sus juegos infantiles preferidos eran la natación, correr distancias largas y tirar cuchillos y flechas con arcos”. (Cuso Herrera)
ESTUDIANTE EN ESCUELA RELIGIOSA
En esa época Tony Guiteras ingresa en las Escuelas Pías para proseguir sus estudios primarios.
“Sus primeros estudios los realizó por muy poco tiempo, en la Escuela Pía, que estaba situada en la calle Rosario esquina a Virtudes, escuela regida por los Padres Escolapios -supongo que su ingreso en esa escuela se debió al prestigio que tenía en ese entonces y a la cercanía de su domicilio- pasando de ella a ingresar en el curso de Preparatoria del Instituto.”(José Manuel Quintans).
Tony Guiteras pertenece a los Escolapios hasta el año de 1919 en que hace su solicitud de ingreso en el curso preparatorio del Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río con fecha 4 de septiembre de dicho año. Once días después de la solicitud se examina y obtiene la nota de aprobado. Ya contaba casi 13 años de edad y era alumno oficial del Instituto.
“Toni, desde niño, era demasiado alto para su edad, muy delgado, un tanto desgarbado y, ya mayor, usaba espejuelos de aro negro; un mechón de sus cabellos caía constantemente sobre la frente y su cutis era muy blanco; usaba sombrero de pajilla un tanto echado sobre las cejas; caminaba a pasos largos y con un hombro ligeramente caído; pocas veces reía a carcajadas aunque sonreía muy frecuentemente con cierta dulzura; hablaba poco, lentamente en tono bajo; carecía de prejuicios raciales y de toda índole; era zurdo; de un valor personal rayano en la temeridad; le gustaban las aventuras y los peligros aún hasta en los juegos; un hijo respetuoso de sus padres; un amigo sincero y leal; generoso en extremo; aseado hasta la pulcritud; sus ideas políticas eran de un radical nacionalismo y extremo antimperialismo; era ateo y anticlerical convencido”. (Cuso Herrera)
Amante del campismo frecuentaba distintos lugares de los alrededores del municipio pinareño, entre ellos; el Hoyo del Guamá, un lugar conocido por Caobilla, la laguna de San Mateo y hasta el lugar donde se sumerge el río Cuyaguateje. En Caobilla, junto a otros compañeros de estudios, pasó una semana en pleno campo. Aquí comían lo que cazaban y pescaban con el que fuera durante muchos años profesor de Historia Natural del Instituto de Pinar del Río, el Dr. Juan Tomas Roig. Las excursiones de campismo junto a sus compañeros las realizaba Guiteras a caballo, aunque al decir de sus compañeros era un pésimo jinete.
“Durante su vida pinareña no tuvo novia alguna. En La Habana tuvo una, ya graduado de Farmacéutico que se nombra Delia Rodríguez, con la que se casó”. (Octavio Rodríguez)
HOMBRE PÚBLICO
Entre su llegada a Pinar del Río (1914) y su partida (1929) existe todo un ciclo de la historia política, social y económica de Cuba. Pero cada vez la lucha se torna más profunda, adquirirá un mayor nivel en un proceso superior de maduración social. Este proceso de descomposición tiene sus mayores crisis en los periodos de 1912 al 1918 y de 1920 a 1935. Pero las situaciones extremas no comienzan a producirse hasta después del año 1923 en que se forma el poderoso Movimiento Nacional que aglutina a la pequeña burguesía, los proletarios y los estudiantes bajo un común denominador.
“Nosotros empezábamos a sentir inquietudes políticas durante nuestra estancia en La Habana, porque aunque fuimos a una huelga en el 1923, lo hicimos más por solidaridad estudiantil que por conciencia política. La Universidad estaba en efervescencia”. (Cuso Herrera)
Después de un periodo convulso y revolucionario Antonio, de regreso en Pinar del Río, se involucra en acciones de rebeldía contra los poderes existentes.
