marzo-abril. año V. No. 30. 1999


NOTICIAS

 

 


OFICINA DE PRENSA

C.O.C.C.

 

 

NOMBRADO NUEVO OBISPO AUXILIAR

DE LA ARQUIDIÓCESIS DE LA HABANA EL

P. SALVADOR RIVERÓN

 

 

El Santo Padre Juan Pablo II ha nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Habana, al Padre Salvador Riverón Cortina. El nombramiento fue hecho público el pasado sábado 24 de Abril, a las 8:00 a.m., hora de Cuba.

El Padre Salvador Riverón nació el 7 de Julio de 1948, en la Ciudad de Camagüey. Cursó sus estudios de Primaria y Secundaria en Florida, y el Preuniversitario en Camagüey. En 1969 se traslada a La Habana, para estudiar Ciencias Biológicas, en la Universidad de La Habana.

Durante sus años de estudiante, prestó servicios en el Departamento de Biología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC). Al terminar sus estudios, comienza a trabajar en el Instituto de Investigaciones Fundamentales del Cerebro, perteneciente a la Academia de Ciencias.

En 1977 ingresa en el Seminario Interdiocesano San Carlos y San Ambrosio, como seminarista diocesano de La Habana. Fue ordenado sacerdote por el Cardenal Jaime Ortega el 3 de Marzo de 1982. Inmediatamente pasó a prestar sus servicios como Párroco del Cotorro, desde allí atendió las comunidades eclesiales habaneras de Santa María del Rosario, Lotería, Peñalver y Bacuranao.

En 1985 fue nombrado Vice-Rector del Seminario San Carlos y San Ambrosio y Párroco de la S.M.I. Catedral de La Habana. Entre sus servicios a la Iglesia Católica se incluye el de la docencia en el citado Seminario, donde ha impartido clases de Historia de la Filosofía Moderna, Epistemología y Metafísica. En la actualidad sigue siendo profesor del Seminario.

En 1996, fue nombrado Vicario Episcopal de la Vicaría Norte de La Habana, Rector de la Casa Sacerdotal de La Habana y Párroco de la Iglesia Santa Catalina de Siena.

El Padre Salvador Riverón ha prestado diferentes servicios en la Pastoral diocesana.

Actualmente es responsable del Equipo de Formación en el Consejo Diocesano de Pastoral.

La ordenación Episcopal del Padre Salvador Cortina está prevista para el próximo mes de Junio.

 

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de EDICIONES VITRAL

 

PARA CUBA:

Tiempo de Siembra y Esperanza

/Mons. Beniamino Stella

 

«Hemos recogido en profunda e interesante Antología, esos sabios discursos y esas elocuentes homilías en que con maestría singular nos ha expuesto la Doctrina Social de la Iglesia y nos ha hecho recorrer las páginas del libro Sagrado buscando en ellas las enseñanzas de uno y otro Testamento.

Con esas cuartillas preñadas de exquisita unción y grande sabiduría, Usted Sr. Nuncio, ha ido tejiendo un cuerpo de enseñanza que fijará, sin duda alguna, una inolvidable etapa en la historia de esta Iglesia y de este pueblo.»

Mons. José Siro González Bacallao

Obispo de la Diócesis de Pinar del Río.

 

CARILDA:

"abrazar todo el planeta desde Calzada de Tirry 81"

 

«No hay lugar donde pueda ser aprehendida la polícroma luz de una persona. Y cuando esa luz se encierra en opacas clasificaciones pierde la transparencia del ser íntimo y complejo que, en irrepetible manifestación, presenta al mundo múltiples entradas y salidas. Nada empobrece más que encasillar la creación humana en moldes de academia. Así es cuando se dice que una mujer es poetisa, olvidando que se da en la prosa de la vida; o que es erótica, podando el ala del ágape y la mística. O cuando se dice que ha llegado a la cima, ocultando que la verdad, la vida y la belleza nos sorprenden después de cada cumbre con valles de remanso y nuevas andaduras, tan incitantes como las cimas.

Dagoberto Valdés.

Presentación de la monografía.

 

 

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DESDE TIRRY 81 A PINAR

 

por Ernesto Ortiz

 

Resulta muy difícil empezar; muy difícil porque uno trae una idea; proyecta voy a decir esto, voy a decir lo otro, pero no escribimos ni apuntamos el concepto porque le confiamos al corazón, a la sangre que nos circula, o sea a la emoción, a la vida que tenemos, en qué forma y de qué manera se va a impresionar con lo que va a suceder. Y he aquí que me he impresionado tanto, que me alegro de no haber traído nada por escrito, todo sería vano: la realidad ha sido superior al sueño ¡y miren que yo sueño! –son las palabras iniciles de Carilda, ante los pinareños (y matanceros) que hacían pequeño el patio de la Casa de las Hijas de La Caridad. El motivo era la presentación de un nuevo número de la colección Memoria, dedicado a la poetisa matancera. Mas bien era la justificación del encuentro, porque motivo mayor era homenajear a esta figura imprescindible para la cultura cubana, no sólo por sus dos premios nacionales de Literatura y su extensa y reconocida obra poética, sino porque esta cubana ilustre tiene lugar en esa selecta galería que va conformando la memoria –la tradición, la picaresca o la epopeya– de los pueblos.

