Estuvo en Cuba hace algún tiempo el Conjunto
de Marionetas de Yangzhou, de la República
Popular China.
La marioneta es un arte escénico milenario que ha tenido grandísimo arraigo tradicional. Es magia lo que nos envuelve y traslada a lugares inimaginables; es fantasía el conjunto de luces, de colorido y movimiento que disfrutamos en este espectáculo singular.
Esta expresión tomó forma representativa bajo la Dinastía Tang (619 a 907) y a finales de la Dinastía Quing (1644 – 1911) se convirtió en un arte escénico de estilo peculiar.
Estas figuras aparecieron por primera vez en el período de primavera-otoño y fueron utilizadas como acompañamiento en los funerales; con el tiempo pasaron a ser protagonistas en fiestas, cumpleaños y festejos varios.
Después de la creación de la Nueva China, se formaron nuevos conjuntos artísticos dedicados al arte de las marionetas.
El grupo de títeres Yangzhou fue fundado en el año 1957. Siempre ha reflejado los acontecimientos de la vida de esta destacada ciudad, conocida mundialmente como «La casa del títere», un lugar encantador y maravilloso, ubicado en el país asiático. Gracias al esfuerzo de todos sus integrantes esta prestigiosa agrupación se ha convertido en la de mayor importancia; ha heredado y conservado la esencia de la tradición titiritera de Yangzhou: el legado de sus antepasados sin rígidos conceptos que les impidan elaborar nuevas ideas y apropiarse de elementos de otras ramas como la danza, el canto, la música y la pantomima, lo que les ha permitido alcanzar ese alto desarrollo artístico. Actualmente este grupo puede ofrecer hasta más de mil representaciones con un rico repertorio que comprende decenas de programas atractivos. Siempre, y cada vez más, obtiene la aprobación del público que los acoge y aplaude dentro y fuera de China.
Este trabajo arduo y entusiasta les ha sido válido para ganar importantes premios nacionales e internacionales. Han realizado giras por 27 países como representantes culturales enviados especialmente por su gobierno.
Puede considerarse que los actores en este arte son dobles: las figuras de los propios títeres que se ven en el escenario que pueden fabricarse con palos, hilo, alambre, guantes...y los que los manipulan que muchas veces no se ven por el público.
El Grupo Yangzhou goza de gran fama por sus características específicas: una de sus marionetas es Kurumaninjo (fusión de las palabras rueda y muñeco) Sus manipuladores, forrados totalmente con tela negra, se acuclillan en unos banquitos con ruedas y así se desplazan por todo el escenario, al mismo tiempo les van dando movimientos fuertes y continuos a sus muñecos.
En esta parte del mundo caracterizada por el culto esmerado de sus tradiciones y la exquisitez de sus trabajos manuales, nació el teatro de las «sombras chinescas».El mayor legado de los pueblos de Asia a la escena universal ha sido la incorporación de los títeres al teatro. En la India surgió aproximadamente en el siglo VII a.n.e., cuando el pueblo indio creó un personaje que más tarde trascendería a otras culturas con diferentes nombres; se llamaba Viduchaca: era enano, jorobado y calvo, muy burlón e irrespetuoso.
Asimismo en Viet Nam aparecía una forma única en el teatro titiritero: los títeres acuáticos, cuyas funciones se realizaban entre los campos sembrados de arroz.
En Japón se estableció ya con firmeza en el siglo XVII el Ningyo – Jorur, que combina la música, la narración y la titirería. Ya en 1789 se fundó en la ciudad nipona de Osaka una escuela de Jorur, por lo que en 1805 se contaba con un grupo profesional titiritero que, a finales del siglo contaba con el primer teatro oficial de Jorur.
En Japón existe otra especie de teatro de marionetas al que se nombra Bunraku, sus primeras representaciones se remontan al siglo XVI; sus marionetas alcanzaron una estatura como hasta la mitad del cuerpo humano; se confeccionan con madera y porcelana. Cada marioneta es operada por tres titiriteros, los que son visibles en el escenario. El teatro Bunraku es una experiencia pintoresca muy intensa y emocionalmente. Aunque su centro espiritual es Osaka, estos títeres se representan en el National Theater de Tokio, en la capital del Sol Naciente.