“Después seguimos nuestras luchas contra Machado y cuando se empezó a incubar “la prórrogade poderes”, volvimos a esta ciudad a dar lo que llamábamos “tángana”, dando una en el Parque de Independencia, al terminar la retreta que amenizaba la banda militar y que terminaba siempre con el Himno Nacional. Ya conjurados en el plan y regados por distintos lugares del parque, cuando Toni dio el primer grito de “¡abajo la prórroga!” que coreábamos los demás, se formó la natural alarma que se acrecentó cuando fuerzas del ejército, ya sobre aviso y estacionadas detrás de la Colonia Española irrumpieron en sus caballos dando plan de machete. Corríamos delante de los soldados gritando contra la prórroga de poderes”. (Cuso Herrera)
“El estudiantado siguió en la lucha y al fundarse el Directorio Revolucionario, Toni fue designado por los alumnos de la Facultad de Farmacia para integrarlo, luchando denodadamente hasta el año 1927 que terminó su carrera”.
“Guiteras tenía un concepto del honor y del deber muy maduro para sus años, pues desde niño siempre fue esclavo de esos sentimientos. Si pedía a alguno de nosotros un peso prestado solo le exigíamos que diera su palabra de honor de que lo pagaría y eso no fallaba nunca. En cierta ocasión dimos nuestra palabra de reunirnos a las 5 de la tarde para irnos al río a bañarnos y cerca de la hora se desató un aguacero torrencial, por lo que el resto de los citados no concurrió al Malecón que era el lugar de la cita , viendo al poco rato a Toni pasar frente a mi casa, calado hasta los huesos y al pedirle que me explicara su conducta ante tal tiempo, me dijo que había dado su palabra de honor y la cumplía.”
Nunca en las distintas “tánganas” lo vi correr como hacíamos los demás”.(Cuso Herrera)
EL PROFESIONAL
Guiteras, aun después de terminar su carrera de Doctor en Farmacia continuó residiendo en Pinar del Río y comenzó a trabajar en un laboratorio farmacéutico que instaló en el fondo de la botica del Dr. Enrique Ubieta situado en Martí No. 112.
“A finales de ese año (1925), comenzó a interesarse por el estudio de las cuestiones políticas, como consecuencia de un incidente ocurrido en la manifestación estudiantil que organizamos en protesta por la detención de Mella y su huelga de hambre”.
Después, durante los años 1926-1927, leyó y estudió mucho sobre las distintas filosofías políticas, pero no fue nunca más allá de su nacionalismo y su antimperialismo”. (Cuso Herrera).
EL TRAIDOR
Es bien conocida la traición de que fue objeto Guiteras por parte de Carmelo González. Pero lo que no es ampliamente conocido es la vinculación afectiva que ligaba el uno a otro. Carmelo González, nacido en Pinar del Río, residió durante mucho tiempo en la vecindad de Guiteras, y fue su compañero de juego en la niñez. Sin embargo, Carmelo González, un poco menor que Toni, vivía con sus padres en el kilómetro 1 ½ de la carretera a La Coloma; pero los abuelos paternos y sus tías y tíos vivían en la misma cuadra, marcada con el número 10 oeste y como eran muchos hermanos, él y su hermana Angelita, vinieron a vivir a la casa de sus abuelos. Muchachos de la misma cuadra, nos conocimos todos durante nuestros juegos y como él se pelaba al rape le decíamos Pelón y así pasaron los años, yéndonos Toni, Ricardo Rodríguez y yo a estudiar a La Habana y cuando el ciclón de 1926, me encontré una noche con Carmelo en la esquina de Neptuno y Belascoain y me contó que había ido con un grupo de empleados del correo a llevar la correspondencia a La Habana, lo que hicieron de Puerto Esperanza, en un cañonero de la Marina de Guerra, dada la incomunicación que existía por tierra. Antes de irnos sabíamos que Carmelo había sido colocado como mensajero de telégrafos, así que no me extrañó el hecho que me contaba. Por cierto, que a pesar de que La Habana aún tenía zonas oscuras y estaba materialmente destruida, le encantó a Carmelo, quien la halló muy bella y me dijo decididamente que se quedaba a vivir allí, encontrándolo al poco tiempo con el uniforme de la Marina de Guerra, donde se había alistado”.