Desde que llegué a Pinar, y antes de llegar, ya sabía, ya presentía muchas cosas, ya tenía mucho que agradecer, ya había visto de soslayo una prima de la revista, aunque no tan bella como está hoy ¡y qué agradecida, porque yo quisiera parecerme a ella!. Continuó, haciendo una humorística referencia a la portada de la revista. Con inflexión de voz que antecede a una picardía, que pone en guardia a quien ya se ha visto enredado en esa entonación –que muchas veces te libera en una risa condescendiente y de cubanísima melaza, fugaz–, esa magia que la inteligencia –visible en la bruma de la trampa– torna deseable y juguetona, que desarma con maternal condescendencia y embruja definitivamente.

He visitado muchos lugares, y muchos países, y todo el mundo no sabe querer; o saben querer, pero no lo saben decir, no lo saben demostrar; y he aquí que hay unos cuantos pinareños, porque claro no he podido abrazarme con todos, que sí lo saben decir, sí lo saben sentir, y sí lo saben hacer parte de ellos... Y menciona a Mons. Siro, la Hermana Fara, Dagoberto, a Nersys Felipe (voz y alma de Pinar del Río), Aldo Martínez Malo, al colectivo de Vitral... y quizá al que no menciono es al que más quiero... porque la emoción es así de turbadora...

Emoción que la geografía carildeana había cartografiado al sur de nuestras gargantas. Y este fue el poema que inauguró la noche (Al Sur de mi garganta cumple 50 años este año; todavía yo no he llegado a esa edad...). Después leyó un poema de mucho más acá, que me trajo, en su época, problemas; porque no fue bien comprendido. O porque fue bien comprendido: "Una mujer escribe este poema"... Prosigue con un soneto de una inocencia cabal, titulado "La Hormiga". Carilda sabe lo que todo el mundo está esperando: que la mujer erótica lea un poema de amor, y leyó –manteniendo ese diálogo hechizante que nadie como ella domina, haciendo que el público se desborde o contenga, siguiendo los oleajes de su voz apasionada o trágica, y quede pendiente de las parábolas que su mano derecha traza– un poema que las mujeres van a entender muy bien, pero los hombres no ¿Y eso por qué será? Porque lo más lindo que tiene el amor es que ellos no nos entienden y nosotras a ellos tampoco, se llama "Poema casi de negro". Sigue un poema bastante reciente: "Sabed que el hombre que me ama...". Después, el urgente poema del exilio paterno: la yagruma en el patio, el dolor de las cosas que se marchan, el anhelo de encuentro construyen una definición suficiente de patria (no puedo evitar, cada vez que Carilda concluye con ese "y me avisaron que murió", un estremecimiento). El extenso aplauso hizo que incluyera el poema que puede leerse en la contraportada de la revista, complemento un poco del anterior. Y finaliza la musa de la Atenas cubana con la lectura (que quiso dedicar a Mons. José Siro) de sus "Décimas a la Virgen", escritas en el Año Mariano.

Como ya es tradicional en estos encuentros, se propició seguidamente un diálogo –jacarandozo, animado– con el público. Ocasión aprovechada para agradecer a Carilda, hacerle preguntas... Para recordar a amigos que no pudieron estar presentes, rememorar el trabajo conjunto, la dedicación, el amor que nos unió a todos en este proyecto: a los pinareños Yenia, Castellanos, Mariela, Dago, al cubano-vallisoletano Antonio Piedra –amigo querido, que escribió una inspirada presentación de esta revista; y no pudo estar presente esa noche–, y a los matanceros Juan Seguí –fotógrafo personal de Carilda; realizador del documental proyectado–, Gerardo Díaz –Pdte. de la Cátedra Carilda Oliver Labra, de la Universidad de Matanzas–, Daisy Aportela –Directora del Centro de Promoción Cultural de Matanzas, de la Empresa Provincial del Libro–, Angelita –miembro de la Cátedra–, Fifo –de la Comisión Católica para la Cultura de Matanzas–, y otros a quienes en sólo una tarde aprendimos a querer, por la complicidad compartida...

