Revista Vitral No. 68 * año XII * julio-agosto de 2005


CINE

 

CAMINOS DE AYER

DANY F. TEJERA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los viejos filmes surgieron para quedarse,
los nuevos surgen para sumarse.

Este viejo filme realizado en 1938 por Quirico de Michelena, convertido en fuente para que la inspiración se nutra de la nobleza de su contenido, cede también el nombre al presente trabajo que recoge el quehacer durante más de tres años de un proyecto que añoraba el reencuentro con la ya lejana época dorada del cine latinoamericano.
Refugiado en el amor de la familia y la apacible tranquilidad del hogar, porque las nuevas formas de esparcimiento no ejercen sobre él influencias de ninguna índole, un grupo de personas pertenecientes a la tercera edad pudo ser rescatado de la nostalgia para ocupar nuevamente sus butacas frente a la pantalla y volver a disfrutar los filmes y las actuaciones de toda una constelación de estrellas que durante la adolescencia, juventud y pubertad provocaron en ellas momentos de hilaridad y de emoción como lo fueron: Mario Moreno (Cantinflas), Germán Valdés (Tin Tan), Maria Félix, Dolores del Río, Marga López, Arturo de Córdova, Los Hermanos Soler, Pedro Armendáriz, las impecables interpretaciones de Jorge Negrete, la simpatía inigualable de Pedro Infante, el patriotismo del director Fernando de Fuentes reflejado en filmes tan significativos como “El compadre Mendoza” y “Vamonos con Pancho Villa”, la magnitud del drama latente en la obra del Indio Fernández provocado por el caciquismo, la ignorancia y la explotación de las clases más humildes, que no vislumbran un sendero por donde escapar a su trágico destino; aquellas lacrimógenas cintas interpretadas por Sara García y Libertad Lamarque; las sobrias actuaciones de Mecha Ortiz, Laura Hidalgo, Amelia Bence, las hermanas Legrand, Pedro López Lagart, Santiago Gómez Cou; la contagiosa cubanía de Rita Montaner y los inolvidables negritos de Carlos Pous y Enrique Arredondo por sólo mencionar algunos nombres mexicanos, argentinos y cubanos, que a bordo de una imaginaria máquina del tiempo, en su viaje hasta el presente, hicieron escala en la provincia más occidental del país.
Una de las sorpresas, que para ser sinceros no esperábamos, la constituye el hecho de que estas personas, debido a lo avanzado de la edad, se hacen acompañar por hijos y nietos, los que al ser atrapados por el magnetismo ancestral de estos filmes, los disfrutan y muestran gran interés por las anécdotas que se cuentan al finalizar cada función y las discusiones acerca de que Pedro Infante era inferior a Jorge Negrete como cantante, pero superior como actor; de que Dolores del Río era mejor actriz que Marga López; que Miguel Aceves Mejía poseía el mejor falsete de México; que Cantinflas superaba como cómico a Tin Tan, etc. Y ante la espontaneidad de estas peñas cinematográficas, que comenzaban en el Lobby y continuaban en el portal del cine, concebimos la idea de agruparlos y realizar con ellos cine- debates al concluir las funciones donde no sólo expresaran sus criterios al reencontrarse con estos filmes que años atrás sirvieron como deliciosa ambrosia para sus espíritus, sino que se refirieran a los sacrificios físicos y económicos que debían hacer para poder tener acceso a las salas donde eran exhibidos. Se creaban así las condiciones para un nuevo acontecimiento cultural.
Después del necesario periodo de gestación, se produjo el parto y pudo ver la luz el Cine Club “Jorge Negrete”, nombre con el que decidimos bautizarlo no sólo por la admiración que sentimos por el charro cantor, sino como reconocimiento al gesto solidario que tuvo con el pueblo cubano en 1944, cuando un devastador ciclón azotara la isla según nos relatara uno de nuestros integrantes.
Ninguno de los comprometidos con la sociabilización del proyecto, devenido Cine Club, podía imaginar que su puesta en marcha arrojaría resultados insospechados. Cuando organizamos una actividad recreativa para conmemorar el primer aniversario, descubrimos que en cada uno de los miembros yacía dormido un artista y de esta forma adquirió vida un movimiento de aficionados amantes de la música azteca, la porteña, el bolero y de los libretos humorísticos. Pero este movimiento, concebido al inicio para los abuelos del poblado cabecera, se vería forzado a renunciar a su egoísmo localista ante las peticiones de otros círculos que conocieron de su existencia gracias a spots radiales y televisivos que lo promocionaban, y ya estos filmes que resistieron la erosión de los años, no sólo pueden ser apreciados por vecinos de otros municipios, sino que se realizan encuentros intermunicipales como el ocurrido el 24 de marzo, aniversario del ICAIC y del nuevo Cine Club, durante una excursión realizada al polo turístico viñalero donde se produjo un mano a mano entre los aficionados del bello rincón paisajístico, y nuestro grupo visitante.
A pesar de que desde 1966 trabajo en la actividad cinematográfica, Pinar del Río solamente contaba con un representante en la Federación Nacional de Cine Clubes cuyo vigésimo aniversario, arrostrando trombas y aquilones conmemoramos en este 2005. Pero como nuestras aspiraciones no se circunscribían solamente al carácter de simples espectadores, inspirados en los éxitos del Cine Club Cubanacán, capitaneado por su inolvidable presidente Miguel Secades Martínez, del Saúl Yelín, del Francoise Trufeau, del Carlos Moctezuma, del Unimatvision y del Félix Valera entre otros que constituyen hijos ejemplares de esta Federación, el departamento que dirijo, materializó la idea de crear un ente aglutinador capaz de estimular en la provincia el desarrollo del cine clubismo para elevar los niveles de apreciación y producción desde el punto de vista de la percepción y la concepción estética mediante programas destinados a los niños a través de los círculos de interés, a los estudiantes y trabajadores en la modalidad de cine debates y al rescate de tradiciones histórico- culturales con la realización de documentales como los que atesora Producciones Villaverde. Ellos hicieron posible nuestro ingreso a la ya extensa familia de cine clubistas cubanos.

Según Rafael Martínez, actual presidente de la Federación, no existe ningún antecedente en Cuba o en el extranjero con similares características a las de este cineclub, por lo que puede ser considerado un caso sui géneris dentro de nuestro movimiento.
Todos estos años en contacto con el maravilloso mundo de las imágenes posibilitaron la adquisición de una cultura esencialmente cinematográfica, cuyos preceptos filosóficos conllevan a afirmar que la vida es una bella película donde la Federación Nacional de Cine- Clubes, con nuevos y sosegados vientos, reservó en el casting los papeles protagónicos para aquellos que con sus éxitos contribuyeron a elevarle el prestigio durante estos dos decenios de existencia.
El Cine Club “Jorge Negrete”, queridos hermanos se esforzará por desarrollar su histrionismo hasta lo máximo permisible para obtener buenos resultados en el rol, que dentro de este filme, le ha tocado desempeñar.

 

Revista Vitral No. 68 * año XII * julio-agosto de 2005
Dany Fco. Tejera
J´ Dpto. Promoción del Centro Prov. de Cine de Pinar del Río. Especialista de cine latinoamericano.