“Después que Toni fue a vivir a La Habana yo había perdido el contacto con él; solo recuerdo haberlo visto en uno de mis viajes a esa ciudad, siendo yo abogado, carrera que terminé en 1929; pero seguía con interés en la prensa sus luchas por Las Villas y Oriente. Cuando la caída de Machado y después del régimen de la” pentarquía”, al ser designado Ministro de Gobernación y de Guerra y Marina, Toni me envió varios recados de que quería verme; pero yo estaba de juez suplente en Los Palacios y no podía abandonar el lugar que estaba muy convulsionado; pero al fin fui a verlo a la Secretaría de Gobernación que estaba en la calle Tacón, pudiendo encontrarlo enseguida pues su secretario era nuestro amigo Tulio Díaz. Al distinguirlo me sonrió y me pidió un cigarro, manifestándole yo que si a pesar de ser Secretario de Gobernación seguía picando cigarros, nos abrazamos… Sugirió nombrarme Teniente Auditor del Ejército, cargo que no acepté porque aspiraba ingresar en la carrera judicial por lo que me entregó una carta para el Secretario de justicia Dr. Ríos Balmaseda recomendándome como “su hermano”. Una crisis gubernamental hizo salir a Ríos de la Secretaría y todo quedó así.”
“Ese día que lo visité me encontré con Carmelo y con otro amigo de aquí a quien le decíamos el Curro Gómez, sentado en un banco en los bajos del Ministerio esperando que Toni le firmara sus ascensos a Teniente de la Marina, pues Carmelo tenía actuación revolucionaria contra Machado, ya que participó en una conspiración de la Marina por lo que guardó prisión. Yo le conté a Toni lo que me había dicho Carmelo y él me contestó que ya acababa de firmarlo. Yo aproveché la entrevista para interesarme por nuestro amigo Antonio Méndez Fors, quien había sido graduado en la Escuela de Cadetes y estaba refugiado en el Hotel Nacional con otros oficiales del ejército y Toni me dijo que ya él le había mandado recados con la madre y con la hermana para que saliera del lugar, pero no quería salir y lo lamentaba pues me dijo que de un momento a otro los desalojarían a cañonazos lo que sucedió dos o tres días después, pero al expresarle yo que esa medida pudiera provocar el desembarco de marinos de barcos americanos que estaban en el puerto y cerca de la Isla, me respondió que si desembarcaban “nos fajaríamos”. Los marinos no desembarcaron y los oficiales fueron desalojados del Hotel Nacional. Esta fue la última vez que vi y hablé con Toni Guiteras”. (Cuso Herrera).
“Después, la acción de Carmelo es sabida. Toni confiando en una amistad desde de la niñez, quiso que le propiciara la salida por Matanzas, donde él era jefe de un Apostadero Naval. Carmelo denunció el hecho a Batista y Toni fue muerto peleando en el Morrillo”.
“Al año de la muerte de Toni, una bomba enviada por correo, como un regalo de su boda reciente, destrozó a Carmelo materialmente”.(Cuco Viñas).
Pinar del Río nunca olvidará a Antonio Guiteras. No olvidará su hombría, ni su radical nacionalismo, su bondad y su valentía; su abnegación y su coraje; su sonrisa dulce. Su voz mesurada…
Y es que Toni Guiteras fue un pinareño, su Inscripción de Nacimiento fue asentada en nuestro Registro Civil tal como aparece en la copia fotostática que adjuntamos, y aquí vivió quizás sus mejores años de formación y madurez. Se fue un día de Pinar del Río para nunca más volver físicamente, pero su cariño y su recuerdo imperecederos se quedaron para siempre en Pinar del Río.

Nota del Autor.

Esta recopilación de testimonios forma parte de una investigación más amplia que está en proceso de preparación para ser publicada. Para lograr este trabajo de síntesis, como adelanto de un componente importante de nuestro acontecer histórico, se utilizaron múltiples fuentes; desde libros, expedientes, escritos inéditos, crónicas, periódicos, y actas capitulares y protocolarias, notariales, hasta el valioso testimonio oral y escrito de sus compañeros de juegos, de sus travesuras infantiles, de sus estudios y de actividades revolucionarias. Al final de cada fragmento se indica al testimoniante. Por último quisiera agradecer la colaboración de los doctores Alfredo Herrera Quintáns, José Manuel Quintáns, Tebelio Rodríguez del Haya y Octavio Rodríguez Valdés, así como al compañero Cuco Viña, que nos ha brindado valiosos testimonios sobre los primeros años de Guiteras en Pinar del Río y después de su ingreso en la Universidad de la Habana. A todos muchas gracias.
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