Y la cuadratura de la noche se logró con los saxofonistas de Arsis, que una vez más mostraron su calidad con un programa que no olvidó composiciones de Lecuona, el preferido de la poetisa. Aunque no sólo por ellos Mons. Siro, en sus palabras de despedida, plenas de impulso poético, dijo –justamente– que los ruiseñores de la sierra silban cimeros trinos a la gaviota del San Juan.

El tiempo, sólo conjurado por la música (el arte) o la gestación (el amor), llegaba a su término.

Imaginamos las artimañas con que las mujeres convierten el hambre terrible de Cronos en la mansedumbre de una clepsidra o el desamparo de un reloj de sol, suavizando el movimiento de la caída del agua o de la sombra, haciendo texturas del descenso o la rotación demorados, atendiendo a las horas en una intensidad breve y escabulléndose antes de la consumación, el click, el círculo cerrado, de tal manera que es el tiempo despechado quien queda al tanto de ellas, ellas que ignoran al amante, que le huyen, coqueteando, haciéndolo sufrir (vengándose). Pero hay una belleza en todo este ritual que no acierto a definir –¡tanto me invade!–, que me enamora... Y es, intuyo, que tales procedimientos, tal imagen no puede sostenerse sin una real potencia amorosa. Ese arquetipo de la femeneidad con manzana que tan divertidamente (re)presenta Carilda, se mantiene porque es fácil para quien quiere ver –es decir: entregar– sentir la ternura que arropa esta mujer. A partir de esta certeza uno va descubriendo, uno sabe (y usaré palabras de Mons. Siro, que tan líricamente expresó lo que pobremente intento balbucir) que la jovencita que peinara rizos rubios y hoy luce las guedejas de la tarde es la cubana sencilla que gusta vestir la fresca muselina, guarda una cinta inútil y un abanico roto, encuentra ángeles sucios saliendo en la ceniza y acuna con ternura gatos traviesos, es la hija amorosa y fiel que pregunta al padre lejano si le gusta la nieve, si puede vivir sin la yagruma, no deja de ser la tierna criatura que recogió tierra cubana para la madre que se ausentaba y juró no guardar consigo ningún poco de patria porque la quiere toda sobre su tumba; es al mismo tiempo la mujer apasionada que ama con amor de ágape y de eros, la cristiana fiel que canta a la santísima virgen... Uno descubre a la mujer total que es Carilda..., más allá de los acercamientos parciales, siempre distorcionadores cuando se endilgan al ser total.

Me queda agradecer a Carilda por esta lección de vida, por la valentía –el desprejuicio– con que se empeña en realizar sus sueños. Y por permitir que el nuestro, el de tenerla otra vez con nosotros, se hiciera realidad, por afirmar la certeza de esta feliz tarde, feliz noche en que por el arte del amor y el diálogo cantan y danzan –como debe ser– duendes de distintos sueños... (al decir del Obispo, a quien –por cierto– esa tarde Carilda le había advertido, risueña, que dirían luego: el Obispo de Pinar del Río se desordenó). Nadie lo dirá: el «desorden» fue compartido.

 

1.

2.

Arriba: Patio de la Casa de Las Hijas de La Caridad. De izq. a der.: Dagoberto Valdés, Mons. José Siro, Carilda, Juan Seguí (fotógrafo personal de la poetisa), y Yenia Ma. (diseñadora de la memoria; cuya portada puede apreciarse en el extremo izq. de la fotografía).

1.: En compañía de Sor Fara y Sor María del Rosario, Hijas de La Caridad.

2.: Carilda firma el ejemplar de su memoria al Sr. Aldo Martínez Malo.

3.: Carilda en compañía del Sr. Obispo, y de la escritora Nersys Felipe.

 

3.

 


PALABRAS

de Mons. José Siro

 

En un abrazo de fraterno encuentro se unen el Yumurí y el Viñales en la genial vecina de Calzada de Tirry 81 que logra una vez más abrazar todo el planeta, nuestro pequeño planeta cubano en una inolvidable velada que nos proporciona a los Pinareños la gloria inmerecida de honrar a la distinguida hija de la Atenas de Cuba, y a los Matanceros proporciona el gozo de encontrar a los vecinos del Guamá satisfechos de entonar un humilde y sincero canto de gloria y alabanza a la mujer leyenda. Los ruiseñores de la sierra silban cimeros trinos a la gaviota del San Juan.

Gracias, amable Carilda, gracias ilustre matancera, por el regalo y honor que nos hace. Ahora sabemos que la jovencita que peinara rizos rubios y hoy luce las guedejas de la tarde, es la cubana sencilla que gusta vestir la fresca muselina, guarda una cinta inútil y un abanico roto, encuentra ángeles sucios saliendo en la ceniza y acuna con ternura gatos traviesos.

Es la hija amorosa y fiel que pregunta al padre lejano si le gusta la nieve, si puede vivir sin la yagruma. No deja de ser la tierna criatura que recogió tierra cubana para la madre que se ausentaba y juró no guardar consigo ningún poco de Patria, porque la quiere toda sobre su tumba.

Es al mismo tiempo la mujer apasionada que ama con amor de ágape y de eros y es la cristiana fiel que canta a la Virgen Santísima:

Ave, Mujer no tocada,

Ángel devuelto a la nube,

Primera madre que tuve

En una historia soñada...

Ave, María, buen hada,

Humilde como la arcilla;

Echadora de Semilla

En el pesebre de paja.

Bendito tu vientre; caja

Que guardó la Maravilla.

 

Feliz tarde, feliz noche en que, por arte del amor y el diálogo, cantan y danzan, como debe ser, duendes de distintos sueños.

Una vez más, todos, queridos amigos, podemos constatar que es verdad lo que dijo José Martí «Solo el amor ve». Y que no es solo pura estrofa, lo que cantó nuestro trovador:

«Sólo el amor convierte en milagro el barro,

sólo el amor consigue vencer la muerte,

sólo el amor engendra la maravilla,

sólo el amor alumbra lo que perdura».

 

Con mi cariño y bendición,

+José Siro González Bacallao

Muchas Gracias. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PALABRAS

del Sr. Aldo Martínez Malo

 

Muy estimado Señor Obispo:

Muy admirada Carilda y sorprendente Raydel

Muy queridos Nersys Felipe, Dagoberto Valdés y Juan Ramón de la Portilla, Director del Centro Hnos Loynaz.

 

Pido permiso para cambiar tiempo y espacio o sea hoy no es sábado 24 sino viernes 23, conocido como Día del idioma y Día del Libro Cubano. Y lo hago en homenaje a quien ha sabido iluminar la lengua materna con sabrosa y nostálgica poesía y prosa: Carilda Oliver Labra.

Carilda, nombre de resonancia marina, de ámbar, de irisdiscencia solar, que se repite una y otra vez como un delicioso juego de palabras que deleita musicalmente el oído insular.

Desde hace meses la inagotable Comisión Católica para la Cultura esperaba este momento, y, como decimos los periodistas, de nuevo «dan el palo» en buena lid. Y lo hacen, confeccionando con amor, en la colección MEMORIA, la más completa, exacta y valiosa compilación de textos de y sobre la ilustre matancera.

Labor merecedora de encendido elogio que en justicia debe llegar como estímulo hasta el Consejo de Edición, pasando por el diseño invariablemente sorprendente de Yenia Ma. González; la cuidadosa corrección; la más perfecta, posible, impresión de Estela Hernández, las artísticas ilustraciones de Fausto, Margot y David, y la envidiable iconografía de Juan Seguí, y digo: «envidiable» porque revisándola, compruebo para desgracia mía, que no tengo una sola foto con Carilda. Yo, tan cazador de fotos acompañando a las grandes personalidades. Pero bueno, me queda el consuelo que por ahí esté Ortiz retratando o alguien me haga el favor de hacerme un flass con mi pequeña camarita. Porque para mí pocas cosas son más importantes que la memoria histórica. Y esto es, precisamente lo que le da creencia y respeto a la colección Memoria, que se inició con la inolvidable Dulce María Loynaz, prosiguiendo con la familia de aquel insuperado dramaturgo que fue Virgilio Piñera, sucediéndole el indispensable estudio sobre el arquitecto Cubillas, y los cuadernos dedicados a la visita del Santo Padre Juan Pablo II a Cuba. Una verdad contundente: no se duermen en los laureles.

Carilda «abrazar todo el planeta en Calzada de Tirri 81» marca un hito, y en el futuro será un libro de insuperable consulta. Y esto en nombre de la Cultura no ya cubana sino mundial hay que agradecer y aplaudir.

Amiga Carilda, amiga desde hace muchos años, tú como yo somos periodistas y conocemos que tenemos que tener mente y ojo alerta para que otros no nos den «el palo».

Hoy, esta noche memorable para Pinar del Río, no solamente han dado «un palo» sino que te entregan el más delicado, delicioso, perfumado trozo de árbol americano de la familia de las borragíneas en estas Memorias, el que nos hermana y une a todos: «el palo de rosa».

Muchas gracias,

24 de abril de 1999.

 

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JOSÉ H. GARRIDO IN MEMORIAM

 

José H. Garrido

El próximo primero de junio de este año se cumplen 20 años del aniversario de la muerte del poeta, ensayista y arquitécto pinareño José H. Garrido y Pérez baluarte de la cultura pinareña.

Su familia, la Iglesia y sus amigos lo recordarán en una velada en su honor.

 

 

 

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